Llegamos
a la segunda mitad del año y las cifras de crecimiento del producto
interno bruto de Paraguay han sido revisadas por las autoridades del BCP,
brindando la noticia no muy favorable de que el mismo ha crecido apenas
un 1.8%, porcentaje inferior a la estimación oficial de 3.5%. Con
lo cual, por quinto año consecutivo, el crecimiento real de la economía
es negativo. Según se observa en el Gráfico 1, en la década
de los noventa, sólo durante los años 1993-95, la economía
creció a un ritmo superior al crecimiento de la población,
que en promedio fue de 2.6%.
Fuente:
BCP, Julio de 2000.
El
termómetro de la economía paraguaya sigue siendo el sector
agropecuario, que creció 1.3% con respecto al año anterior.
La recuperación de la agricultura estuvo ligada al incremento de
los precios internacionales de los principales rubros de exportación:
la soja y el algodón. Sin embargo, se produjo una reducción
en la productividad de la soja aunque compensada parcialmente con rendimientos
excelentes del algodón y estimaciones en igual sentido del maíz.
(BCP, 2000). El sector ganadero presentó una mejoría a inicios
de año aunque la posible aparición de un brote de fiebre
aftosa, ha hecho descender el nivel que había alcanzado el Paraguay,
cerrando oportunidades para vender carne fresca paraguaya.
El
sector manufacturero siguió presentando un pobre desenvolvimiento
(O.9% de crecimiento). El PIB también se resintió por el
poco impulso que recibió de las ventas al exterior, el llamado comercio
de triangulación, que nuevamente disminuyó, en parte, como
consecuencia de la crisis brasileña y en parte por el proceso de
integración, que se veía venir pero al cual no se establecieron
medidas paliativas. La disminución del comercio se refleja en el
número de desempleados, que alcanzó un 14%. Es bueno recordar
que en el Paraguay fue el comercio y no la industria el que absorbió
la mayor parte de la migración rural hacia la urbana.
Los
créditos para el sector privado disminuyeron, en forma acumulada,
en 9% (BCP, 2000). De hecho, el sector privado debe competir con el sector
público por esos recursos, a los cuales se le dificulta acceder
por el encarecimiento del mismo, dada la política contractiva del
Banco Central.
Las
esperanzas de que el crédito chino, las obras públicas, la
agricultura y la devolución de los ahorros ayudarían a una
reactivación económica, quedaron frustradas. Tal reactivación
no ocurrió. El único resultado fue incrementar la deuda pública
y presionar aún más las finanzas.
En
el plano fiscal, existe un anuncio de déficit fiscal, que alcanzaría
un 6% del PIB. Este déficit es consecuencia del mayor crecimiento
de los gastos corrientes (sueldos y jubilaciones) y la menor recaudación
de ingresos. Esta situación ha hecho que el Ministerio de Hacienda
presente el llamado Plan Zayas, que propone medidas tales como la creación
de nuevos impuestos, la eliminación de exoneraciones impositivas,
la supresión de los Consejos y la reestructuración de ciertos
ministerios. Con este Plan se evidencia aún más la delicada
situación fiscal aunque en el fondo no hace sino recoger las medidas
que fueron sugeridas al gobierno paraguayo por las distintas misiones del
FMI, Banco Mundial y el BID desde hace años y no se han implementado.
Se
observa también una caída de las reservas internacionales
del Banco Central. Según Mario Pastore, miembro del Directorio del
BCP, se han perdido alrededor de US$ 257 millones de reservas a partir
de junio de 1999, tendencia qué persistirá en tanto el BCP
persista en el intento de mantener fijo el tipo de cambio. Dado el bajo
nivel relativo de reservas, es muy probable que el BCP se vea obligado
a dejar flotar el tipo de cambio, que terminaría con una disparada
del dólar, incrementando las señales de inestabilidad macroeconómica.
En
este contexto, los posibles escenarios son:
i)
continuar sin reformas o el status quo,
ii)
implementación de ciertas medidas de reforma y
iii)
la reforma del Estado.
Escenario
I. Sin reformas
En
este contexto, se conserva la actual estructura ineficiente del Estado,
sobredimensionado y muy costoso, con lo cual el déficit fiscal sigue
aumentado. Se tratará de reducir el déficit fiscal vía
creación de nuevos impuestos y aumento de las tasas impositivas.
Se mantiene la política de sostener el tipo de cambio con la utilización
de reservas internacionales u otros nuevos préstamos, desincentivando
las exportaciones y favoreciendo las importaciones. Los favorecidos serán
los funcionarios públicos y se perjudicará la población
en su conjunto. Los riesgos de inestabilidad social, económica y
política son mayores dada la perspectiva de una torta mucho más
pequeña. La situación de pobreza en la que se encuentra la
mayor parte de población rural irá empeorando. Al final,
no quedará otra alternativa más que aceptar los condicionamientos
del Fondo Monetario Internacional.
Escenario
II. Venta de ciertas empresas públicas sin reforma del Estado
Por
ejemplo, la venta de la Antelco, de Corposana, de manera a obtener recursos
más o menos inmediatos para cubrir las necesidades de corto plazo.
Se mantiene la política cambiaria vigente. Esta medida no resuelve
los problemas de fondo sino los postpone para el futuro. Toda acción
que no se toma en el momento tiene posteriormente costos mayores.
Escenario
III. Proceso de reforma
El
proceso de la reforma del Estado hará posible la provisión
de servicios públicos de mejor calidad y más bajo costo.
Esto implica reestructuración del gasto público, reestructuración
impositiva, reforma de la seguridad social, completar la tarea de saneamiento
del sistema financiero, etc. En este escenario, el aumento de la inversión
interna y externa será posible y se podrá acceder a líneas
de crédito internacionales para facilitar la reconversión
laboral de los funcionarios estatales. Este esquema requiere de la creación
de consensos políticos que sean más de largo plazo y no se
reduzcan a un plano coyuntural.
En
caso de que se apruebe un proceso de reforma, esto no significa que la
situación económica y social mejorará inmediatamente,
pues deberá transcurrir un tiempo para alistar las tareas básicas.
El proceso de reformas es un continuum de actividades, que debe continuar
en un período largo.
Hasta
este punto, se han descrito los escenarios, acciones que están en
manos de los dirigentes políticos. Sin embargo, los agentes económicos
del sector privado también tienen una tarea: dejar de buscar la
tutela del sector público para el desempeño de sus actividades
y asumir una actitud más proactiva: asumir un liderazgo eficaz para
promover consensos, incrementar productividad y calidad, buscar nuevos
mercados, en consonancia con el mundo globalizado.
Ajuste
fiscal, exportación y reducción de las tasas de interés
son las bases firmes para retomar la línea de crecimiento. No hay
tiempo para seguir con retóricas sino que se deben tomar decisiones
concretas que ayudar a dar respuesta a las cada vez crecientes necesidades
de la población.
Una
buena noticia es principalmente la recuperación Brasil, que está,
de hecho, pavimentando el camino para un crecimiento mayor el próximo
año, -salvo, es claro, algún accidente de entre curso.
Los
agentes económicos del sector privado también tienen una
tarea: dejar de buscar la tutela del sector público para el desempeño
de sus actividades y asumir una actitud más proactiva: un liderazgo
eficaz, incrementar productividad y calidad, buscar nuevos mercados.
Ajuste
fiscal, exportación y reducción de las tasas de interés
son las bases firmes para retomar la línea de crecimiento.
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