. ...Tras las elecciones en EE.UU ¿Se tambalea el embargo a Cuba? La decisión estadounidense de establecer relaciones comerciales con Cuba abrió un debate a finales del pasado mes de junio que todavía no se ha cerrado. Este cambio de actitud –silenciado interesadamente por ambos candidatos durante el transcurso de la campaña electoral- significa un primer paso en la ruptura del embargo económico al país caribeño, un embargo potenciado por la ley Helms-Burton que penaliza gravemente a aquellos países y empresas que comercien con La Habana. José María Guerrero |
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Cierto
es que el altruismo nunca ha sido una característica de la política
exterior de Estados Unidos y ni la lógica ni el sentido común
han estado presentes en el mantenimiento del embargo a Cuba. Algunos de
sus máximos enemigos históricos con los que tuvo enfrentamientos
armados, como Corea del Norte o Vietnam, ya salieron de la lista negra
norteamericana. El caso cubano sobrepasa todos los límites y de-muestra
la gran influencia en la política respecto a la isla del exilio
en Miami. Pero esa lógica y ese sentido común, esta vez aplicados
a la economía estadounidense, tomaron una fuerza imprevista, mos-trando
unas cifras difíciles de discutir: la venta de alimentos y medicamentos
puede suponer un ingreso en las arcas del tesoro estadounidense de 1.600
millones de dólares. Y por si la cifra fuese pequeña, se
complementa con la creación de 20.000 nuevos puestos de trabajo.
Las reacciones ante la noticia del levantamiento del embargo han sido diversas, tanto en el país del norte, como en Cuba. Algunos políticos estadounidenses coincidieron, probablemente sin proponérselo, con el canciller cubano Pérez Roque. Este afirmaba que la única manera de reafirmar las tesis de quienes dicen que la eliminación del embargo perjudicaría a Fidel Castro sería levantar dicho embargo, al dejar al descubierto de esta manera las verdaderas causas de la crisis cubana. El demócrata Gregory Meek argumentó causas humanitarias, y el republicano Goeorge Nethercutt primó los intereses de los agricul-tores y ganaderos estadounidenses para defender su postura favorable a la venta de alimentos y medica-mentos. Dificultades Pero,
por ahora, las dificultades para que se realicen las ventas mencionadas
son insalvables: Cuba tiene que pagar en efectivo los productos que quiera
comprar a Estados Unidos; sin embargo, ningún banco estadounidense
puede otorgarle crédito alguno. O sea, que tendría que solicitarlo
probablemente a Canadá o a algún país europeo con
capacidad suficiente para enfrentarse al Tío Sam. Por otro lado,
los barcos que entren en Cuba no pueden hacerlo en EE.UU durante seis meses,
como consecuencia de la ley Torricelli, y los vuelos comerciales regulares
directos entre los países tampoco son una solución. La venta de alimentos y medicamentos puede suponer un ingreso en las arcas del tesoro estadounidense de 1.600 millones de dólares. Y por si la cifra fuese pequeña, se complementa con la creación de 20.000 nuevos puestos de trabajo. Los
productos cubanos podrían introducirse no sólo en el mercado
norteamericano o europeo, sino también, y como gran reto y esperanza
para Cuba, en el asiático. |