La Tradicion Hermetica
Las verdades eternas, conocidas unánimemente y expresadas
por sabios de todos los tiempos y lugares, se plasmaron
en Occidente en el pensamiento de culturas estrechamente
interrelacionadas que en distintos momentos florecieron
en regiones ubicadas entre Oriente Medio y Europa, durante
esta cuarta y última parte del ciclo, a la que se
ha llamado Kali Yuga o Edad de Hierro, y que siempre se
vinculó con el Oeste.
Antiquísimos conocimientos patrimonio de la Tradición
Unánime fueron revelados a los sabios egipcios, persas
y caldeos. Ellos se valieron de la mitología y el
rito, del estudio de la armonía musical, de los astros,
de la matemática y geometría sagradas, y de
diversos vehículos iniciáticos que permiten
acceder a los Misterios, para recrear la Filosofía
Perenne diseñando y construyendo un corpus de ideas
que ha sido el germen del pensamiento metafísico
de Occidente conocido con el nombre de Tradición
Hermética, rama occidental de la Tradición
Primordial. Hermes Trismegisto, el Tres Veces Grande, da
nombre a esta tradición.
En verdad, Hermes es el nombre griego de un ser arquetípico
invisible que todos los pueblos conocieron y que fue nombrado
de distintas maneras.
Se trata de un espíritu intermediario entre los dioses
y los hombres, de una deidad instructora y educadora, de
un curandero divino que revela sus mensajes a todo verdadero
iniciado: el que ha pasado por la muerte y la ha vencido.
Los egipcios llamaron Thot a esta entidad iniciadora que
transmitió las enseñanzas eternas a sus hierofantes,
alquimistas, matemáticos y constructores, que con
el auxilio de complejos rituales cosmogónicos emprendieron
la aventura de atravesar las aguas que conducen a la patria
de los inmortales.
Autores herméticos han relacionado a Hermes con Enoch
y Elías, quienes serían, para los hebreos,
la encarnación humana de esta entidad suprahumana
a la que identifican con Rafael, el arcángel también
guía, sanador y revelador.
Esta tradición judía, que se ha considerado
siempre como integrante de la Tradición Hermética,
convivió con la egipcia antes y durante la cautividad.
Moisés es fruto de esta convivencia- y en tiempos
de los reyes David y Salomón durante la construcción
del Templo de Jerusalén; hace alrededor de tres mil
años estos pensamientos se consolidaron en una arquitectura
revelada que permitió, una vez más, la creación
de un espacio vacío o arca interior capaz de albergar
en su seno la divinidad.
En el siglo VI antes de Cristo, que es el mismo siglo de
la destrucción del Templo de Jerusalén, y
contemporánea de Lao Tsé en la China, del
Buddha Gautama en la India, y del profeta Daniel en Babilonia,
nace la escuela de Pitágoras que, también
heredera de los antiguos misterios revelados por Hermes,
iluminará posteriormente a la cultura griega, tanto
a los presocráticos como a Sócrates y Platón.
Este pensamiento hermético influyó notablemente
en la cultura romana, en los primeros cristianos y gnósticos
alejandrinos, en los caballeros, constructores y alquimistas
de la Europa medioeval y en los filósofos y artistas
renacentistas, nutriéndose al mismo tiempo de los
conocimientos cabalísticos y del Esoterismo Islámico.
Luego florecen estas ideas hermético-iniciáticas
en el movimiento Rosacruz que se desarrolla en Alemania
y en la Inglaterra de la época isabelina, habiendo
sido depositadas estas antiguas enseñanzas, posteriormente,
en la Francmasonería.
Esta Orden, que en su apariencia exotérica no ha
podido escapar a la degradación y disolución
promovidas por la humanidad actual, conserva sin embargo
en sus ritos y símbolos ese germen revelado y revelador,
activo en el seno de unas pocas Logias que han logrado sustraerse
a las modas innovadoras que amenazan a Occidente con sucumbir,
y mantienen ese vínculo regenerador con el eje invisible
de la Tradición que se dirige siempre hacia el verdadero
Norte, origen y destino de la humanidad, del que esta tradición
nunca se ha separado.
Hermes y la Tradición Hermética viven actualmente.
Su presencia debe ser eterna por los elementos que componen
hoy día en las diersas Logias del mundo.
|