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...Después de siete meses ¿No supimos, no pudimos o no quisimos? “En
mitad de la tormenta, y aunque sea peligroso, es necesario poner el piloto
en automático y retirarse al camarote a pensar. Sobre todo cuando
en el barco van muchas personas que miran buscando en mí demasiadas
cosas. Por ejemplo, esperanza para seguir. Por ejemplo, un gesto que haga
recapacitar a los que tienen el poder. Por ejemplo, ideas que puedan germinar
en el desierto en el que sobrevivimos".
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A
siete meses de marzo del 99 reina entre nosotros un desencanto que crece
por día. “No es que esperáramos milagros, pero tampoco esperábamos
tan pocos resultados”. A los tres meses lo expresaba ya con una imagen
del fútbol: “No acabamos de meter goles en el arco”. A los cuatro
meses, comparaba al Paraguay a una típica carreta de dos ruedas.
Una rueda era la ciudadanía. La otra, la clase política.
“La carreta no avanza si esta rueda, símbolo, de los políticos,
en lugar de redonda se está volviendo cuadrada”. A los cinco meses,
alguien me dio otra imagen: “El Paraguay es como un barco al que los piratas
conquistaron y se lo llevaban secuestrado. Pero el Pueblo lo recobró.
Y contrató a una tripulación de emergencia. El problema está
en que ésta tripulación, desde los comienzos, parece haber
considerado al barco como propiedad suya y no del Pueblo”. Y ahora, nos
preguntamos: ¿Por qué esto sucede así?
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.“No supimos” | |
En
buena parte es verdad. Toda dictadura larga y todo estado de pobreza severa
no solamente ataca al estómago y a la libertad sino también,
y mucho, a la inteligencia. Nos acostumbraron a ser sumisos y a no pensar,
porque para eso teníamos al que pensaba y decidía en nombre
de todos nosotros. Existieron hombres y mujeres que se libraron de esta
dependencia, pero el dictador pronto se preocupó de sacarlos del
país o de la vida. Paradógicamente la actitud interna en
los partidos hizo lo mismo exactamente con sus miembros que despuntaban.
Salvo muy raras y pocas excepciones nos faltan políticos jóvenes
menores de 35 años. Y en todas las edades nos faltan verdaderos
estadistas que piensen por un período de futuro. El 28 de marzo
necesitábamos mentes jóvenes y nuevas preparadas para iniciar
una nueva etapa. No supimos, porque no eran demasiados los que estaban
suficientemente preparados.
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.“No pudimos” | |
Por supuesto
que fuera del profesionalismo oficial de los partidos había personas,
que privadamente se habían escapado de esa atonía general.
Pero, el entorno oficial partidario se notó algo bien triste. La
ciudadanía, en marzo, en buena parte, se había despertado.
Sin embargo, la clase política pareciera que no se diera cuenta
de lo ocurrido. Y, sin consultar al Pueblo ni a los que luchamos en la
plaza, hicieron lo de siempre: considerar las cuotas de poder como “botín
de guerra”. Y vinieron las componendas y las repartijas y las envidias
de colores y de movimientos internos en cada partido. De esta manera, aunque
habían personas bien preparadas, no pudieron aportar su valía
porque la ambición partidaria no les dejó sitio en el Gobierno. . |
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.“No quisimos” | |
Y no me refiero
a los que estuvimos en la plaza o a los que se unieron a nosotros desde
todo el País. Desde el comienzo, el mismo día 28 de marzo,
dije a un medio de comunicación que se necesitaban “vasijas nuevas
para este vino nuevo, este ímpetu y compromiso nuevo con el Paraguay
que acababa de nacer en la plaza”. Por supuesto no quisieron los restos
abundantes del oviedismo, lo cual no es de extrañar. Pero, lo que
no comprendemos muchos es como prevaleciera la voluntad de algunos políticos
convencidos de que el gobernar era todavía como dirigir una estancia
propia y en provecho propio, frenando así la voluntad eficiente
de crear el Paraguay Jaipotáva. No quisimos, porque todavía
son otros los ideales que anidan en los corazones de muchos paraguayos
y paraguayas que tienen poder e influencia. . |
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.¿Tenemos futuro? | |
Es la pregunta
candente que me hago en este paréntesis “de mi camarote”
A favor existen razones que me hablan de un futuro como Pueblo. Dios quiere que seamos felices, que crezcamos como seres humanos en estos años de vida en la madre Tierra. Y esto no es un regalo que nadie nos dará. Lo tenemos que conseguir nosotros unidos con nuestras mismas fuerzas. Y a esta realidad, destino y unidad, la llamamos la Nación y el Estado paraguayo. Esta decisión asumida ha sido expresada en la plaza con palabras, con heridos y con jóvenes que dieron sus vidas. En contra existen razones que, paradógicamente, se apoyan en la sin razón de muchos seres humanos. El sistema neoliberal con sus “recetas” no acierta a ayudarnos en lo que verdaderamente necesitamos de verdad. La ambición de dictadores y egoístas nos legó un Paraguay destrozado. Añádase a todo esto la ambición, y el egoísmo de bastantes políticos. Finalmente, la falta de cultura de buena parte de nuestro Pueblo nos hunde en engaños y manipulaciones y nos mantiene desunidos y destrozados. . |
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.¿Por dónde comenzar? | |
Me he dedicado
a recomponer las piezas de este rompecabezas. Les confieso que nada conseguí.
Es demasiado problema.
Sin embargo existe un dato biológico, que puede modificar substancialmente todo el planteamiento. Sea cual sea la miopía de nuestros políticos, hagan los planes que hagan, insistan todo lo que quieran en mantenerse en el poder y conducir al Paraguay a su capricho, de aquí a diez años, serán desbancados generacionalmente por una juventud que irrumpirá masivamente dando un cambio de 180 grados a todo el país. . |
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.“La juventud es la clave” | |
Lo escribo con
miedo. Porque la juventud es también como una moneda de dos caras.
Una ya está acuñada por lo malo que ya les hemos enseñado
los mayores. Por reacción o por imitación, buena parte de
la juventud, o buena parte de todo joven, es ya imagen y semejanza de los
adultos.
Pero, existe la otra cara. Todavía no tocada. Virgen. Siempre en peligro de ser contaminada, pero siempre abierta a lo nuevo, a lo valioso, al futuro. Es la única oportunidad fuerte a la que conviene arriesgarlo todo. Pero, ¿qué significa eso? . |
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.“No se trata de…” | |
No se trata
de jugar con la juventud. Ocurre que estamos en tiempos de emergencia grande.
Y no podemos esperar años a que se forme y, luego, nuestra juventud
actúe. Vamos un poco contra reloj. Es ya hora de que la juventud
se haga presente en la Vida y que, acompañada de los mayores y estos
de ella, pongamos en marcha al Paraguay. Serán las primeras generaciones
de jóvenes del siglo XXI en el Paraguay a las que les cabe la inmensa
tarea de dar un corte a lo caduco y corrupto, de soñar en lo nuevo
y de comenzar a ponerlo en práctica y a vivirlo. Y solamente con
una enorme libertad de espíritu, sinceridad y compromiso seremos
capaces de ello. . |
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.Posdata | |
Me han preguntado
el por qué del título en primera persona del plural y no
en tercera. Y tienen cierta razón. Sin embargo, al ponerlo así
he querido hacer notar algo interesante. Una especie de “mea culpa”. Si
la ciudadanía, después de marzo, lo hubiera querido con más
fuerza, si hubiera controlado más, si hubiera participado intensamente
en seguirle la pista desde el comienzo a los que tienen el poder, el resultado
hubiera sido “supimos, pudimos, y quisimos”. Y el Paraguay estaría
mejor ahora a los siete meses. . |
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