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...¡ A trabajar !
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El gobierno de Unidad Nacional terminó la segunda versión de su Programa de Gobierno que recoge la opinión de los tres partidos y de numerosas organizaciones sociales. Ahora el gobierno quedó sin excusas y debe ponerse a trabajar. Si ya se consiguió un buen grado de sistematización, si se tienen los lineamientos, lo que le falta es comenzar la tarea
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Line Bareiro
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El gobierno de Unidad Nacional terminó a principios de noviembre la segunda versión de su Programa de Gobierno 1999 – 2003, que esta vez es además Consolidado y Complementado. Las diferencias formales con la primera versión presentada en el mes de julio son muy grandes y pareciera ser que se recogió efectivamente mucho de lo aportado por las agrupaciones políticas, sociales, gremiales, de mujeres, y de los debates departamentales.

Personalmente pude participar en uno de los debates del Foro Ciudadano sobre uno de los puntos de la Reforma del Estado, específicamente sobre la modificación de la Ley 200, así como en todas las jornadas del Foro Permanente de Reflexión de Organizaciones de Mujeres. A continuación se presentan algunas de las críticas y sugerencias formuladas por las organizaciones femeninas :

1. Se consideró necesaria la clarificación de los objetivos y pilares en los que se sustenta el Programa y que se presente el modelo de país que el gobierno propone a la sociedad paraguaya.
2. Se sugirió que se den orientaciones a ser tenidas en cuenta en todos los objetivos y estrategias, como por ejemplo: potenciar la descentralización, asegurar la participación ciudadana y aplicar plenamente el principio de igualdad de oportunidades para superar las desigualdades por razones sociales, de sexo, de lugar de residencia, de idioma y de etnia.
3. Se consideró que el documento era desordenado y se propuso: la homogeneización de la estructura de los capítulos, que se mejore la correspondencia entre objetivos, estrategias y metas y que éstas sean claras y realizables (pues algunas propuestas eran imposibles de llevar a cabo en el tiempo propuesto), así como la inclusión de los grupos meta de cada capítulo.
4. Se propuso la inclusión de la perspectiva de equidad de género, de manera que todo el documento esté pensado en hombres y mujeres en pie de igualdad, aunque se consideró necesario mantener un capítulo específico destinado a las mujeres. En ese sentido se planteó también la utilización de un lenguaje no sexista.
5. Entre los temas de especial preocupación se señaló que las propuestas deben ser acordes con la realidad. Como las políticas sociales estaban formuladas con vaguedad se planteó una mejora sustancial del capítulo. Se manifestó preocupación con los planteamientos de creación de nuevas instituciones y leyes a ser aprobadas que colisionan con las propuestas de reducción del gasto estatal. Se manifestó que se debe privilegiar al sector campesino para la reactivación económica y se señaló como un déficit que no hayan sido abordados temas como la justicia y lo militar, así como que no se hayan previsto en el proyecto de Presupuesto General de Gastos de la Nación previsiones para el cumplimiento del programa. Se sugirió que en el presupuesto se priorice salud y educación y se disminuya el gasto militar.
6. Finalmente, se hicieron sugerencias a cada capítulo.

Una comisión recogió esas y otras numerosas críticas y sugerencias de la sociedad paraguaya, en un proceso de participación inédito en nuestro país y se reformuló el Programa, que en la versión presentada en noviembre, está dividido en cuatro grandes capítulos, que incluyen un marco conceptual, la reforma del Estado, políticas sociales y lucha contra la pobreza, y reactivación económica, productividad y competitividad. En síntesis, el Programa mantiene como prioridades la reforma del Estado, la lucha contra la pobreza y la reactivación económica, pero de manera ordenada.

Se ha criticado del nuevo documento que excluye plazos, calendarios y metas porcentuales. Mi impresión es que eran tan absurdos, por incumplibles, los plazos y metas planteados en el primer Programa que más vale que no se los incluya. Por ejemplo, se planteaba que en cuatro años se atenderían las demandas de educación, salud, empleo, cultura y participación de un mínimo del 50% de la juventud paraguaya. Lo que se planteó es que ahora todas las instituciones deben ponerse a calendarizar y a proponerse metas concretas.

El Programa actual tiene las características de un Plan marco, que debe ser convertido en planes operativos sectoriales, que involucren al conjunto de las instituciones públicas. Lo bueno sería que todas ellas pasen a hacer suyas las “condiciones esenciales” de participación social y desarrollo sostenible con equidad social, transparencia, gobernabilidad y equilibrio ambiental. En lo que hace a la reforma del Estado incluyó tanto lineamientos de gestión pública como la descentralización y seguridad ciudadana, además de plantear como antes la privatización (con el nombre que se le quiera dar) de las empresas del Estado y la reforma de la normativa que rige las relaciones entre el Estado y el funcionariado.

Los otros dos capítulos están mucho más elaborados que en la primera versión, que en realidad daba la impresión de que el programa en serio era privatizar y redefinir las condiciones laborales de funcionarios y funcionarias, en tanto que lo social entraba como un agregado para satisfacer a quienes centran su preocupación en las cada vez más deterioradas condiciones materiales de vida de la población.

Ahora ya es suficiente. Si el programa recoge la opinión de los tres partidos de gobierno y de numerosas organizaciones sociales, si ya se consiguió un buen grado de sistematización, si se tienen los lineamientos, lo que el gobierno tiene que hacer es trabajar. ¿O no se da cuenta que estamos en crisis y que la conducción política no aparece por ningún lado? Si van a haber despidos de funcionarios, es el gobierno el que tiene que ofrecer alternativas a corto y mediano plazo, y debe contar con una fuerte oposición de los sindicatos estatales. ¿De dónde saldrá el dinero para las indemnizaciones? Si se quiere disminuir la pobreza rural que es la que más crece, se deben pensar en alternativas serias, porque hasta ahora, sólo se trabajó sobre hechos consumados. Por ejemplo, se expropian solamente tierras ya ocupadas por campesinos y campesinas.

El problema de los actores sigue siendo clave. Tal como está planteado el Programa, se debe romper con el clientelismo político y gobernar con transparencia, firmeza y austeridad. ¿Quién lo hará? ¿Cómo se financiará? ¿Quiénes lo apoyan? ¿Quiénes se oponen al Programa de Gobierno?

Lo grave es que, a diferencia del primer programa, éste fue recibido con escepticismo generalizado. Aparentemente ello no se debe al contenido del documento sino a la creciente decepción de los liderazgos de opinión sobre la capacidad del Gobierno de Unidad Nacional de gobernar al servicio del país.

El Karaí Octubre fue muy pesado. Ni el yopará que algunas personas pudimos comer, logró aventar a la creciente pauperización. Ahora el gobierno quedó sin excusas y debe ponerse a trabajar.

Ya es suficiente. Lo que ahora el gobierno tiene que hacer es trabajar. ¿O no se da cuenta que estamos en crisis y que la conducción política no aparece por ningún lado?

El problema de los actores sigue siendo clave. Tal como está planteado el Programa, se debe romper con el clientelismo político y gobernar con transparencia, firmeza y austeridad. ¿Quién lo hará? ¿Cómo se financiará? ¿Quiénes lo apoyan? ¿Quiénes se oponen al Programa de Gobierno?

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