¿QUÉ ES LA FRANCMASONERÍA?
Frecuentemente la Francmasonería hace referencia
a orígenes que se pueden calificar de "simbólicos".
Estos últimos se mencionan especialmente en textos
sagrados o en leyendas que implican una marca iniciática.
Dichas referencias pueden encontrarse en el Noaquismo, en
el Egipto antiguo con sus constructores y su esoterismo,
y sobre todo en el contexto y el período de la construcción
del Templo de Salomón.
Sin embargo, hay quienes han sostenido durante mucho tiempo
que hay autores que han confundido la leyenda y la realidad
y han hecho remontar la Francmasonería a tiempos
inmemoriales y atribuido su origen a antiguas sociedades
iniciáticas.
La investigación científica de los historiadores
modernos no ha confirmado ni desechado dichos ancestros.
Pero sí ha permitido mostrar que los francmasones
actuales no son herederos directos de los constructores
de catedrales, al menos en el plano constitucional, y que
la Fracmasonería se ha conformado con tomar en calidad
de préstamo algunas formas y usos vigentes en el
seno de la antigua masonería operativa.
Por otro lado, desde hace cuatro siglos, las especificidades
de los orígenes operativos han evolucionado poco.
La Masonería actual se transformado en especulativa,
ciertamente, ella no ha modificado el objeto de su misión,
pero ha cambiado los materiales con los cuales ella trabaja.
Si el contexto y el entorno han cambiado, ciertas invariantes
permanecen inalterables, y estas dos Masonerías han
conservado un denominador común en su finalidad,
que es actuar con y a través de los hombres en la
dirección que ha entregado el Gran Arquitecto del
Universo.
La Fracmasonería regular se inserta en una tradición
cuyas formas particulares, inmutables y universales, expresan
simultáneamente los fundamentos de su creación,
su razón de ser y su finalidad.
Los fundamentos de su creación, que traducen todo
lo que la "creatura" debe realizar para ser puesto
en obra por su "creador". Esto significa que sus
trabajos no se hacen sino a la Gloria del Gran Arquitecto
del Universo.
Su razón de ser, que es la de perseguir una cantera
donde las piedras para desbrozar simbolizan a los hombres
que son perfectibles.
Su finalidad, que es la de construir un universalismo, donde
la espiritualidad y las cualidades del "corazón"
se hallan reunidas en una misma expresión de fraternidad.
La Francmasonería se basa en conceptos que son principios
fundamentales; ella sigue un derrotero, que supone el cumplimiento
sucesivo de fases y etapas, cuyas reglas fijan los límites
necesarios a todo perfeccionamiento. Este perfeccionamiento,
considerado como la obra de base, se asimila simbólicamente
con la construcción de un "edificio interno"
para el hombre.
La marcha iniciática propuesta abre el camino en
la búsqueda del conocimiento. Ella permite progresar
grado a grado, sustentándose en un conjunto de reglas
que precisan el "qué hacer" y "cómo
hacerlo". Ella es una guía en un movimiento
de pensamiento y de comunicación, con la ayuda de
los rituales, que son vectores de la tradición y
permiten efectuar una progresión a través
de los Ritos Masónicos.
Para colaborar en la realización de la Obra, la Francmasonería (Freemason, Freimaurer) propone utilizar "herramientas" eficientes. Ellas
son los símbolos, concretos o abstractos, que más
allá del objeto y de la idea que comportan, dan nacimiento
a los principios esenciales. También la gestualidad
y los rituales se apoyan sobre el simbolismo de la construcción.
Reconfiguran las leyendas y los relatos bíblicos,
emplean palabras hebreas, y se sitúan en el entorno
histórico y bíblico de la construcción
del Templo de Jerusalén, bajo el reinado de Salomón,
Rey de Israel. Este contexto, que es puramente simbólico,
probablemente ha sido retenido porque fue el primero en
expresar la unidad de Dios y que traduce la voluntad que
tiene un hombre para construirle una casa en su honor y
gloria.
Un fundamento de regularidad en la Francmasonería
es el de la creencia en un creador, que ella denomina el
Gran Arquitecto del Universo. Este principio, que está
en perpetua relación con un universo ordenado, le
permite, reagrupando a los hombres en un espacio y en un
tiempo sagrados, ponerlos en condiciones de percibir luego
de recibir el "mensaje iniciático"
Se debe subrayar cuan diferente puede llegar a ser la amistad
frente a la fraternidad de carácter iniciático
aun cuando estas dos realidades no se excluyan. La fraternidad
que liga a los Fracmasones nace de las obligaciones tomadas
en el momento de la iniciación; ella no se deshace
por la buena voluntad de cada uno como puede romperse una
amistad que se ha creado por una relación afectiva.
La fraternidad no puede desaparecer sino por el surgimiento
de un comportamiento destructor que no permite reconocer
como hermano a otro que tiene tal condición masónica.
Para los Francmasones, juramento y secreto, que hunden sus
raíces en la más lejana tradición,
ocupan un lugar central en la vida masónica. Ellos
representan un valor fundamental para construir el Centro
de la Unión y establecer la concepción de
regularidad; por otro lado, ellos elevan la conciencia individual
que debe luchar contra los relajamientos morales del mundo
contemporáneo.
La Francmasonería moderna nace solemnemente el 24
de junio de 1717, por la reunión de cuatro logias
londinenses en la Gran Logia de Londres. Es verdad que la
mayoría de sus fundadores pertenecían a la
SOCIEDAD REAL, Sociedad Académica destinada a promover
las Ciencias, las Artes y las Letras, cuyo primer presidente
fue Newton. Intentando dar una base histórica a la
Francmasonería, ellos retomaron por su cuenta los
Antiguos Deberes conocidos a través de textos medievales
como los manuscritos Regius (1390), Cook (1420), Los Estatutos
de Ratisbonne (1459), que proporcionaban los estatutos de
los constructores, Maestros y Obreros, y llevaban de paso
relatos legendarios y pasajes de historia religiosa en relación
con la profesión de albañil. Estas logias
del siglo XVII y comienzos del XVIII permitían a
personas instruidas, con opiniones muchas veces contrapuestas,
de clases sociales distintas, vivir en armonía, calma
y desasosiego, en toda libertad y paz al abrigo de los peligros
externos. Esta institución debería llegar
a ser permanente en razón de los principios que la
fundaban: la búsqueda de la Verdad, la práctica
de la Beneficencia y el Amor fraternal.
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