Religion Y Ciencia
Los teólogos y los hombres de ciencia, durante cinco
centurias se han enfrentado al dilema, de cual de los dos
era más importante para el SER.
En el período que parte de Copérnico, cada
vez que la ciencia y la Teología estuvieron en desacuerdo,
la ciencia siempre ha sido la victoriosa.
También es bien sabido, que, cuando estaban en juego
consecuencias prácticas, como eran la hechicería,
la medicina, la astronomía, la ciencia ha estado
siempre del lado de disminuir el sufrimiento, mientras que
la Teología ha estimulado el natural salvajismo del
hombre.
La difusión de la verdad científica, como
opuesta a la teológica, ha trabajado siempre, y en
forma indiscutible, por la felicidad.
Sin embargo, el tema entra en este siglo, en una nueva fase,
por dos razones fundamentales: la primera de ellas, es que
la técnica científica, ha llegado a ser más
importante en sus efectos que el espíritu científico;
y segundo, porque nuevas religiones están tomando
el lugar del cristianismo, y repetido los errores de los
que se ha arrepentido la cristiandad por boca de sus dirigentes
políticos y espirituales.
Esto es así en lo que se refiere hasta mediados del
siglo XIX, pero en lo que se refiere al siglo XX lo del
arrepentimiento, es todavía una materia pendiente.
El espíritu científico, es cauteloso, tanteador,
y marcha con pasos firmes y limitados, no acepta que lo
que conoce es toda la verdad, como lo encaramos nosotros
los iniciados, ni siquiera dice que su mejor conocimiento
es enteramente verdadero.
Sabe que toda doctrina necesita enmienda tarde o temprano,
y que la enmienda necesaria, requiere libertad de investigación
y libertad de discusión.
Pero de la ciencia teórica, se ha desarrollado una
técnica científica, y la técnica científica,
no anda a tientas, camina con pasos seguros, aunque ignora
donde va a terminar, y en llegando al aparente final, se
encuentra que allí mismo es donde se ha abierto un
nuevo sendero, que conduce a nuevas conclusiones, y así
hasta el infinito.
La física ha sido revolucionada, por la relatividad
y la teoría cuántica, pero todas las invenciones
basadas en la vieja física, resultan aún hoy,
no del todo satisfactorias.
La aplicación de la electricidad a todas las labores
humanas habidas y por haber, se encuentran basadas en las
teorías que desarrolló Clerk Maxwel, y que
fuera publicada hacia 1924, y ninguna de esas invenciones
ha dejado de operar, por el hecho de como sabemos hoy en
día, las opiniones de Maxwel fueron inadecuadas en
varios puntos.
Así, los expertos prácticos, que emplean la
técnica científica, y todavía, mas
los gobiernos y firmas que emplean a los expertos prácticos,
adquieren un espíritu muy diferente del hombre de
ciencia; un espíritu lleno de sentido, de un poder
ilimitado, de certeza arrogante, y del placer que produce
la manipulación hasta del material humano.
Este es el reverso del espíritu científico,
pero no podemos negar, que la ciencia ha ayudado a desarrollarlo.
Los efectos directos de la técnica científica,
no han sido en modo alguno, enteramente benéficos.
Por una parte, han aumentado la capacidad destructiva de
las armas de guerra, y la proporción de la población
que puede retirarse de la industria pacífica por
la lucha y la manufactura de municiones.
Pero, por otra parte, ha incrementado la productividad del
trabajo, ha hecho muy difícil que opere el viejo
sistema económico, que dependía de la escasez
y, por impulso violento de las nuevas ideas, ha sacado de
quicio antiguas civilizaciones, conduciendo a la China,
durante muchos años, al caos, y al Japón y
a Alemania ( que ya son historias bien conocidas ) a un
imperialismo sin escrúpulos, de tipo accidental,
a Rusia la condujo a un intento violento de establecer un
nuevo sistema económico, y a la Alemania nazi a un
intento de mantener el antiguo.
Estos males de nuestro tiempo, son debido en parte a la
técnica científica, y, en definitiva a la
ciencia.
La guerra entre la ciencia y la teología cristiana,
a despecho de las escaramuzas ocasionales en las avanzadas,
casi ha terminado, y pienso que muchos cristianos, admitirían
que su religión ha salido gananciosa.
El cristianismo se ha purificado de lo superfluo, herencia
de una edad bárbara, y casi se ha curado del deseo
de perseguir.
Que de lo más valiosa de ella, que son las enseñanzas
de Jesús, queda también una doctrina moral
muy valiosa.
La aceptación de la enseñanza de Cristo, que
debemos amar a nuestros prójimos, y la creencia de
que en cada individuo hay algo que merece respeto, aún
cuando no se le llame alma.
También entre los cristianos, hay la creencia, caso
general, de que el cristiano, debe oponerse a la violencia.
Pero, mientras que las religiones mas viejas se han purificado,
así de un modo benéfico, surgen nuevas religiones,
con todo el celo persecutorio de la juventud vigorosa, y
con tanta disposición para oponerse a la ciencia,
como la que caracterizó a la Santa Inquisición
en los tiempos de Galileo.
Aquí es conveniente establecer una salvedad, en estos
tiempos, la Administración de la Iglesia, a través
de su cabeza visible y sus cerebros invisibles se opone
a ciertos estudios científicos principalmente de
la biología, pero se considera en los círculos
de investigación que no es nada más que algo
transitorio, y que durará hasta el momento que los
acontecimientos científicos avasallen esa idea retrógrada,
propia de personas que no han estado acompañando
los tiempos y las modernas teorías de investigación,
y más aún, los problemas acuciantes de la
época.
Si en algún momento de la historia de este siglo,
hubiésemos dicho en Alemania que Cristo era Judío,
o en la Rusia soviética, que el átomo ha perdido
su substancialidad, y se ha convertido en una serie de aconteceres
, estábamos expuestos a castigos severos.
La persecución de intelectuales en esos dos países,
ha superado la severidad de todo lo perpetrado por las Iglesias
de los últimos doscientos cincuenta años.
El mayor estigma que en el presente lleva la ciencia, y
que la persigue a ultranza, es la economía.
Solo para establecer una comparación, aunque no es
precisamente algo muy exacto en estos tiempo, algo que Inglaterra,
que siempre hemos considerado un país muy tolerante,
un hombre cuyas opiniones sobre economía eran condenadas
por el gobierno, cuando las hiciera públicas, en
cambio si las callaba, no pasaba nada.
Pero aún en Inglaterra, la expresión de opiniones
en un momento dado, comunistas, en discurso o folletos baratos,
exponía al hombre a exponer su medio de vida, y también
a períodos ocasionales de prisión.
Según una Ley que desenterrada en 1913, y que no
fue aplicada en toda su amplitud, no solamente el autor
de esos escritos, que el gobierno consideraba sediciosos,
sino cualquier hombre que los poseyese, estaba expuesto
a castigos, bajo la excusa de que puede tratar de emplearlos
para minar la lealtad de las fuerzas de su Majestad.
En Alemania y en Rusia, la ortodoxia tuvo una mira mas amplia,
y las penas por herejía eran mucho más graves.
En cada uno de estos países había un cuerpo
de dogmas promulgados por el Gobierno, y los que disentían
públicamente, caso que salvasen la vida, se veían
expuestos a trabajos forzados en un campo de concentración.
Es cierto que lo que era herejía en uno, era ortodoxia
en otro, y que el hombre que se sentía perseguido
en uno de ellos, podía pasarse al otro, donde era
recibido como un héroe.
Sin embargo, está de acuerdo en sostener la doctrina
de la Inquisición, es decir que la manera de promover
la investigación de la verdad, es afirmar de una
vez por todas lo que es verdadero, y luego castigar a los
que están en desacuerdo.
Para ello, hoy en día vemos el comportamiento de
los gobiernos del medio Oriente, cuyas leyes están
basadas en los libros sagrados.
La historia del conflicto entre la ciencia y las iglesias,
muestra la falsedad de esta doctrina.
Estamos convencidos ahora que los perseguidores de Galileo,
no conocían toda la verdad, pero nadie me convencerá
que eso que mencioné anteriormente era cosa ignorada.
Actuaban ambos influenciados por doctrinas que por siglos
predicaban la violencia contra el Ser, y no querían
ser menos.
Pero, pese a todo ello, la ciencia se expandió a
niveles inconmensurables hasta ser lo que es hoy en día.
Es una desgracia, que la oportunidad para entregarse a la
intolerancia haya surgido en dos lados opuestos.
Si hubiera existido un país, en donde los hombres
de ciencia podían haber perseguido a los cristianos,
quizá los amigos de Galileo, no hubieran protestado
( tomo a Galileo como punto referencial ) contra toda intolerancia,
sino solamente contra la del partido opuesto.
En este caso, los amigos de Galileo, hubieran transformado
su doctrina en un dogma, y Einstein, que ha mostrado que
tanto Galileo, como la Inquisición, estaban en un
error, sería proscrito por ambas partes, e incapaz
de encontrar refugio en ningún lugar.
Se puede decir que la persecución en nuestros días,
a diferencia del pasado, es política y económica,
más que teológica, pero, tal excusa, la considero
antihistórica.
El ataque de Martín Lutero, a la doctrina de las
indulgencias, causó grandes pérdidas financieras
al Papa, y la rebelión de Enrique VIII, lo privó
de un gran ingreso que había disfrutado desde el
tiempo de Enrique III.
Isabel persiguió a los católicos romanos,
porque querían reemplazarla por Maria, reina de Escocia,
o por Felipe II.
La ciencia debilitó el dominio de la Iglesia sobre
el espíritu de las gentes, y condujo en definitiva
a la confiscación de numerosas propiedades eclesiásticas
en muchos países.
Los motivos económicos y políticos, han sido
siempre, en parte causa de la persecución, y quizá
la causa principal.
El alma, se había transfigurado en signo de poder
y fuerza económica, y el nuevo Dios, comenzaba a
reinar con un dogmatismo diferente.
En todos los casos, el argumento contra la persecución
de las opiniones, no ha de depender de lo que puede ser
la excusa de la persecución, pero siempre hay un
fondo religioso en la gestión, conforme lo definió
perfectamente bien Streicher en el juicio que se le siguió
en Nuremberg, y donde fue condenado a muerte por criminal.
El argumento principal, es que ninguno de nosotros, reconoce
toda la verdad, que el descubrimiento de la verdad, se promueve
por la discusión libre, y se hace muy difícil
por su expresión y que, a la larga, el bienestar
humano, se aumenta con el descubrimiento de la verdad, y
se incomoda por la acción que se opone a esa investigación
específica.
La verdad nueva es a menudo, inconveniente, para algún
interés consagrado; tomemos por ejemplo la doctrina
protestante, que indica que no es necesario ayunar el día
viernes, fue resistida de un modo vehemente por los comerciantes
de pescado de la época Isabelina.
Pero, la verdad nueva debe promulgarse libremente en interés
de toda la comunidad.
Puesto que en un comienzo, no se puede saber si una determinada
doctrina es cierta, la libertad para la búsqueda
de la verdad nueva, implica igual libertad para el error.
Estas doctrinas que habían llegado a ser lugares
comunes, fueron en su momento anatematizadas en Alemania
y en Rusia, y no resultan suficientemente reconocidas en
todas partes.
La amenaza para la libertad intelectual, es más grande
en nuestros días que en cualquier momento de 1660,
pero, hoy día no proviene de las Iglesias Cristianas.
Proviene principalmente de los gobiernos, que debido al
peligro moderno de la anarquía, estimulados por medios
de comunicación masivos, ( que han logrado penetrar
en todo los hogares de todo el mundo, ) también el
pánico al caos, han heredado el carácter sacrosanto
que antes pertenecía a las autoridades eclesiásticas.
Está muy claro, que el deber de los hombres de ciencia,
y de todos los que aprecian el conocimiento científico,
es el de protestar contra las nuevas formas de persecución,
mejor que congratularse de modo complaciente por la decadencia
de las viejas formas.
A estas viejas formas, continúan otras formas de
tiempo nuevo que no por extrañas a nuestro conocimiento
occidental, son menos feroces.
Esto no se aminora, por la adhesión a las doctrinas
particulares, en cuyo apoyo concurre la persecución.
Ninguna adhesión por el Comunismo, nos impedirá
evocar lo malo que hubo en Rusia, o darnos cuenta de que
un régimen que no permita crítica a su dogma
debe convertirse al final en un obstáculo para el
descubrimiento del saber nuevo.
Ni, inversamente, el desacuerdo con el comunismo o islamismo,
o socialismo o cristianismo, debe conducirnos a condonar
las barbaridades que se ha perpetrado en la humanidad a
través de los tiempos.
En los países en que los hombres de ciencia tienen
amplia libertad intelectual, tanta como desean, deben mostrar
siempre con una condenación imparcial, que desaprueban
su mutilación en todas partes, cualquiera que sean
las doctrinas que han actuado de eje para iniciar la persecución.
Pueden ser una minoría en la comunidad aquellos para
los cuales la libertad intelectual, es personalmente valiosa,
pero debemos recordar, que entre ellos están los
hombres mas valiosos para el futuro; entre los cuales los
Sabios Iniciados se encuentran en la primera línea.
Hemos visto, la significación de Copérnico,
Galileo y Darwin, en la historia de la humanidad, y no hay
que suponer que el futuro no producirá, ya hombres
semejantes.
Si se les impidiese realizar su obra creadora, y que ellas
produzcan su efecto debido, se estancará la humanidad,
y sucederá una EDAD OSCURA como la antigua edad oscura,
sucedió al período brillante de la humanidad.
La nueva verdad, es a veces incómoda, especialmente
para los que asumen el poder; sin embargo, toda la larga
historia de crueldad y beatería, representa la hazaña
mas importante, de esta nuestra especie inteligente, pero
vacilante.
HH.·. este marcar posiciones ideológicas frente
a un nuevo siglo no es nada más que una forma de
estar presentes como Iniciados en todas las reuniones que
en estos tiempos se desarrollan en diversos lugares del
mundo.
Estas reuniones mundiales son justamente el punto básico
de partida de una nueva concepción de la libertad,
un estar presentes con algo más que con retórica,
mostrando esa fuerza que reside en la cadena de unión
universal, que crea en los científicos de todo el
mundo ese nudo que nos sirve para compatibilizar criterios
dispersos en el sentido del lugar de donde proviene la Luz,
que es la Libertad con Sabiduría y Equilibrio.
Angel Perez Pardella Luchessi.
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