Los
aspectos comunes de la realidad Latinoamericana
El
primer día estuvo dedicado al análisis de la realidad. Cada
país nos presentó la coyuntura nacional con énfasis
en el papel, desafíos y perspectivas de la Sociedad Civil y las
organizaciones populares en el transcurso de este último año.
A pesar de las grandes diferencias destacamos aspectos comunes, como el
empobrecimiento progresivo de nuestros países, la corrupción
generalizada de los gobernantes, las imposiciones de los organismos multilaterales
y la falta de voluntad política para “luchar contra la pobreza”.
También constatamos el papel protagónico que van tomando
grupos de la Sociedad Civil para negociar con el Estado o para iniciar
luchas por la dignidad de los excluidos: luchas por la tierra, por el agua,
por la paz, contra la impunidad, por la participación ciudadana,
por la transparencia en los procesos electorales, etc.
Percibimos
el surgimiento de asociaciones y sujetos sociales en todos los países
de América Latina y el Caribe, que buscan incidir en las políticas
públicas y han logrado protagonismo en el devenir socio - político
de nuestros pueblos.
Produndizando
en el concepto de Sociedad Civil
Nos
propusimos profundizar el concepto de “Sociedad Civil” y tomar conciencia
cómo se hace realidad en nuestros países. El procedimiento
utilizado para esta definición pretendía recoger las principales
dimensiones de esta expresión a partir de las experiencias y reflexiones
teóricas del sector social de la Compañía de Jesús
en este momento del proceso histórico político de América
Latina y el Caribe. Nos encontramos con la dificultad de definir un concepto
tan complejo dado su carácter polisémico y porque esa realidad
es influida por las coyunturas específicas de las sociedades en
que vivimos y las características de los procesos sociales en que
nos encontramos. De todas maneras hemos avanzado en una formulación
de la sociedad civil alrededor de las dimensiones fundamentales surgidas
de la reflexión en el encuentro.
La
Sociedad Civil la concebimos así:
a)
Es un espacio plural: concibe la construcción de la sociedad como
un movimiento de abajo hacia arriba. Todos los intereses legítimos
tienen espacio y adquieren deberes y derechos. Admite la diversidad y el
conflicto.
b)
Está vinculada a la político, entendido como las relaciones
a través de las cuales se toman las decisiones sobre los objetivos
colectivos y las políticas públicas de acuerdo a una visión
de la sociedad siendo la participación ciudadana su elemento definitorio
y la transparencia la característica de sus acciones.
c)
Es democrática en su modo de tomar las decisiones. Utiliza el diálogo
y la negociación para tomar decisiones públicas excluyendo
el uso de la fuerza.
d)
Necesita generar y consolidar una cultura política de participación
ciudadana.
e)
Con capacidad de contrarrestar tendencias excluyentes del mercado.
Nos
hicimos conscientes de los peligros que nos trae la “idealización”
de la Sociedad Civil como marco privilegiado para la participación
y lucha ciudadanas. Constatamos cómo los organismos financieros
multilaterales, los mismos que han impulsado el neoliberalismo y el debilitamiento
del Estado, están interesados en el fortalecimiento de la Sociedad
Civil como marco adecuado para la democratización y la negociación
con el Estado en América Latina. Esta actitud nos hace descubrir
la ambigüedad de las “bondades” de la Sociedad Civil y nos obliga
a matizar mucho más una posible caracterización del concepto.
Su
relación con el Estado y lucha contra la pobreza
Al
abordar la problemática de la relación con el Estado nos
encontramos con que las “políticas económicas” generales
ya están decididas. Hay una tendencia a que los Estados sean cada
día más débiles por su dinámica interna, moldeados
según las directrices de los organismos financieros y sus políticas
neoliberales. La llamada “Sociedad Civil” sólo participa, en el
mejor de los casos, en la elaboración y/o negociación de
políticas sociales o en reivindicaciones más corporativas.
Nos encontramos con un mercado que lo domina todo y, lejos de que la “Sociedad
Civil” someta al mercado, es éste el que domina todos los ámbitos
de la ciudadanía.
En
la lucha contra la pobreza constatamos la necesidad de desenmascarar las
injustas relaciones del comercio internacional, el subsidio a la seguridad
alimentaria en los países ricos (400 mil millones de dólares
anualmente), la deuda externa (por cuyo servicio los países pobres
pagan alrededor de 500 mil millones de dólares anualmente), etc.
Se hace necesario que instituciones y organizaciones solidarias creen redes
de información y comunicación que ayuden a movilizar a nuestros
pueblos en contra de este sistema mundial basado en la renta del capital.
Al
definir conceptos y compromisos para el Apostolado Social hemos enfatizado
de nuevo que la “Sociedad Civil” no es un concepto unidireccional, sino
que depende del proceso histórico de cada país y aunque tratamos
de caracterizarla, al aplicarla no hay que olvidar “a las personas, tiempos
y lugares” que hacen que el concepto gane en unos matices y pierda en otros.
Retos
y Desafíos.
Nos
hemos planteado los retos y desafíos inspirados en la opción
que hizo la Compañía de Jesús por la Defensa de la
Fe y la Promoción de la Justicia en esta coyuntura actual por la
que pasan nuestros países.
–
Estamos ante una crisis de paradigmas y una globalización que nos
sigue cuestionando e invitando a buscar nuevos caminos en orden a la construcción
de una sociedad más justa.
–
Nuestro interés y presencia en la Sociedad Civil tiene su fundamento
en dos aspectos:
•
garantizar la participación de los excluidos, para lo cual consideramos
necesario el énfasis en lo municipal y lo local. Lo que orienta
nuestra acción con relación a la sociedad Civil es la opción
que hizo Medellín por los pobres.
•
Es necesario pensar y colaborar en la construcción de un proyecto
de sociedad nueva con las gentes de buena voluntad. De hecho es una inquietud
en muchos de nuestros países la pregunta de hacia dónde vamos
y es también de señalar los esfuerzos aislados por diseñar
un proyecto desde los pobres y excluidos de la sociedad.
–
Metodológicamente debemos retomar la actitud profética de
la tradición de Medellín y Puebla, prestar atención
a la novedad, fomentando lo que va germinando, profundizar en las nuevas
culturas sin olvidar la cultura de los medios de comunicación social,
retomar el diálogo intersectorial y la necesaria integración
de laicos y laicas.
–
Las tareas por realizar son abundantes: la educación y formación
para la ciudadanía, en valores, en ética, en política;
propuestas para la economía solidaria; creación de comunidades
de solidaridad; estructurar redes de intercambio y comunicación;
actuar como catalizadores de articulaciones que permitan enfrentar problemas
como el de la Deuda Externa.
Se
hace necesario que instituciones y organizaciones solidarias creen redes
de información y comunicación que ayuden a movilizar a nuestros
pueblos en contra de este sistema mundial basado en la renta del capital.
La
llamada “Sociedad Civil” sólo participa, en el mejor de los casos,
en la elaboración y/o negociación de políticas sociales
o en reivindicaciones más corporativas. Nos encontramos con un mercado
que lo domina todo.
Nuestro
interés y presencia en la Sociedad Civil tiene su fundamento en
dos aspectos: en garantizar la participación de los excluidos, para
lo cual consideramos necesario el énfasis en lo municipal y local;
y en pensar y colaborar en la construcción de un proyecto de sociedad
nueva con las gentes de buena voluntad.
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