Golpe Oviedista (seguda parte) El golpe de Estado de Oviedo contra Wasmosy suscitó dos libros diciendo que nunca habia existido. En el golpe de Oviedo contra González Machi, ya nadie cree. Y sin embargo, ambos existieron. Hoy podemos ponderar tantas cosas: la torpeza de los sublevados y de los leales; la falta de escrúpulo de los enemigos de la democracia y la manera como la población y, sobre todo la mayor parte de los electos, banalizan la defensa del sistema democrático o incluso lo denigran. José Carlos Rodríguez |
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Hay que comenzar diciendo que si debemos elegir entre el presidente de
la República y el delincuente de la República no deberíamos
dudar. De ahí en adelante hay muchas cosas que decir. En primer lugar fue evidente que en Paraguay el Estado no tiene inteligencia. O al menos el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación no usa sus servicios de inteligencia. En segundo lugar la reacción fue de una lentitud exasperante. Dos tanquistas pudieron destrozar perfectamente a todos los parlamentarios –los presentes, que excluía a los que estaban escondidos esa noche– que ellos, señalaban como enemigo. El golpe era contra los tres poderes del Estado, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. En tercer lugar la lealtad de los cuarteles es discutible. Muy, pero muy despacio se fueron adhiriendo los comandantes a la democracia, después que toda la colectividad internacional habló. Las embajadas extranjeras fueron más leales a la República del Paraguay que sus soldados. Afortunadamente el enemigo fue también increíblemente chambón. No presentaron un jefe visible –fueron desmentidos despues por el prófugo convicto–, su proclama parecía una publicidad de fiesta barata y no una arenga militar y, al no conseguir la adhesión buscada, se "hicieron de goma" (en jerga juvenil). Eso no le quita peligrosidad. También Hitler hizo una chambonada y Pinochet otra antes de entrar con decisión a usurpar el poder. Pero debemos esperar que la democracia aprenda más rápido. El peligro más grande de dictadura lo constituye esta democracia. Una democracia de tan poca calidad que muchos piensan que no vale mucho, aún después de haber sufrido una dictadura de tan mala calidad como fue la estronista. Es que cuando la corrupción se convierte en moneda de cambio dentro del poder, la ineficacia resulta un problema sin importancia, la falta de principios es la manera principal de hacer política, entonces, la libertad es débil y está en peligro. Terminado el golpe fallido, el Congreso declara por casi unanimidad (menos un voto) el Estado de Excepción. Dos días mas tarde, sin que hubiera ni una sola denuncia contra abuso o violación de los derechos humanos, (¡ni una sola!), por unanimidad el liberalismo decide pedir el levantamiento del Estado de Excepción. Y antes, una buena parte los liberales había apoyado la impunidad de los posibles asesinos de Marzo dentro de Diputados, a cambio de votos que necesitaban esos liberales en defensa de la impunidad de sus correligionarios presumiblemente corruptos, como el intendente Burt o el contralor Fretes Ventre. Y, anteriormente, en la otra carpa, fueron los colorados quienes pusieron al oviedismo en el gobierno. En síntesis, la competencia política, que es legal, legítima y necesaria, no se subordina a los principios de la democracia y el buen gobierno. Luego, el fascismo sigue tan campante. Después de un disparatado golpe contra Wasmosy, realizado junto a un carnaval para festejar el día del jinete, ahora repite su hazaña para presentarnos este sainete. concretan. |