Un
espejo biblico
Siempre
la Biblia se ha distinguido por su capacidad de actualización. Sabe
mantener vigente los principios fundantes de la Palabra de Dios en cada
situación histórica y cambiante. Esta capacidad sigue en
pie hasta hoy, pues los últimos eventos de nuestra historia están
en un extraño paralelismo con otros bíblicos que se encuntran
en el libro de los Jueces.
Se
trata de una historia paradigmática sobre la ambición de
poder de un istraelita en tiempos de la "época de oro" de Israel,
época de la Confederación de Tribus, también llamada
época de los Jueces. Era el tiempo en que las tribus articuladas
intentaron convivir gobernándose organizadamente a sí mismas.
Aún les faltaba experiencia en este campo y había mucha debilidad.
Muestra
de esa fragilidad es la figura de Abimelec cuyo nombre "mi padre es rey",
-probablemente se lo dió él a sí mismo- es todo un
programa de mentira, ya que su padre Gedeón, no fue nunca rey. Más
bien todo lo contrario: después de una inesperada victoria sobre
los madianitas (Jue 8,22), al ofrecerle el pueblo ser rey de Israel, Gedeón
conscientemente rechazó la oferta por fidelidad a la constitución
de su pueblo. Existía una Alianza sagrada entre Dios y su pueblo
que le distinguía de las demás naciones, las cuales solamente
conocían la alianza entre su Dios y el rey que les gobernaba. Israel,
sin embargo, era Pueblo de Dios y tenía que organizarse como tal;
querían seguir el Proyecto de Dios y no someterse a los intereses
de un rey. Esa convicción motivó a Gedeón a rechar
enérgicamente aquel ofrecimiento: No seré yo ni mi hijo quien
reine en Israel, sino que Yavé es nuestro rey (v.23).
No
siempre se cumple el dicho de tal palo, tal astilla, pues al hijo de Gedeón,
Abimelec, le quedó la espina de aquella oportunidad perdida por
no haberla aprovechado su padre. Las aspiraciones de Abimelec eran opuestas
a las de Gedeón. Mientras que el padre buscaba la consolidación
del proceso democrático de su pueblo, el hijo buscaba con ambición
insaciable el acaparamiento de poder. Bajo el plan "mi padre ha sido rey",
él manipuló –como la reina Jezabel (cf.1 Re 21,8-13) el derecho
a decidir de los habitante de la ciudad de Siquém Les propuso la
alternativa de optar entre un gobierno de setenta personas y un gobierno
de una sola que iba a ser él mismo, enfatizando su cercanía
cultural y su parentesco; su madre era de Siquem. La opción de los
siquemitas manifiesta más bien un parentesco de aspiraciones: el
corazón de todos los señores de Siquem se inclinó
hacia Abimelec, porque se decían:"Es nuestro hermano" (Jue 9,3).
Abimelec, además de ser aprobado en su autocracia, fue aprobado
también en la financiación del proyecto a ejecutar. Con 70
siclos de plata, él pudo pagar a"hombres malvados y aventureros"
(v. 4) a asesinar en público a sus rivales, queriendo evidenciar
ante la población el cambio de poder. Frente a este despliegue terrorífico,
los habitantes de Siquem le proclamaron rey.
Uno
de los setenta, sin embargo, pudo escaparse. Su nombre, Jotam, quiere decir
"Javé es perfecto", y este nombre podría ser el título
para el segundo capítulo de esta historia.
Toma
de Conciencia de los Siquemitas
En
un siguiente discurso a los siquemitas, Jotam arriesga su propia vida para
defender la causa de Yavé. A sus ojos se trata de un proyecto de
convivencia humana mucho más perfecto que el plan de Abimelec. Con
la suerte de haberse salvado de la muerte él no buscaba venganza
del crimen perpetrado a "sus hermanos". No, a él le preocupaba más
un buen gobierno para su pueblo que parecía ser vencido por otro
autoritario. Jotam no tenía poder financiero, no tenía plata,
ni siquiera dones para estratégias. Clandestinamente convoca a los
señores de Siquem y les presenta una antigua fábula nomádica
con la exhortación de escucharla bien para "que Dios los escuche"
(v.7). Este escuchar implica estar a la escucha de lo que pasa en la historia
y saber interpretarlo desde el enfoque de la presencia de Yavé.
Escuchar significa dejarse interpelar por los acontecimientos y obedecerles
como a propuestas que Yavé mismo va haciendo. Pues Dios mismo también
es capaz de escuchar y actuar con relación a los reclamos y clamores
que llegan a sus oídos desde los engañados y oprimidos. He
aquí la fábula:
"Los
arboles se pusieron en camino para buscar un rey a quien ungir. Dijeron
al olivo:"Sé tú nuestro rey." Les respondió el olivo:"¿Voy
a renunciar al aceite con el que gracias a mí son honrados los dioses
y los hombres, para ir a vagar encima de los arboles?" Los arboles dijeron
a la higuera: "¿Ven tú, reina sobre nosotros!" Les respondió
la higuera: "¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto,
para ir a vagar encima de los arboles?" Los arboles dijeron a la vid: "Ven
tú, reina sobre nosotros". Les respondió la vid: "¿Voy
a renunciar a mi mosto, el que alegra a los dioses y a los hombres, para
ir a vagar encima de los arboles?" Todos los arboles dijeron a la zarza:
"Ven tú, reina sobre nosotros". La zarza respondió a los
arboles: "Si con sinceridad vienen a ungirme a mí para reinar sobre
ustedes, vengan y cobígense a mi sombra. Y si no es así,
brote fuego de la zarza y devore los cedros del Libano." (Jue 9,8-15)
¿Qué
crítica contiene esta fábula concientizadora respecto a la
monarquía oriental, paradigma biblico de los sistemas totalitarios?
Acusa a estos sistemas de un inútil "vagar" encima de los demás,
de ser completamente improductivos para el pueblo y encima mentirosos:
prometen protección al pueblo que no son capaces de dar, pues una
zarza no da sombra. Además lanzan amenazas de "devorarles" con fuego
en caso de rebelión (v.15). A continuación, Jotam les hace
preguntas cuestionadoras para sacudir y despertarlos. La ilustración
"fabulosa" de la decisión de los siquemitas de aceptar a Abimelec
como su rey, les hace ver su falta de lealtad al proyecto histórico
de su pueblo. Son cómplices del asesinato no solamente de setenta
seres humanos, sino del mismo proyecto de Dios; traicionaron a todos los
antepasados que habían "arriesgado su vida" como Gedeón (v.17)
en defender el proyecto de su sociedad.
Demasiado
tiempo necesitaban los confundidos "señores de Siquem" para despertarse:
tres años gastaban en profundizar, discernir, aclararse hasta que
se dieron cuenta de la verdad que dijo Jotam, gracias a la ayuda del espíritu
de Yavé (v. 23).
El
primer intento de liberación del tirano Abimelec fracasó.
El segundo intento terminó trágicamente con la vida de todos
los habitantes y con la total destrucción de la ciudad (vv. 39-49).
Abimelec los quemó vivos. La ciudad vecina, a 15 km de distancia,
seguramente aliada con Siquem, fue el blanco del próximo ataque
del aparentemente invencible tirano. Allí, finalmente, le alcanzó
la muerte, por una mujer además; la Biblia lo interpreta como justicia
de Yavé por haber traicionado la causa de su padre:"Así devolvió
Dios a Abimelec el mal que había hecho a su padre..." (v.56). Su
muerte hizo dispersar al instante a sus seguidores dudosos e hizo caducar
su proyecto monárquico. El texto acaba aludiendo a la profecía
de Jotam quien había dicho a los habitantes de Siquem,en aplicación
a la fabula narrada: "Si, pues, han obrado con sinceridad y lealtad con
Gedeon y su familia en el día de hoy, que del mismo modo Abimelec
sea alegría para ustedes y ustedes para él. De lo contrario,
que salga fuego de Abimelec y devore a los señores de Siquem y a
su consejo; y que salga fuego de los señores de Siquem y de su consejo
y devore a Abimelec." (vv.19-20).
Tanto
la ciudad con todos sus habitantes, así como también Abimelec
mismo, fueron "devorados" por el fuego de la ambición de poder.
No solamente el que acaparó el poder sino también todos aquellos
que lo consintieron, los que no tomaron un claro posicionamiento, se habían
hecho cómplices.
La
fabula de Jotam, probablemente de orígen no-israelita, de ambiente
nómada-independiente, ha servido como palabra ilustradora de Dios
que descalifica la institución autoritaria-totalitarista y la acusa
de destrucción de la vida y de la convivencia humana. En la memoria
del pueblo de Israel esta tragedia afirmó su NO a todos los sistemas
de gobierno con un poder deshumanizante que desintegra la buena convivencia
(cf. los 10 mandamientos) y confirmó su SI a la convivencia alternativa
bajo el reinado de Dios, aunque esto no les liberó de otros golpes.
CONSECUENCIAS
DEL EVENTO
Este
relato bíblico no entró como anécdota en la historia
de Israel sino como punto de arranque para la consolidación de su
proyecto histórico. La intervención de Abimelec como rey
en una estructura democrática-popular ha evidenciado la debilidad,
la ambiguedad, la indecisión, de muchos israelitas que habían
apuntado a un proyecto alternativo.
A
la ciudad de Siquem no la borraron de su memoria, sino la convirtieron
en monumento memorial al elegirla como lugar privilegiado para sus asambleas
como fueron las tan decisivas asambleas relatadas en Jos 24 y en 1 Re 12.
Frente a aquellas ruinas, ellos se hicieron firmes en su proyecto alternativo
a Abimelec que incluye constantes evaluaciones, reflexones, relecturas
con participación de todos.
Al
caer en rutina este programa, vieron la necesidad de inventar mecanismos
de renovación mediante el año sabático, el año
jubilar, las celebraciones de los hechos salvíficos-históricos
del exodo. Garantizaron la justa distribución de la tierra mediante
redistribuciónes periódicas de la misma. Los huerfanos, las
viudas y los forasteros fueron privilegiados con derechos especiales para
no caer en la miseria y mendicidad. Especialmente cuidaron el derecho de
todos a la participación, para sentirse corresponsables del gobierno
del país. Los representantes del pueblo tenían que dar cuenta
de su gobierno y de su fortuna, al retirarse (cf. Samuel; 1 Sam 12,1-5).
Iniciativas, acciones autónomas de solidaridad, impulsos y propuestas
provenientes de la base, fueron considerados como garantía para
mantener el sentido democrático. Denuncias de abusos, ejercitados
por los jueces, como "buscar dinero", aceptar regalos" y "violar la justicia"
(1 Sam 8,3) ayudaron a reducir las injusticias.
El
golpe de Abimelec no ha sido el único en la historia del pueblo,
pero quizás ninguno les había abierto los ojos tanto como
aquel. Solamente a través de golpes Israel aprendió lo que
es válido para una buena convivencia: por un lado enfrentarse con
coraje y sinceridad a las dificultades y buscar soluciones eficaces y,
por otro lado, abrirse, con confianza, al convivir como a un don de Dios.
Y
por esa capacidad de actualización de la Palabra de Dios, podemos
sacar tambien nosotros hoy algunas consecuencias:
1.
En medio de tanta confusión y oscuridad que nos hace repetir la
pregunta de Josué:"¿Eres tú de los nuestros o de los
enemigos?" (Jos 5,13) necesitamos "fabulas" del pasado que nos iluminen
nuestro presente para tomar posicionamientos firmes y decisiones acertadas
en favor de la consolidación de la democracia. La historia de Abimelec
nos enseña que sin memoria del pasado no habrá futuro. Es
necesario que seamos capaces y audaces de celebrar -en medio de la oscuridad-
una nueva democracia, soñada ya por los antiguos.
2.
"La esperanza es fundamental para sacar al país de su letargo"
dice Juan Andrés Cardozo (U.H.20-21 de mayo, 2000, p.6). No es cosa
fácil tenerla en estos años de tantos "golpes", pero tampoco
es imposible. Se funda en la certeza que este mundo y la humanidad estén
hechos para una convivencia buena. Nos queda mucho por andar, pero apostamos
que a golpes avanzaremos. Detrás de este destino se asoma el rostro
paterno y materno de un Creador que no descansa hasta constituirnos en
un sujeto apto para dar pie a la realización de una convivencia
según sus "sueños"; entonces El será "nuestro rey"
y no otro.
3.
Evaluando el hecho trágico de Abimelec y de los siquemitas, llegamos
a la conclusión que los "señores de Siquem" habían
cedido a una argumentación mal enfocada -intencionadamente- por
Abimelec, que tentaba la propia comodidad. Son aquellas promesas y propuestas
mal enfocadas, semi-verdaderas que nos hacen tibios y nos quitan la capacidad
de hacer opciones lúcidas y radicales. Nos hacen"cojear de ambas
piernas" (1 Re 18,21), para no correr el riesgo de perder algo.
Ojalá
que la fábula de Jotam nos ilumine más rápido que
a los siquemitas.
El
primer intento de liberación del tirano Abimelec fracasó.
El segundo intento terminó trágicamente con la vida de todos
los habitantes y con la total destrucción de la ciudad (vv. 39-49).
Abimelec los quemó vivos. La ciudad vecina, a 15 km de distancia,
seguramente aliada con Siquem, fue el blanco del próximo ataque
del aparentemente invencible tirano. Allí, finalmente, le alcanzó
la muerte.
La
fabula de Jotam, probablemente de orígen no-israelita, de ambiente
nómada-independiente, ha servido como palabra ilustradora de Dios
que descalifica la institución autoritaria-totalitarista y la acusa
de destrucción de la vida y de la convivencia humana.
El
golpe de Abimelec no ha sido el único en la historia del pueblo,
pero quizás ninguno les había abierto los ojos tanto como
aquel.
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