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Estrategias electorales
más allá del cargo
La figura del Vicepresidente, considerada habitualmente como florero, cobra en estos momentos una relevancia inusitada ¿Qué se pone en juego en Paraguay en esta oportunidad? José Nicolás Morínigo |
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La elección para la Vicepresidencia del Paraguay tiene rasgos paradógicos. Si fuera por el cargo en sí, la elección tendría que haber pasado desapercibida, pero no es así. El clima político que se vive en todo el país genera posicionamientos políticos fuertes, enconadas discusiones y una cierta agitación colectiva que sin duda está indicando que en esta elección se juega algo más que un cargo, cuya función principal consiste en asumir el poder por las causas específicas que se plantea en la Constitución Nacional. Es decir, el Vicepresidente es una sombra que recupera su vitalidad cuando muere, renuncia o es destituido como consecuencia de un juicio político ante el Congreso el Presidente de la República. El problema de la legitimidad Pero
esta elección se presenta como una suerte de venganza contra la
misma realidad. Las circunstancias políticas crean las condiciones
que obligarán al Presidente, por lo menos en la coyuntura inmediata,
a escuchar con atención lo que expresa la ciudadanía a través
del voto para la vicepresidencia.
Es decir, aun cuando la legitimidad de origen tenga un fundamento jurídico válido, la gestión del Presidente hace que tenga un débil consenso, razón por la cual las críticas del ala más ortodoxa de seguidores del general Oviedo, sobre la legitimidad de origen, se mantiene como un peligro latente sobre el poder presidencial. En
el marco de un proceso de institucionalización débil, con
dos intentos de golpe militar, y la continuidad vigente del movimiento
oviedista Unace, a la que sigue fiel una masa relativamente importante
de afiliados al partido Colorado ( alrededor del 20 % según encuestas
locales), ha dado a la campaña electoral un clima imprevistamente
competitivo, mucho mas de lo que podría haberse esperado en los
inicios de la misma.
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