ALQUIMIA
Los 4 Elementos. Es conocida la división
en cuatro elementos que la antigüedad grecorromana
estableció en sus cosmogonías.
Como nuestros lectores saben ellos son el Fuego, Aire, Agua
y Tierra, y se encuentran presentes en tal o cual proporción
en todo aquello que consideramos como materia.
De hecho estos elementos forman una cadena, o serie sucesiva,
ya que el Fuego se equipara al principio vital que el Aire
transporta y el Agua difunde hasta concretarse en Tierra.
Hay, asimismo, distintas relaciones entre estos elementos,
al punto de que la serie puede alterar su orden, incluso
invertirlo.
Y así vemos que la Tierra, equiparada a lo sólido
(hielo) puede licuarse, para luego evaporarse y transformarse
en Aire (hálito vital) emanado directamente del Fuego
(elemento radiante), verdadero agente creacional mediante
su doble manifestación: luz y calor.
Débese apuntar que estos elementos encuentran en
su ronda un denominador común al que ellos se refieren
y que es su esencia, de la que dependen.
Ese elemento misterioso del cual los principios radiante,
aéreo, fluídico y compacto dependen -ya que
es su origen perpetuo-, y que a su vez los sintetiza, es
llamado por los alquimistas quintaesencia.
De hecho el Fuego es su primer representante, ya que toda
acción cocinada en el Athanor o crátera, tanto
del macro como del microcosmos, necesita de su participación,
capaz de generar y también de destruir, a veces completamente.
Por lo que un uso atinado y sobre todo regulado de este
elemento es imprescindible en cualquier operación
alquímica, ya que todas ellas, divididas en dos grandes
temas, disolver y coagular, se efectúan a partir
de la cantidad de fuego (luz y calor) utilizada o no en
diferentes procedimientos transmutatorios.
Va de suyo que estos "elementos" a los que nos
referimos no son estrictamente materiales, sino símbolos
de Principios Universales y no substancias concretas tomadas
en sentido literal.
Debemos aclarar que esto mismo es válido para los
siete metales, identificados con los siete planetas astrológicos
con que la Alquimia trabaja, ya que tanto el hierro como
el mercurio, etc., exceden los límites de su designación
con respecto a lo que ordinariamente se entiende por estas
nomenclaturas.
También se suele combinar a menudo los tres principios
alquímicos, Azufre, Mercurio y Sal, con los cuatro
elementos, y de diversa forma.
En aritmosofía esto se expresa así: 3 + 4
= 7; 3 x 4 = 12. Resulta obvio que esta formulación
está ligada a la simbología astrológica
y por lo tanto también a ritmos y ciclos que asimismo
obedecen a Principios Universales.
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