PACIENCIA La paciencia, el aprender
a esperar, es activar la potencia de la energía pasiva
que yace en nosotros. La paciencia es también aprender
a recibir y saber dejar pasar aquello que no es estrictamente
de nuestra incumbencia, o sea, que igualmente actúa
como seleccionadora. Son muchos los ejercicios que cualquiera
puede efectuar referidos al cultivo de su paciencia aprovechando
la vida cotidiana. Sugerimos dos para aquéllos que
conducen automóvil:
1. Cuando un automovilista intente rebasarlo de forma violenta,
déjelo pasar y pregúntese a dónde va
con tanto apuro ¿a encender el televisor?
2. Si usted tiene que viajar por una carretera en un viaje
largo, propóngase una marcha de absoluta regularidad.
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