El Sentido De La Consagracion.
Es tan amplio el sentido que tiene el vocablo Consagración,
que se pierde en la noche de los tiempos de cuando fue empleado
por primera vez, pero la historia religiosa de los pueblos
hace que lo traigamos a colación, cada vez que nos
queremos acercar a una temática propia de la filosofía
religiosa que emplea el ser en su vida diaria.
En el caso particular de la Consagración , los manuales
nos indican una forma muy específica, cuando se lo
trae a colación y se lo relaciona con las Ceremonias
Mas6nicas en general, por cuanto es el punto capital del
Rito, en el cual nos comprometemos a seguir en la senda
de la eterna búsqueda de la verdad.
En el rito, la Ceremonia de la Consagración, es la
manera como el individuo se eleva espiritualmente, hacia
el infinito concepto de adhesión a los sanos principios
de nuestra Orden y la Masonería Universal.
El hecho de encontrarse arrodillado, no representa un acto
de humillación frente a los componentes de la Logia,
sino un enquistarse en la concepción de que estamos
frente al Gran Arquitecto del Universo que nos observa y
reclama ese acto de fidelidad que por lo general es con
posterioridad al Juramento.
Esa recepción, no es nada más que una formulación
de confirmación de que desde el momento que fuimos
recibidos en la Orden, pisando ya el primer escalón
con 1os tres pasos del caso, hoy, y en la recepción
del segundo grado, confirmamos los compromisos que en el
primer grado hicimos, pero ya, con un conocimiento mayor
de la materia que viene a ser como la puerta que se abre
al esoterismo profundo que se encuentra encerrado en este
grado.
Al converger inmensas fuerzas espirituales sobre todos nosotros,
hacen de nuestras energías espirituales, los motores
propios del nuevo modo de transitar.
Por supuesto, que si tenemos que manejarnos con los valores
que están representados en las cinco gradas y que
son inteligencia, rectitud, valor, prudencia y amor a la
humanidad, decía para poder manejar esos valores
totales para lo cual es necesaria no solo tener el conocimiento
de la materia, sino que debemos tener el amor total a nuestra
Institución, que nos da justamente el valor del acto
de la Consagración.
La disposición interior que se debe tener para adecuarnos
a ese momento es muy especial, por cuanto las formulaciones
de fondo, se encuentran dispersas dentro de nuestro templo
interior, que recién comenzamos a construir, pero
que afloran en los momentos álgidos, y uno de esos
momentos es cuando se produce la Consagración.
Ese estado espiritual tan especial que nos rodea en ese
instante, es tal vez el momento mas sublime de la ceremonia,
que es la Consagración, el aceptar el ofrecimiento
que se nos ha hecho cuando ingresamos a la Orden, el compromiso
tan especial que hicimos de trabajar por la propagación
del Rito, por la prosperidad de la orden, y muy en especial,
de nuestro taller que es la casa que nos protege y orienta,
decía, que en este acto, renovamos el compromiso,
nos adherimos con más conciencia a los principios
básicos de nuestra Institución, le demostramos
a ella, que no nos han amilanado los problemas que se nos
presentaron, y que seguimos creyendo en ella, trabajando
por ella, y siempre en busca de la eterna verdad, objeto
principal de nuestra actividad, y muy especialmente la personal
en la aplicación de los padrones de Justicia.
La salida de nuestro interior de las fuerzas negativas del
espíritu, que anulan todo proyecto de elevarse, con
la consagración, tienden a diluirse y es entonces
cuando nos sentimos más proclives a sentirnos consubstanciados
con la idea que siempre es proclamada por nuestro imperecedero
tríptico de Libertad Igualdad y Fraternidad. Delio
Vera Navarro.
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