¿PERFECCION O PERFECCIONISMO?
¿Por qué? ¿Por qué el infinito
amor del Universo se manifiesta en la confrontación
de sus criaturas? ¿Por qué el terremoto de
la ilusión? ¿Para qué existe un mundo
imperfecto donde el mal y la injusticia señorean?"
Tratemos de reflexionar: ¿quién es el que
habla, el que divaga de esta manera? Respuesta: un perfeccionista,
un interesado en cambiar el rumbo de las cosas, el plan
divino. Y podríamos repreguntar a ese personaje ¿De
qué serviría crear lo mejor de acuerdo a las
normas de una organización ilusoria basada en los
beneficios de la ciencia y la salud? ¿Quién
pudiera "mejorar" de acuerdo a lo establecido
por una entidad imaginaria? En todo caso ¿por qué
se debería "mejorar" y en qué aspecto?
y ¿quién sería capaz de certificar
esas "mejoras", ese status anímico, ese
"confort espiritual"? Todo hombre es mortal, tarde
o temprano acaba; su viaje verdadero es un retorno a los
orígenes. El ego hoy llamado deseo de "perfección"
relativo a ciertos tesoros, que no son siempre el sexo o
el dinero, sino que constituyen para cada cual lo que imaginariamente
cree ser o sus aspiraciones al respecto, es algo peligrosísimo;
una manía que puede ser asesina.
Educar a otros en el error; ya sea en el de una psicología
higiénica, o en el de una moral legalista, o una
cultura desodorizada (cuando no se los lanza a una competencia
sin meta verdadera) es acceder al caos aunque parezca lo
inverso. Es pretender "lo mejor" dejando lo bueno
de lado.
Si la perfección es buena y deseable, el perfeccionismo
puede llegar a veces a ser lo contrario de ella. De otro
lado la perfección es algo difícil de obtener
y el perfeccionismo algo demasiado fácil de lograr,
hasta el punto de constituirse en algo mecánico,
completamente alejado de la sensibilidad. Toda perfección
de alguna manera es una imagen de la Perfección y
por lo tanto una aspiración por aquello que se desconoce
y se ansía recibir. El perfeccionismo es activo y
pretende efectuar logros para utilizar dividendos. Esta
actitud es racional mientras que la primera es intuitiva.
En términos cristianos la perfección aspira
a la Voluntad del Padre, mientras que el perfeccionismo
tiende a la voluntad del hombre. En esos mismos términos
se afirma: "Sed perfectos como vuestro Padre Celestial
es Perfecto", pero está bien claro que ese Padre
Celestial no está preocupado por fomentar su propia
perfección, constituir la demagogia ni por "cultivar
su espíritu". Desde luego que hay una identidad
entre ese Padre y el Cosmos, porque de ninguna manera El
está fuera de su propia expresión. Si el lector
de Agartha tiende a la perfección, no es por un perfeccionismo
autosuficiente que presume de bastarse a sí mismo,
impresionar a terceros, o instituir fábulas. Por
el contrario, sus estudios, meditaciones, ejercicios y prácticas
tienden a la identificación con las leyes y comprensión
del Cosmos, pues de este modo conocerá la perfección
del Padre.
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