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Solsticio De Invierno

La Masonería, evoca el 24 de junio en el día de San Juan, como a uno de los constructores de la Masonería y a su vez también utiliza el patronímico, como elemento simbólico que nos trae la recordación del día que todos en algún momento de nuestra carrera Masónica hemos golpeado la puerta del Templo de la Verdad y de la Unidad.
La evocación en sí misma parte tal vez de simetrías que se han encontrado en la historia , principalmente en el cristianismo , y en menor medida en el Catolicismo, de elementos referenciales que nos han permitido retrotraernos en el tiempo y considerar a San Juan como una especie de patrono de la Orden, tomando siempre parámetros consecuentes con formas de sentir y pensar de los masones desparramados por el orbe.
Pero, fundamentalmente, lo básico de la recordación, y desde mi punto de vista, es el simbolismo de la puerta.
GOLPEAD Y SE OS ATENDERÁ .
Nuestras evocaciones llevan siempre implícitas las consecuencias de nuestros pensamientos y actos, por ello, al evocar a San Juan, más que las recordaciones de carácter profano que tanto se estilan, nosotros los Masones no hacemos más que evocar el sentido profundo de una mística que nos moviliza y orienta.
Hay dos similitudes que marchan parejas, y dentro de la ortodoxia siempre han sido válidas; la primera de ellas es que el Génesis nos dice "Locus iste:non est hic aliud nisi domus Dei et porta coeli." ( Este lugar no es otro que la casa de Dios y la puerta del cielo ) y la segunda expresión también del apocalipsis dice: " Ecce sto ad ostium et pulso" ( Vedme aquí a la puerta por la cual entraré ).
Hay también una tercera expresión " Lux oritur " ( Luz nace y vuelve a proyectarse y a aparecer ).
QQ.·. HH.·. Estos tres elementos citados, son algunos de los muchos que hacen que esté plenamente justificado que los Masones del Orbe, tomen a este nombre como patronímico de apoyo en sus manifestaciones espirituales.
En su primera expresión ESTE LUGAR NO ES OTRO QUE LA CASA DE DIOS Y LA PUERTA DEL CIELO, nos recuerda constantemente que el lugar donde nosotros nos reunimos, tiene la enorme ventaja de ser considerado un lugar sagrado, un lugar donde las razones huelgan y donde el espíritu, debe tomar su verdadero vuelo, porque es aquí, y hago referencia especial; es aquí donde nuestros espíritus sienten la vibración de la unidad, y nos permite confundirnos con ella, para sentirnos diferentes y liberados.
También esta evocación de la puerta del cielo que cita el Génesis no es nada más ni nada menos que la esencia total de la Masonería.
Penetrar dentro de ella no es nada más que integrar el alma a una solvencia diferente, a una concepción de unidad de alma y sentimiento, con personas que momentos antes de penetrar en el Templo, nos eran totalmente desconocidas, y que luego de cerrar las puertas detrás de uno y luego de ver la Luz, pasan a ser Hermanos.
Este aparente misterio de integración de voluntades, se produce, cuando trasponemos la puerta del templo, cuando nuestros golpes han sido escuchados, cuando volvemos el sentimiento hacia lo nuevo adquirido casi como si fuese un sueño, nos volvemos a sentir integrados en el total, en la gradación de máxima amplitud y en concordancia con el verdadero amor que solidifica la fundición del nuevo eslabón que pasa a integrar la cadena de Unión Universal de la Masonería.
También en el día de evocar a San Juan, el Sol brilla con más intensidad en nuestros espíritus, porque nos sentimos más iluminados con la evocación perenne de aquel que inició al Gran Iniciado hace dos mil años atrás.
Igual que nosotros, en un gesto de humildad sublime y de sometimiento a la voluntad superior, se hizo bautizar, se dejó nombrar hermano, se acercó en cuerpo y espíritu a aquellos que lo recibían dentro de la Orden de los Esenios y se sintió muy por debajo de Juan, que era la representación de la Luz, y con capacidad para transferirla mas allá de él mismo, para soporte de su propia carne y alma, y más brillante que la luz propia que irradiaba .
Ese supremo gesto de humildad que el Hijo del ser mostraba, nos indica también a nosotros el respeto total y constante que debemos tener hacia aquellos que brindan su Luz para que haya más Luz y Armonía.
Y al penetrar la puerta, la Gran Puerta del Círculo Aureo, donde el magnetismo es universal, es donde nos sentimos más fortificados con la presencia de nuestros QQ.HH. en las sillas de la Logia, que no deben estar vacías nunca, porque una silla de Maestro sin ocupar es un pensamiento puro volatilizado, que no encuentra destino y que se pierde en la inmensidad del espacio sideral.
Y estando dentro del Círculo, es donde las nuevos conciliábulos del alma se efectivizan, no se neutralizan, se agrandan y consolidan, como el metal de que están formados.
Volviendo al comienzo de la cita del Génesis en la cual nos recuerda que la casa es de Dios y las puertas son las del cielo, quisiera evocar el pensamiento del hermano, Paúl Valery quien en un momento de su inspiración poética plena dijo: " EL ES FUENTE QUE CONTIENE A SU MANERA Y ANEGA LO INFINITO, EL POSITIVO SUBSTRATO DE TODAS NUESTRAS ATRIBUCIONES.
Y esa misma sabiduría es la que en un momento dado abrió la puerta grande de la Orden, para dejarnos el paso libre, para que siempre estuviese nuestra boca abierta para defender la libertad, la mano siempre tendida, sin apretar el pistillo de cierre, para brindarnos fraternalmente, y de esa manera ingresar a la Masonería para apoyar una total igualdad.
En la segunda evocación a que aludimos anteriormente, "VEDME AQUI A LA PUERTA POR LA CUAL ENTRARÉ "...
Permanentemente nos encontramos frente a la puerta que queremos penetrar, una puerta que no siempre está dispuesta a ser despejada, porque no siempre somos los merecedores de entrar trasponiendo sus límites para sentarnos junto a quienes siempre nos esperan.
Esta reflexión, no es más que una evocación, de los muchos seres que se encuentran extramuros que tienen deseos de ser encontrados para engrosar nuestras filas.
Casi podríamos decir, que es algo parecido a aquello de buscar las vocaciones.
Los neófitos se encuentran parados delante de nuestra gran puerta, y esperan que los dejemos entrar.
Nosotros, no siempre somos los suficientemente humildes como para franquearles la puerta, pero no es solamente que ellos esperan, es que el abandono que hacemos de esa obligación de fortalecer la Orden no siempre nos encuentra ocupados en la tarea de buscar fundir nuevos eslabones para la cadena de esta Unión Universal.
Y siguen aguardando en la puerta, y no escuchamos su murmullo, porque estamos escuchando a veces nuestra propia voz, que nos embriaga fácilmente y nos hace perder el sentido de la marcha de los tiempos, y muchas voluntades e inteligencias brillantes, no adornan nuestras columnas.
Necesitamos un nuevo San Juan, que redescubra el valor de ser considerado Masón y nos ubique en el proceso histórico que realmente merecemos.
En el Hemisferio Norte, se evoca el Solsticio de Verano.
En el Hemisferio Sur, evocamos el Solsticio de Invierno.
En ambos casos las evocaciones son simbólicas, pero sí, nos ponen en posición de estar acorde con el tiempo de las realidades que vivimos.
Sentimos ya que los días son más cortos en nuestro hemisferio, que debemos pensar en las reservas necesarias para usar durante el invierno, que hay menos luz del sol, que hay noches más largas, que hay días más cortos, que hace frío, que debemos procurar calor para nosotros y los demás que nos rodean, que la soledad es terrible, pero que en invierno es mucho mas terrible aún, que los árboles extrañan sus hojas y que los frutos aguardan su tiempo de darse como todo fruto.
Todas estas cosas que evoca el Solsticio de Invierno, son analogías propias de las cosas que vivimos en nuestra Institución.
Yo personalmente, me siento consubstanciado con el invierno, porque lo considero una época de reflexión, un detener en cierto modo la marcha tropical de la naturaleza, un mirarnos hacia adentro, por cuanto, el follaje de los árboles no decrece en nuestro país mayormente, pero sí, el reloj biológico nos dice que algo es diferente al resto del año.
Y es el momento que necesitamos para reconcentrarnos, para mirar, como decía anteriormente dentro de nosotros, tal vez, es el momento de hacer nuestro balance espiritual para ver cuanto hemos avanzado, o también decirnos cuanto más debemos avanzar.
No dejarnos llevar por el desaliento, porque no nos consideramos lo suficientemente satisfechos con lo que hemos caminado en el sendero masónico, todo por el contrario, el Solsticio de invierno, es el indicado por indicarnos el trayecto que debemos recorrer para llegar felices al solsticio de Verano.
Y en esa búsqueda de tiempo trascendente es donde debemos buscar la competencia nuestra con los verdaderos valores, con la esencia del tiempo recuperado y con nuestro interior, que ha veces ha sido herido por nuestra dejadez.
Y en el eterno vaivén de las estaciones del alma, se reproducen los Solsticios, como si fueran marcos generales de meditación y esfuerzo para el Masón que transita en la eternidad del pensamiento.
También, esa espera de la época de luz, de flores, hojas y de frutos, debe ser la espera del tiempo de renovación y cambio, de proyección y amor a la humanidad, un nuevo despertar a la tolerancia.
El amor a la humanidad también es digno de recordar en el Solsticio de Invierno, en la sombra que el frío nos obliga a iluminar.
Ese amor a la humanidad, también es el que abre la gran puerta de entrada al templo de la concordia, donde debemos dar entrada para que la renovación sea efectiva y que debamos brindar al futuro seres capaces de multiplicar los valores hasta el final de los siglos, porque nuestra tarea, es permanente, nuestros objetivos son la humanidad y nuestra herramienta principal, es la Institución que nos cobija.
Con la utilización a pleno de esta herramienta, nosotros siempre procuraremos, mejor dicho debemos procurar buscar los senderos de la perfección, y tender nuestra mano, que deberá estar siempre abierta y dispuesta a apretar el pistillo de entrada para los seres de buena voluntad que quieran compartir con nosotros el desafío del nuevo tiempo.
Y dentro de nuestra simbología, ese recogimiento, no es nada más que la forma de alegrarnos por la nueva luz que comienza en ese momento a brillar, solo que en forma diferente.
De la reserva de energías que se produce en el encierro dentro de uno mismo, es de donde surgirán nuevos caminos de esperanza, nuevas luces para los senderos obscuros, nuevas fuerzas para afrontar los históricos desafíos de intolerancia e indiferencia, y surgirán los espíritus nutridos de una nueva Luz que el S.·.A.·.D.·.U.·. nos ha dotado a quienes se han animado a trasponer la puerta de la inmensidad de la Luz.
Y la tercera analogía que citamos es la de que es una gran noticia que la buena Luz, nace, y vuelve a aparecer.
En esta evocación del Solsticio de Invierno, ponemos nuevamente énfasis en la necesidad de que todos los ciclos de la naturaleza se deben repetir en forma regular, también en nuestras almas.
Entramos en conos de sombra, transitamos por senderos de tinieblas en busca de la verdad y la Luz y allí es donde encontramos o encontraremos si sabemos buscar, el verdadero sentido de la sublime manifestación.
Son tantas las analogías que pudieran citarse, a través de la evocación del Solsticio de Invierno, que en este caso en particular deberíamos recordar a los griegos, que para ellos el invierno era el genio del mal.
No veían una manifestación de la naturaleza, que era la reproducción de lo que ocurre en el ser humano, el eterno caminar, nacer, vivir, reproducirse y morir.
Para ellos, el genio del mal estaba encerrado en un témpano de hielo, en donde no se produce nada... y yo pregunto, acaso el hielo no es nada más ni nada menos que el elemento vital que vulgarmente llamamos agua en un estado diferente ?
Mas bien deberíamos pensar en la necesidad de pensar que ese témpano es una reserva de vida, y de esa forma seríamos sumamente positivistas.
En la India, los Brahamanes, siempre consideraban los cambios como signo de la esperanza, para ellos la reproducción de los ciclos estaba en la forma eterna del movimiento y lo relacionaban con un permanente vivir y reproducirse en las clases que habían sido logradas a través de la vida.
En cosas útiles y bellas si la vida había sido bien aprovechada, y en formas inferiores si la misma había sido despilfarrada.
Nosotros, somos tal vez más realistas y pragmáticos, y consideramos el proceso de cambio, como una transición hacia lo perfecto y nos alejamos de conceptualizaciones específicas, pero en todos los casos, estamos siempre dentro del mismo orden de cosas.
Rivadeneira en su obra Vida de San Juan Bautista y San Juan Evangelista denomina a San Juan "TROMPETA DEL CIELO" "HERALDO DEL SALVADOR " "PRECURSOR DE JESUS ", que vino al mundo para preparar el camino del Señor..."
Esa preparación era necesaria que se realizara para preparar a los seres a recibir la Luz.
De no haber estado preparado el ser para recibirla, tal vez se hubiera cegado, y esa fue la gran tarea de San Juan a quien se evoca en esta oportunidad.
Sin pretender herir sentimientos religiosos , y al solo fin orientador de conceptos, debemos dejar perfectamente aclarado que hubo en una época el culto religioso a San Juan y otro a Jesús.
Sin embargo, el culto a Jesús prevaleció en el tiempo y pasó adelante del de San Juan, como hablásemos que ello ocurrió para que se cumplan las profecías, una de las cuales dice que Juan dijo:
" AQUEL QUE VIENE DETRÁS MIO ES EL QUE PASARÁ AL FRENTE".
Dadnos G.·.A.·.D.·.U.·. la suficiente Luz para identificar tu Luz.
Las señales que vemos en el Sol y la Luna, son las señales de los nuevos tiempos que nos ayudarán a identificar los verdaderos valores que necesitamos.
Alegrémonos con este nuevo advenimiento de la gran estación de la alegría y el perfume que se avecina.
Ábranse las puertas para dar entrada a la máxima sabiduría y a la quietud del alma.
Recibamos lo que se nos brinda como alimento hoy, porque ese será el fuerte murallón que enfrentará la ignorancia y la intolerancia.


Angel Pérez Pardella Luchessi

Director
Luis Martin Cuenca Legal
Redacción
Raul Inchausti V. y todos los HH. que integran la Augusta y Respetable Logia Federico el Grande N°3
Colaboradores
Agustin Perez Pardella
Arnaldo Frutos
Angel Sonne Acht
Angel Perez Pardella Luchessi
Diseño Tapa
Eduardo Daniel Perez
Carlos Francisco Crichigno Peralta
Carlos Jose Palacios
Composición, Diagramación, Armado y Corrección
Feliciano Delgado

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