. ...CON LAS MANOS VACIAS "No
hay nada más triste para un Pueblo que el verse con las manos vacías
después de haber hecho una gesta heróica que le costó
vidas. Sin embargo esta tristeza ha sido frecuente en la Historia. Francisco
de Paula Oliva s.j |
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Cuando estamos llegando al primer aniversario del marzo paraguayo miles
de habitantes de esta bendita tierra nos estamos mirando las manos, y las
estamos encontrando vacías. Ciertamente hace un año en la plaza se hicieron dos cosas memorables. Una, rechazar el intento de dictadura que se nos quería volver a meter. La segunda, cantar hasta volvernos roncos como un anhelo del corazón que "queríamos un Paraguay en paz y en justicia". Desgraciadamente, nos faltó lo tercero: comprometer a los gobernantes en una lucha contra la pobreza y a favor de la honestidad y desarrollo del país. Recordando una metáfora mil veces expresada, "en marzo paraguayo logramos rescatar el barco ‘Paraguay’ de las manos de los piratas que lo querían secuestrar y lo encomendamos a una, en parte nueva y en parte antigua, tripulación". Pero, como dijimos, fuimos demasiado ingenuos. Pensamos, engañadamente, que aquella tripulación tenía los mismos deseos e ideales que nosotros. Y aquí comenzaron nuestros males
Capitán fue designado el que tenía constitucionalmente derecho.
Inclusive fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia. Pero, esta constitucionalidad
no fue óbice para que todo comenzara a salir mal. La elección
de sus colaboradores fue el primer desastre. Posiblemente, ni él
mismo los eligió, sino que se los impusieron. Lo cual nos hace pensar
en que mientras unos daban la vida y otros soñábamos en la
plaza un Paraguay Jaipotáva, otros "mercenarios de la vida" estaban
tramando una repartija de cargos en algún lugar seguro. Febrero y Marzo del 2000
No queremos llegar a la conmemoración de marzo con las manos vacías.
Y esto por muchas y fuertes razones. Nuestros siete jóvenes mártires
de la plaza se merecen mucho más. Las necesidades son tan grandes
que son ineludibles. La frustración del Pueblo puede llegar a bronca
y ésta va a ser aprovechada por aquellos que precisamente fueron
desalojados de la plaza en marzo del 99.
No queremos llegar a la conmemoración de marzo con las manos
vacías. Y esto por muchas y fuertes razones. Nuestros siete jóvenes
mártires de la plaza se merecen mucho más. Las necesidades
son tan grandes que son ineludibles. Cuando celebremos un año
Entonces pueden ocurrir muchas cosas. Puede desbordarse la situación
y entrarse en un caos que haga preciso la intervención “nefasta”,
aunque sea necesaria, de los militares. Podemos entrar en una vorágine
de violencia, que pudiera haber sido evitada. De este modo perderemos el
tiempo y nuestro Paraguay se debilitará todavía más.
Puede volver el oviedismo —personalmente no lo creo—, envalentonado por
el desastre del país. Puede, inclusive, que no pase nada. Lo cual
es igualmente malo, pues este Gobierno de inutilidad nacional seguirá
sin pena ni gloria empobreciendo más y más al país,
preparando una bomba de tiempo por la pobreza y la frustración acumulada. |