El Albañil
El
albañil pende del hormigón
pende del hierro,
de agujeros de sombras,
de la mirada de la gente,
de invertebrados izamientos de aire,
de su obra,
de palomas de cal...
de su propia camisa está pendiente.
El
albañil abre la mañana a la luz
al son de su cuchara en los ladrillos,
y atisba el nacimiento de los pájaros
con ventanas de sol abiertas
al matinal llamado de los niños,
y moldea crepúsculos de terrazas y cúpulas
cual geógrafo alado
alisando y crispando
ciudades ascendentes de aéreas estructuras.
El
albañil trepa hacia todas las alturas
hombreando geometrías de esperanza,
atareados veranos de pintura;
guardapolvos de nieblas con fantasmas
y oscilantes andamios de cemento.
El albañil pende del movimiento de sus brazos
mientras se sabe asido a su desasimiento,
y siente que lo bailan desde el piso a los techos
las mutables roldanas
en perpetuo izamiento de su cuerpo.
Natación
vertical siente y se sabe
el albañil bracea hasta alcanzar su alcance,
y sube ajeno así mismo y a ese instante
en natatorio impulso de cales y cemento
que en el aire se anudan, se deslizan y crecen,
con esa forma humana que se hace intemperie...
AGUSTIN
PEREZ PARDELLA
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