• Contenido total de Fraternus N° 1 para Docencia de Masones
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Una Principal Disposición De Ánimo.

Esta proposición va dirigida a todos los queridos hermanos del universo, a todos esos seres que, al elevar su espiritualidad, han roto los duros moldes que los mantienen en forma muy egoísta petrificados en fórmulas que no conducen a ningún destino, por amplio que sea el camino que se encuentren transitando, y va también mi mensaje con profundo afecto a todos los pioneros de una futura humanidad que ya se está entreviendo para el futuro.
También va en camino a todos los entusiastas buscadores de la verdad, a aquellos de exquisita sensibilidad que les hace sentir los dolores ajenos, no para llorar juntos, sino para transformarlos en momentos de alegría.
Va a todos los jóvenes del alma que sienten dentro de sí, activa y radiante la energía creadora ansiosa de manifestarse en diversas actividades, dentro de lo que es el arte, la belleza y el camino de la perfección humana, y en el trabajo de la perfectibilidad de los elementos de la naturaleza.
Todos sabemos que hay muchos seres nobles que aspiran más a las perfecciones del alma que a la burda satisfacción de su entidad material, y ello lo notamos a cada paso que damos en el tránsito de cada instante de nuestra vida.
Tal vez esta lectura sea adecuada a aquellos, que habiendo despertado en su interior ciertas divinas facultades, ya se encuentran listos para encauzar a la humanidad, o a su vecino de al lado, hacia la perfección, que es el camino de la felicidad, a la fraternidad, cuyo objeto en primer término, es formar un núcleo de pensamiento fraternal y universal, que nos haga a todos, ciudadanos del mundo, sin distinción de credos, sexo, casta, color o posición social.
En segundo término, ayudarnos entre todos a fomentar el estudio comparado de las religiones, filosofías y ciencias de la vida, como metas posibles de la dignidad y de realzar la calidad de esa vida misma, como un objeto principal.
Y en tercer término, trabajar intensamente investigando las leyes inexplicables de la naturaleza circundante, y la naturaleza humana, y por consiguiente los poderes latentes que cada ser encierra en su templo interior.
No deberíamos olvidar, que los dos últimos requisitos solo son auxiliares del primero, lo justifican más y lo hacen cabeza de conocimiento.
Para llenar el primer objeto, se considera tanta más rica la reunión, cuando los temas están impregnados de un fin de carácter puramente espiritual, porque eso complementa y completa, una mayor diversidad de criterios entre los miembros pensantes, y por supuesto, acerca de los temas que deben ocuparnos en estas reflexiones que hacen a la esencia del ser fundamentalmente espiritual.
Además, debemos tomar en cuenta las variadas características individuales que se encuentran agrupadas y que hacen que se destaquen con más profundidad, las diversas virtudes que adornan a cada uno de los asistentes..
Como entre nosotros no hay dogmas, no determinamos quien es hereje y quien no, y ello es lo que hace que nuestras miradas sean dirigidas siempre al ser humano, descubriendo en él, a un hermano , algo que es parte del todo llamado humanidad; que vive en nosotros mismos en apariencia diversa, en virtud de la cualidad ilusoria de la materia.
Todos sabemos que la fraternidad no es una cualidad que se busca, no es virtud que se admira, sino que es un hecho real en el universo, que siempre se encuentra presente y cada día se hace más manifiesto; por lo que es un deber el fomentarla en todas sus formas posibles, para que la humanidad en general, se sienta más cerca de los portones de la felicidad.
La unificación, bajo todo aspecto, no es solo una aspiración, sino que en virtud de los desencuentros, es una necesidad urgente, que exige a todos los seres humanos, esa gota de comprensión , amor y respeto que todos los seres merecen.
Nos estamos moviendo dentro de un período crítico en el que se ha iniciado ya el desquiciamiento del mundo individualista antiguo, y este constante reajuste que todos los días presenciamos y en todos los órdenes de la actividad humana, esta crisis material, moral y espiritual que afecta a todos por igual, no son nada más que los esfuerzos que realiza la naturaleza por romper las barreras que nos mantienen ilusoriamente separados a los humanos.
Donde podremos encontrar la luz que disipe todas las zozobras y guíe a la nave de la humanidad a ese seguro puerto de la felicidad que antes mencionamos.
Esa guía es la fraternidad; en la verdadera fraternidad ampliamente comprendida y practicada, una fraternidad que intensifique la caridad, y dentro de esa relevante labor, aumente la protección, ayudando a olvidar hasta la más leve sombra de egoísmo, de separación, y nos lleve al convencimiento, de que todos somos una parte de ese total denominado humanidad, y en todos somos uno cuando nos sentimos iluminados por Supremo Arquitecto del Universo.
Por esa razón, mientras haya una mujer oprimida, un niño desvalido, un anciano librado a su suerte, un hombre encerrado dentro de la ignorancia y la superstición, la felicidad nos será esquiva a todos y en todos los planos.
Debemos pensar que el bien de uno, es el bien de todos.
Nadie que se encierre en su orgullo o en el engreimiento de la acumulación de muchos bienes de fortuna o destacada posición o elevados grados, podrá substraerse a las penas, mientras contemple injusticias en los demás.
Todos sabemos que todo se reduce a vibraciones, y si hay seres que vibran negativamente a impulsos del egoísmo o la crueldad, si hay personas que no vibran rítmicamente por encontrarse como víctimas de la iniquidad y del destino, esas vibraciones se hacen extensivas a los demás seres del universo en los diversos planos, de lo superior y lo inferior, haciendo que los pares de opuestos se choquen entre sí, haciendo del desorden, más desorden y de la iniquidad, mayor iniquidad, y allí es donde la desdicha de la humanidad comenzará a enfrentar los grandes problemas que lo encaminarán necesariamente a reacomodarse y ver en el otro, al hermano, y a su vez, ser hermano para el otro, conforme la sentencia de Francisco de Asís.
En este nuevo siglo debemos pensar nuevamente en el famoso cambio que ya los filósofos nos anticipaban y los pensadores nos lo recordaron siempre, " no es que el tiempo se acabe, sino que ignoramos que hay mas allá del límite"...
Y para no vernos envueltos en la secuencia del dolor que nos ocasionaría esa circunstancia, la fraternidad universal es el remedio mejor elegido.
Para comprender la esencia de la fraternidad hay que volver la mente hacia esas luces que irradian organizaciones como la Masonería y la Teosofía , dos panaceas que ayudarán a resolver parte de los problemas por el gran poder unitivo sobre las desgracias, despertando el interés por los bienes eternos y los valores verdaderamente trascendentales, descorriendo los velos de materia que cierran nuestra vista ante la unidad del todo en el todo, y ese sería el faro manifiesto que iluminará el lugar de amarre de la razón, frente a este desafiante nuevo milenio.
Ello se basa inconmoviblemente en el más puro, elevado y práctico amor, en un verdadero e impersonal amor, es decir en el poder mayor de que por ahora está disponiendo como una reserva el género humano para su mejoramiento.
La Masonería, al fomentar este primer requisito de fraternidad, su principal objetivo es hacer de esta escuela de vida la meta de más seres humanos, que la decantación, se produzca por acumulación y no por eliminación, que la principal tarea que nos impone la Orden, se cumpla al pie de la letra, y es aquella de trabajar por la propagación del Rito en todos los lugares del mundo donde nos encontremos, y de esa forma, entre todos acortaremos los caminos para llegar con más celeridad a encontrar la verdad.
Ahora bien, para encontrar esa verdad tan ansiada y utilizar la herramienta de la fraternidad, es preciso, trabajar intensa y constantemente, aliviar los dolores de nuestros hermanos, en la medida de la posible, fomentar lo bello en todo aquello que nos rodea, y por sobre todo, despertar en la humanidad circundante los más elevados y puros ideales.
Que cada persona manifieste de la manera mas elevada y perfecta posible sus cualidades y virtudes características, que se destaque vivamente en sus más puros trabajos logiales, no para la satisfacción personal, sino para más armonía del conjunto de hermanos del taller , y verificar que la marcha, siempre vaya directamente hacia el camino de la perfección.
Es imprescindible constituirnos en incansables trabajadores y en honrados organizadores, en hombres de una voluntad recia, que trabajemos constantemente y sin descanso en pro del gran plan de evolución y perfección, que tiene al hombre por centro y guía , y que siempre clama que seamos sus colaboradores.
Que cada lacra social que descubramos, cada sufrimiento que notemos, en cada incendio que se apague estemos al frente en el clamor de ayuda y de serenidad para sobrepasar el mal momento, así como toda nuestra intuición sea capaz de sugerirnos una organización de cuerpo y espíritu para borrar el horror y pintar siquiera en parte el negro nubarrón del olvido por los desamparados de hoy.
Constantemente lo repetimos, que la humanidad, necesita urgentemente de hombres de buena voluntad que la guíen en forma directa por el sendero que se le ha señalado.
Una Logia Masónica, debe ser siempre la mejor escuela para producir esa clase de líderes, y si usted está dispuesto a colaborar en esa noble acción de amor y fraternidad, con toda seguridad mis hermanos, que la mitad del camino ya ha sido recorrido.
Nuestra ignorancia y el apego que tenemos siempre a las cosas viejas es el peso muerto que debieron arrastrar en todas las épocas los grandes innovadores que promovieron el avance de la civilización.
Nuestro deber en esta hora cero y ante el nuevo milenio, y el desajuste de las computadoras, es cuando debemos sentir muy a fondo, la idea de una reconstrucción general, es prepararnos para no ofrecer resistencia a los cambios que necesariamente deberán de venir.
Nada de lo que venga, podrá ser tan malo como lo pasado en este siglo de tragedias en todos los horizontes.
No debemos temer de nada, porque lo bueno logrado a través de la Masonería es un bien que no podrá perderse jamás, porque ello ha sido estructurado, sobre la base del amor y la fraternidad universal, que siempre se asienta sobre los designios del Gran Arquitecto del Universo.

HENGUEL SOLEM AJCH

Director
Luis Martin Cuenca Legal
Redacción
Raul Inchausti V. y todos los HH. que integran la Augusta y Respetable Logia Federico el Grande N°3
Colaboradores
Agustin Perez Pardella
Arnaldo Frutos
Angel Sonne Acht
Angel Perez Pardella Luchessi
Diseño Tapa
Eduardo Daniel Perez
Carlos Francisco Crichigno Peralta
Carlos Jose Palacios
Composición, Diagramación, Armado y Corrección
Feliciano Delgado

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