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...La Alegría de Dios en el pobre
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“Pues tu fuerza no está en la multitud
ni tu poder en los valientes, 
si no que eres el Dios de los pobres,
defensor de los pequeños, 
apoyo de los débiles, 
protector de los abandonados,
salvador de los desesperados”.
Jdt 9,11
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Margot Bremer rscj
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Esta es la confesión de fe de los anawim que quedan como resto fiel del pueblo de Israel, representados por la joven viuda Yudit, los que intentan recuperar la verdadera imagen del Dios de su pueblo.
Hasta hoy, solemos imaginarnos al pobre con cara triste, lleno de hambre y sufrimiento. También el arte cristiano occidental nos ha presentado, a lo largo de los veinte siglos, a un Dios serio y solemne; parece el único porte adecuado para expresar la dignidad divina en el Dios de los cristianos y la falta de dignidad humana en los pobres, respectivamente. Sin embargo, la Biblia nos presenta otro rostro de Dios: el Dios de la vida es alegre y su alegría divina está expresada en la Biblia mediante la alegría del pobre.
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.1. Sofonías, profeta pobre y alegre
El profeta Sofonías, pobre y marginado de la sociedad por causa de su procedencia africana –es cusita, es decir, etíope– ha experimentado en su propia carne el sufrimiento y la alegría del pobre. Por eso se atreve a presentar a Dios en la imagen de un pobre con alegría.
Durante la mitad del siglo VII a.C. las palabras de ese profeta brotan desde la periferia de Jerusalen, dirigidas a las élites del palacio y del templo. Predica contra los ministros del Estado y del templo real, los “soberbios” (3,11). A los que “se separan de Yavé, a los que no le buscan ni le consultan” (1,6) les advierte la venida del “día de Yavé”, la destrucción total de todas sus maquinaciones imperialistas, la llegada del caos. Sofonías lo interpreta como kairos: Yavé manifestará en este acontecimiento su señorío sobre la historia, sobre la tierra, sobre su pueblo y sobre toda clase de vida. Se manifestará como Dios recreador de justicia, en la acción no en conceptos.
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.2. “El día de Yavé” es renovador
Es posible que para Israel, el término “día de Yavé” haya surgido por primera vez en el momento del paso por el mar rojo en el cual Yavé históricamente manifestó su presencia salvífica al lado de los pobres, perseguidos por el ejército faraónico: “aquel día Yavé liberó a Israel del poder de los egipcios e Israel vio los prodigios que Yavé había actuado contra Egipto” (Ex 14,30). Era el día de “actuar” una nueva creación mediante la separación entre luz y tinieblas, día y noche, tierra y aguas (cf. Gen 1,4-7), pobres y “soberbios”, sentido comunitario y sentido imperialista. Aquel día, Dios estaba presente en los oprimidos y ausente de los soberbios. Su presencia significa vida, su ausencia caos. Su presencia separa los unos de los otros, es decir para unos el “día de Yavé” significa calamidad, para otros alegría; es el kairos para renovar la justicia de Dios. La memorización de aquel acontecimiento salvífico encuentra, más tarde, su realización material en el año jubilar que se celebra cada cincuenta años para restablecer la justicia soñada por Dios. 
Este día es  parecido al día del descanso de Yavé, día último de la creación cuando el creador constata que “todo estaba muy bien” (Gen 2,31), es decir: todo estaba según su proyecto: un estado de justicia, un dinamismo de reciprocidad entre hombre, mujer, naturaleza y Dios. Dentro de ese ritmo de convivencia integra de justicia, la aparición del pobre sería un insulto al Dios de la vida en justicia y un desprecio de este proyecto.
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.3. Acontece un nuevo “día de Yavé”
Sofonías, con su experiencia de un Dios de los pobres, logra expresar la indignación divina frente a los acumuladores, culpables de la destrucción de este proyecto de convivencia y especialmente de la existencia de tantos pobres e indefensos. Anuncia el juicio divino como nueva separación entre unos y otros: por una parte los acumuladores que deben acumularse para ser desparramados como paja (Sof 2,1). Ellos habían contra-creado la injusticia, el mismo caos. Por otra parte los “pobres de la tierra” que continúen su camino de triple búsqueda: buscar a Yavé, buscar la justicia, buscar la pobreza. El que busca a Dios, busca a la vez la justicia y con eso busca nada más que lo necesario para vivir dignamente. Es el camino de los “pobres de Yavé” los que iniciarán un proceso de liberación de la corrupción que posibilitará la renovación del proyecto creacional.
Con esta mística, surgida de una fuerte experiencia de Dios entre los pobres que buscan a Yavé, Sofonías inicia en los mismos pobres un dinamismo de esperanza que se plasmará en un proceso de liberación. El “día de Yavé” implica la esperanza en una nueva convivencia. Pues así como los acumuladores con su acumulación han atraído la injusticia a la convivencia y con eso el caos, así el resto pobre y fiel a Yavé, al renunciar a aquella acumulación, va a generar una nueva justicia y a partir de su nueva experiencia de esta pobreza va a inaugurar una nueva sociedad. Es el “resto de Israel”, el cual, por su pobreza, se ha refugiado en el “nombre de Yavé” (3,12)
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.El “nombre de Yavé”
El significado del “nombre de Yavé” nos explica el texto sobre David cuando se enfrenta en una batalla desigual con Goliat, poniendo su confianza en el “nombre de Yavé” contra todas las armas poderosas que confía el filisteo (1Sam 17,45). El “nombre de Yavé” es todo un proyecto; proyecto de Dios desde la creación que fue asumido por los liberados de sistemas faraónicos como su proyecto histórico (“Pueblo de Dios”). Se expresa en la permanente renovación de una convivencia en justicia: éste está defendiendo David contra el ejército filisteo.
En un Dios con tal proyecto, los pobres, en tiempos de Sofonías, se están “refugiando” de los corruptos. Sofonías pone su confianza en ellos. La novedad que el profeta pobre está anunciando consiste en que Dios iniciará un proceso de liberación y consiguiente refundación a partir de aquellos pobres que “se refugian” en El. Es decir, la refundación del pueblo no proviene de la conversión de los poderosos, sino de los pobres mismos que han sufrido bajo la corrupción de aquellos.
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.4. La alegría de Dios en los pobres
Buscarle al Dios de Sofonías es encontrarlo en medio de aquellos pobres. El profeta ha encontrado en aquellos la alegría del mismo Dios; ya que se habían refugiado en El y se habían hecho firmes en su justicia contra toda injusticia que les rodeaba. Reflejan la alegría de Dios dentro de su pobreza:
“Yavé, su Dios, el valiente liberador, 
está en medio de ustedes……
y está contento y alegre
y renueva su amor por ustedes; 
están danzando de alegría por su causa,
como en días de fiesta”
Sof 3,16-18ª
Sofonías expresa la alegría de Dios con la alegría del pobre en medio de una fiesta popular con baile, cantos y gritos de júbilo (sapukai). Es la fiesta del triunfo de la justicia de Dios que conlleva la liberación de los pobres. Sofonías abre los ojos y ve la realidad con los ojos alegres de Dios: Pues sólo aparentemente triunfan los “soberbios” con su poder propio y exclusivista. Los pobres, sin embargo solidarios e incluyentes, al buscar la justicia de Dios, e.d. el sentido comunitario y al renunciar a la acumulación individualista, ponen su esperanza en el triunfo del verdadero Señor de la historia, quien se hará presente en “su día”.
La esperanza en refundar una nueva convivencia viene de aquellos de los que menos se espera. Su fidelidad al sentido comunitario, la verdadera justicia, necesariamente está en actividad por tener que sobrevivir. Ser pobre y comunitario es un modo de ser, que se hace presente gratuitamente, revelando la presencia de un Dios alegre en medio de ellos. Y esta alegría de Dios, que Sofonías expresa en la alegría que el resto pobre daba, es celebrar la fuerza comunitaria que vence la propia angustia por la miseria: angustia compartida y comunitaria deja de ser angustia.
En esta solidaridad entre los pobres, la alegría de Dios irradia y contagia, desencadenando procesos de liberación. Respeto y ternura reflejan la presencia de un Dios alegre entre pobres comunitarios. Será el nuevo espíritu que impulsa hacia un nuevo modo de convivir, un nuevo estilo de vida, con otra lógica y con otras relaciones. Sólo mediante la pobreza habrá apertura a ese nuevo espíritu.
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.5. La alegría lleva a la esperanza 
Sofonías, profeta pobre y marginado, se ha dirigido a una minoría consciente de pobres que viven –resistiendo– en medio de la corrupción. Ponen su confianza en el “nombre de Yavé” y lo expresan en una práctica comunitaria, esperando que la alegría del mismo Dios presente entre ellos, irradiará como luz en la oscurridad; esperando que creciera como levadura en la masa, hasta que esta minoría se convierta en mayoría; será el día de la refundación del pueblo de Dios, el día de la recreación del proyecto de Dios, el “día de Yavé”. Se trata de una esperanza sin límites, iniciada por un puñado de pobres, capaz de superar lo “imposible” de los esquemas de pensar “oficiales”. Sofonías sabe que esta radical esperanza del pobre consciente puede dinamizar procesos de liberación en todo el pueblo. Es una manera profunda de ser pobre que implica renunciar a toda clase de violencia, opresión, iniquidad, injusticia; se trata de la toma de conciencia de vivir una pobreza íntegra que posibilitará percibir y recibir la alegría de Dios en medio de todos aquellos que buscan comunitariamente a Dios y se “refugian” en El.
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