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...CRECE EL PODER CIUDADANO
"Cuando me preguntan si valió la pena el marzo paraguayo siempre tengo dos respuestas. Una que ese gesto de todo un Pueblo luchando unido hasta la muerte por desterrar la dictadura y optar por un Paraguay en Paz y en Justicia y todo esto impulsado por jóvenes y campesinos, es único en nuestra Historia. Algo tan importante como alborear del día de la Independencia. En segundo lugar porque desde entonces el Pueblo ha crecido en conciencia y en compromiso de  organización".

Francisco de Paula Oliva s.j.
 

   Ha costado un año de intentos más o menos fallidos. Ha tenido el precio de  muchas reuniones y de aprender a consensuar, cosa rara en nuestro Paraguay moderno, aunque no en nuestra cultura primigenia aborigen. Y de este largo y doloroso  camino ha surgido un naciente, niño aun, Poder Ciudadano. 

Un Manifiesto publicitado

El llegar al Primer Aniversario "con las manos vacías" fue la sensación realista de muchos miles de paraguayos y paraguayas cuando nos acercábamos a marzo del 2.000. Palabras hemos escuchado muchas y grandilocuentes. Pero realizaciones, ningunas. Las Promesas hueras abundaron. Luego, se quedaron reducidas a unas migajas. Y éstas, además. dadas con afán proselitista. intentando comprar las conciencias.
Por eso, el primer paso fue consensuar un Manifiesto en el que, un grupo de ciudadanos después de "de reflexionar sobre las graves causas que nos han llevado a la actual situación y nos mantienen en la adversidad, exigimos a las instituciones políticas y gubernamentales medidas conducentes a solucionar los problemas que padecemos". 
Este Manifiesto fue entregado personalmente al Presidente del Congreso Nacional, luego al Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Finalmente, en una entrevista que se prolongó por dos horas, al propio Presidente de la República. Contactos tolerantes, pero firmes. Si no hubiera soluciones, no pudieran, no quisieran o no les dejaran llevarlas a la práctica, " por el bien de ellos y de la Patria, sería mejor dejar el lugar a otros". Así de claro, pero así de respetuoso. Está naciendo entre nosotros un espíritu de verdad y claridad, con respeto al que tiene la autoridad, pero en ningún momento servil y adulador ni cobarde. Lo cortés no quita lo valiente, como decía un antiguo refrán en castellano. 

Del Manifiesto a la Marcha

Lo que se dijo a las autoridades en privado, decidimos repetírselo en publico ante toda la ciudadanía. Y en menos de tres semanas se convocó a una marcha. La marcha del Poder Ciudadano. Con un slogan tan movilizador para que los que estuvimos en la plaza hace un año como éste "Si pudimos, podemos". Ikatukuri ha Ikatujevyta.
Y la idea "pegó". A los comienzos quisieron desvirtuarla. "Es la marcha de los intelectuales". Por supuesto que había intelectuales en ella y gracias a Dios. Ellos daban su aporte en las ideas. Pero el corazón de lo que iba a ser la marcha lo dio el mismo Pueblo, que día a día se iba uniendo como personas o como instituciones. Al final, éstas eran más de cien cuando la tarde del viernes 24 de marzo nos pusimos en marcha desde la Plaza Uruguaya hasta "la plaza" para celebrar el acto.

La marcha Poder Ciudadano sigue convocada para acompañar desde cerca la actuación del Gobierno y expresar públicamente, durante todo el año, su desacuerdo con palabras y hechos de modo que no se juegue más con nuestro Pueblo.
 

Lo que sucedió allí ya es historia. En un momento dado, sin previo aviso oficial a la organización y entrando "de prepo" con una fuerte escolta llegó el Presidente. Y sucedió algo que debiera de hacerle pensar a la clase política. El Pueblo a una, y con la espontaneidad de los jóvenes y adultos que lucharon en la plaza, a gritos, se le dijo que se fuera, que no querían escucharle. Allí se le repitió públicamente al Presidente lo que en la entrevista anterior ya se le había expresado:
"Con todo respeto, la ciudadanía exigimos al Presidente de la República el cumplimiento de los diversos compromisos adquiridos con los campesinos, trabajadores y empresarios. No engañemos más al Pueblo con promesas que no se cumplen".
"Con todo respeto, la ciudadanía exigimos al Presidente de la República el cesar en el nombramiento de funcionarios públicos en base a la repartija de las cuotas de poder partidarias y que destituya a todos aquellos que por su ineficacia y corrupción frenan la marcha del Paraguay".
"Con todo respeto, la ciudadanía exigimos al Presidente de la República hacer la verdadera Reforma del Estado con independencia de las contingencias electorales o de los intereses de los partidos"
"Con todo respeto la ciudadanía exigimos al Presidente de la República la reglamentación conveniente para que la objección de conciencia en el marco de un servicio militar no obligatorio  sea pronto una realidad entre nosotros".
Siguieron las exigencias a los poderes Legislativo y Judicial. Y continuó la fiesta ya sin la presencia del Presidente. Al día siguiente todos los medios de Comunicación  llenaban sus espacios con comentarios sobre lo ocurrido en la marcha. Serán discutibles algunos aspectos de ella, pero lo cierto es que cumplió sus objetivos: recordar la memoria del marzo paraguayo y de sus mártires, urgir "el buen gobierno" y unir a la ciudadanía alrededor del Poder Ciudadano.

Ahora  hacemos camino al caminar

Algunos entendieron que ahora se le daba un año de plazo al Gobierno en los tres Poderes y a los partidos para enmendar la página, de modo que en marzo del 2.001 se le exigiría cuenta. Sin embargo, esto no es verdad. La ciudadanía que hizo el Manifiesto y que emprendió, luego, la marcha Poder Ciudadano, no da ningún plazo mientras se retira tranquila a sus casas. Todo lo contrario. Sigue convocada para acompañar desde cerca la actuación del Gobierno y expresar públicamente, durante todo el año, su desacuerdo con palabras y hechos de modo que no se juegue más con nuestro Pueblo.
Ahora hacemos camino al caminar. Lo cual no va a ser nada fácil. Pero en esa fragua se va a ir gestando un Pueblo organizado que sea la verdadera fuente de Poder.

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