EL RITO
En diversas ocasiones hemos hablado del rito como un componente
básico del conocimiento simbólico, y por ende
de la vida misma, que en la indefinida variedad de sus formas
siempre cambiantes es la permanente reiteración de
un orden arquetípico invariable y eterno. Precisamente
la palabra rito, que procede del latín ritus, el
que a su vez deriva del sánscrito rita (raíz
rt), no significa otra cosa que "orden". En verdad
el rito es el propio símbolo en acción, por
lo que su reiteración constante en todos los actos
de nuestra vida va permitiendo que la gradual comprensión
de las ideas -vehiculadas por los símbolos-, acaben
finalmente por incorporarse en todo nuestro ser, jalonando
así el proceso que nos conduce al Conocimiento. De
ahí que cuando hablamos de ritos, no nos estamos
refiriendo a ceremonias "mágicas", civiles
o religiosas. Los ritos iniciáticos de determinadas
tradiciones aún están vivos, aunque es difícil
el acceso a ellos. Algunas religiones o instituciones tradicionales
conservan los símbolos -y aun los ritos-, pero éstos
carecen de todo contenido verdadero y están como
vacíos, siendo desconocidos su esencia y esoterismo,
o sea, su realidad y significación. Para la Tradición
Hermética son ritos los estudios efectuados a partir
de modelos herméticos, la concentración que
ello implica, la meditación que promueve, las prácticas
que efectivizan la visión y lo imaginal, la oración
incesante del corazón como invocación permanente,
la contemplación que producen la belleza y la armonía
de la naturaleza y el cosmos, y los trabajos auxiliares
encaminados al logro del Conocimiento. A este particular
queremos traer a la memoria que hay una identidad entre
el ser y el conocimiento. El hombre es lo que conoce. ¿Qué
otra cosa podría ser sino la suma de sí mismo?
Ser es conocer. A saber: que siendo lo que conocemos, la
reiteración constante del rito, que sustenta el conocimiento
de otras realidades, mundos o planos del Ser Universal,
es una garantía en cuanto a la identificación
con ese Ser y su conocimiento, a través de un camino
jerarquizado, poblado de espíritus, dioses, colores
y energías mediadoras.
|