La noticia ocupó un
destacado espacio en la mayoría de los medios de comunicación.
El 12 de octubre de 2000, en una escuela agrícola de Benjamín
Aceval, Chaco, por primera vez en más de cinco siglos desde la llegada
de los conquistadores europeos, nacía una organización política
indígena en el Paraguay.
La noticia tenía, sin embargo, un
inevitable sabor a cosa rara, a elemento exótico. ¿Indígenas
formando su propio partido político? En varios sectores de la sociedad
resultaba difícil aceptar la idea.
El periodista Miguel López, del
diario Ultima Hora, cuenta al respecto una particular anécdota:
En vísperas de la aparición
del nuevo movimiento, Miguel mantuvo una entrevista con integrantes de
una misión exploradora del Banco Mundial, quienes le preguntaron
cómo veía la problemática indígena. El periodista
les respondió que había avances interesantes, ya que en pocos
días iban a formar un partido político. "Se quedaron pálidos",
recuerda. Acto seguido lo acribillaron con preguntas. ¿No será
como Chiapas? ¿No será como México?
Una situación similar la hemos vivido
un grupo de ciudadanos que tuvimos la iniciativa de apoyar a los indígenas
con el texto de una declaración firmada por varios miembros de la
sociedad civil paraguaya. El texto se distribuyó via E-mail o correo
electrónico, inaugurando una nueva red telemática de solidaridad.
Obtuvimos el apoyo entusiasta de un total de 63 firmantes (ver recuadro),
pero varias personas respondieron que tenían miedo en suscribir
el documento y preguntaban: "¿Cuál es la ideología
del movimiento? ¿Por qué han elegido ese nombre, como el
célebre movimiento guerrillero M-19 de Colombia?".
En algunos casos nos ocupamos de recordarles
que el 19 de Abril es el Día del Indígena Americano, instituido
oficialmente por la Organización de Estados Americanos (OEA), a
la que resultaría difícil acusar de "guerrillera". En otros
casos, les respondíamos más irónicamente: ¿Por
qué no les hacen estas preguntas directamente a los líderes
indígenas y escuchan sus propias respuestas? Durante tantos años
los blancos hemos hablado en nombre de ellos. Es hora de que se expresen
con su propia voz...
El poder de los gestos políticos
El proyecto de un movimiento político
indígena empezó a gestarse hace aproximadamente dos años,
entre varios dirigentes de la Coordinadora de Caciques del Bajo Chaco,
que agrupa a más de 50 comunidades nativas del Departamento de Presidente
Hayes, principalmente de las parcialidades Enxet Lengua, Guaná,
Sanapaná, Angaité, Toba y Nivaklé.
Es una organización que ha llegado
a demostrar un interesante nivel de conciencia crítica a partir
de la identidad cultural indígena y un relativo nivel de independencia,
tanto frente al Gobierno y los partidos políticos, como ante las
organizaciones no gubernamentales y las entidades indigenistas.
Quizás el mayor logro de la Coordinadora
ha sido la organización de la Marcha por la Dignidad Indígena,
realizada el 12 de octubre de 1998. Ese día, más de mil hombres,
mujeres y niños de diversas parcialidades llegaron caminando desde
el extremo chaqueño del Puente Remanso hasta el local del Congreso
Nacional, en Asunción, en una larga y alucinante peregrinación
que despertó la admiración y la simpatía de gran parte
de la ciudadanía capitalina. En la oportunidad, los indígenas
mostraron sus danzas rituales en las plazas del Parlamento y plantearon
sus reclamos a las autoridades legislativas y ejecutivas.
"Ese día descubrimos el poder de
los gestos políticos. Empezamos a pensar que quizás si formábamos
un movimiento político propio, podíamos expresarnos a partir
de nuestras necesidades y dejar de ser manipulados por los partidos tradicionales,
que solo nos buscan para llevarnos a votar en los días de elecciones
y después se olvidan de nosotros", cuenta Antolín Kennedy,
miembro del actual Consejo Político Religioso del Movimiento 19
de Abril.
El Consejo es la principal autoridad de
la organización. Cuenta con 27 miembros, hombres y mujeres. No existe
un presidente ni líder central, todos tienen la misma autoridad
y deciden las acciones en asambleas democráticas.
"No tenemos un propósito electoralista,
aunque no descartamos que en las próximas elecciones municipales
y presidenciales presentemos listas de concejales comunales y departamentales.
Por el momento, nuestra opción prioritaria es fortalecer el movimiento,
visitar las comunidades, discutir en las reuniones alrededor del fuego
nuestras propuestas, apoyar las luchas por la tierra y por una vida más
digna para los indígenas", explica Carlos Mareco, otro de los dirigentes,
quien además es líder de la comunidad Enxet Lengua de Santa
Elisa, ubicada sobre la ruta Pozo Colorado-Concepción.
Los líderes reconocen una ideología
ubicada en la izquierda del espectro político, con una clara vocación
democrática y dentro de las reglas del sistema republicano. Pero
aclaran que su mirada sobre la realidad del país está siempre
condicionada por los principios y valores de los pueblos indígenas,
en donde la religión está profundamente ligada con la política
y en donde los líderes cumplen, la mayoría de las veces,
la condición de gobernantes y sacerdotes. Por ello, precisamente,
la dirigencia del M 19 de Abril descansa en un Consejo Político
Religioso.
500 años de soledad
Durante el acto de presentación
en la escuela agrícola de Benjamín Aceval, el acto se inició
con el canto ritual de un viejo chamán Enxet Lengua, que invocaba
la fuerza de sus antepasados.
"Nuestros actos políticos tratan
siempre de rescatar las raíces de nuestra identidad cultural, que
hoy muchos jóvenes indígenas ya están olvidando, alienados
por la civilización de los blancos. Por eso, nuestros discursos
también los hacemos en nuestros idiomas ancestrales, con traducción
al guaraní y al español para que los demás puedan
entendernos", dice Marcelino López, líder Sanapaná
y dirigente del Movimiento.
En sus proclamas, el M-19 de Abril denuncia
los más de 500 años de soledad que pesan sobre los pueblos
indígenas de toda América y plantean la necesidad de superar
el aislamiento, para lanzarse a participar del sistema democrático
paraguayo, con una política hecha con mirada aborigen.
Es lo que afirman en la Declaración
Fundacional, denominada "Nuestra Voz":
"Ahora, nosotros, los olvidados de siempre,
tomamos la verdadera historia de lo que pasó con nosotros y sigue
pasando. Y luego de varios años de lucha por la recuperación
de nuestra tierra, de mucho hablar entre nosotros sobre nuestras miserias
y las injusticias de todos los gobiernos; luego que encontramos que existen
varios partidos de los blancos y que ninguna da solución a los indígenas,
y que sólo se acuerdan de nosotros en momentos de elecciones, para
luego nunca más acordarse de qué es lo que hay que hacer
y hace falta en las comunidades; y viendo la necesidad de un movimiento
político indígena en el país, hemos decidido, dentro
del Departamento de Presidente Hayes, formar un movimiento político
regional...".
La bandera del M 19 de Abril es de color
negro, marrón y verde. El negro por el color del sufrimiento de
tantos siglos, el marrón por el color de la tierra madre y el verde
por ser el color de la selva chaqueña y también el color
de la esperanza.
DECLARACION
Un abrazo a los hijos de la tierraLos abajo
firmantes, ciudadanos y ciudadanas, miembros del mundo del arte y la cultura,
de la investigación y de las ciencias, de la comunicación
y de los movimientos sociales, exponentes de la sociedad civil paraguaya,
nos adherimos al acto de lanzamiento oficial del Movimiento Indígena
19 de Abril, el día 12 de octubre de 2000, en la localidad de Benjamín
Aceval, Departamento de Presidente Hayes. Extendemos este abrazo solidario
con los hijos y las hijas de la tierra, más allá de compartir
o no los postulados ideológicos o doctrinarios del movimiento, pues
creemos que la consolidación de la primera organización política
indígena en el Paraguay, en más de cinco siglos desde el
descubrimiento y conquista de América, marca un hito fundamental
en la historia de nuestro pueblo. El Paraguay, reconocido en la Constitución
Nacional como una sociedad pluri-étnica y multi-cultural, necesita
del valioso aporte de todos sus hijos y sus hijas. Necesita escuchar las
voces que han permanecido tanto tiempo injustamente marginadas, olvidadas
y silenciadas, como las voces de los pueblos indígenas, que tanta
sabiduría tienen para compartir desde su cultura ancestral, desde
su profunda comunión con la tierra y la naturaleza. Es justo que
hoy estos pueblos, cansados de ser olvidados o manipulados por los partidos
políticos tradicionales, se organicen y planteen su propia expresión
política, acorde con su propia identidad y sus propios valores.
Y es justo que los demás miembros
de la sociedad paraguaya respetemos y apoyemos esta iniciativa.
Asunción, octubre de 2000.
1. P. Bartomeu Meliá, S.J.
2. Ticio Escobar
3. Menchi Barriocanal
4. Alcibíades González Delvalle
5. Ricardo Migliorisi
6. Alfredo Boccia Paz
7. Agustín Carrizosa
8. Guillermina Kanonnikof
9. P. Francisco de Paula Oliva, S.J.
10. Carlos Filizzola
11. Regina Bachero
12. Jesús Ruíz Nestoza
13. Mons. Mario Melanio Medina
14. Oscar Rivas
15. Fernando Camacho
16. Cristina Vila
17. Leticia Medina
18. Tony Apuril
19. Juan Andrés Cardozo
20. P. José Zanardini, S.D.B.
21. Clyde Soto22. Ricardo Flecha
23. Juan Carlos Maneglia
24. Tana Schémbori
25. Ricardo Buman
26. Ananías Maidana
27. Luís Casabianca
28. Beto Barsotti
29. Nila López
30. Estela Cacace
31. José Carlos Rodríguez
32. Renee Ferrer de Arréllaga
33. Antonio Carmona
34. Amanda Pedrozo
35. Andrés Colmán Gutiérrez
36. Darío López Desvars
37. Meli Peña
38. Mario Casartelli
39. Carlos Arestivo
40. Giovanna Guggiari
41. Brigitte Colmán
42. Miguel López
43. Mariano Bareiro
44. Marilyn Rehnfeldt
45. Miguel Angel Verdecchia
46. Patricia Sacco
47. Raúl Monte-Domecq
48. Susana Oviedo
49. María Molina
50. Mirian Candia
51. Roberto Goiriz
52. Mirian González
53. Techi Cusmanich
54. Bernardo Coronel
55. Ray Armele
56. Mónica Cortez
57. Rocío Galiano Marés
58. Enrique Sánchez
59. Oscar López
60. Ubaldo Chamorro
61. Carlos Fontclara
62. Arturo Bregaglio
63. Mariana Domínguez
En sus proclamas, el M-19 de Abril denuncia
los más de 500 años de soledad que pesan sobre los pueblos
indígenas de toda América y plantean la necesidad de superar
el aislamiento.
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