El panorama
es complejo. La Alianza gobernante, que hace un año y medio asumió
el poder llena de promesas y proyectos, hoy está resquebrajada
y desdibujada, y no es la misma que desbancó al justicialismo en
octubre de 1999. Hoy el lazo entre la Unión Cívica Radical
(UCR) y el Frente para un País Solidario (Frepaso) es tan débil
que se ha llegado a decir que la única razón de sobre vivencia
de la Alianza es el escaso poder de convocatoria electoral que ambos partidos
tienen por sí solos. Al menos hasta octubre, se especula, la Alianza
va a existir en términos de oferta electoral. Después, el
panorama es incierto.
Al interior del Frepaso coexisten dos tendencias: una que cree que las
cosas pueden cambiar desde dentro del Gobierno, y otra que opta por marcar
distancia y adoptar posiciones propias. Igualmente, en el seno de la UCR
la unidad no está siendo la tónica en el último tiempo.
Allí también se dan dos vertientes: la de los denominados
delarruistas, más conservadores, y un frente progresista liderado
por el ex presidente Raúl Alfonsín.
Por el lado de la oposición tampoco el horizonte es muy claro.
En el Partido Justicialista (PJ) conviven también diversas tendencias
que se han agudizado en el último tiempo como resultado del proceso
que se le sigue al ex presidente Carlos Menem.
Las armas de
la discordia
El jueves 7 de junio, amenos de dos semanas de su boda con Cecilia Bolocco
y en virtud de los cargos de falsedad ideológica en concurso real
con el de jefe de una organización ilícita, el ex Presidente
quedó detenido por orden del juez federal Jorge Urso, paradojalmente
designado por el mismo Menem y considerado como uno de los magistrados
de los que se disponía incondicionalmente.
El fiscal Carlos Stornelli y el juez Urso llevan el proceso por contrabando
de armas a Croacia ya Ecuador, dos países en guerra, entre los
años 1991 y 1995. En 1991 y 1992, a través de decretos secretos
de venta de armas a Panamá, firmados por Menem y sus entonces ministros
de Relaciones Exteriores, Economía y Defensa, se desviaron obuses,
morteros y municiones a Croacia, violando el embargo de las Naciones Unidas
por la guerra de los Balcanes. En 1995, mediante otro decreto secreto
para vender armas a Venezuela, se desviaron seis mil 500 toneladas de
fusiles y municiones a Ecuador, que estaba en ese momento en guerra con
Perú. Recordemos que Argentina, junto a Chile, Brasil y Estados
Unidos, era garante de la paz entre esos dos países.
Aquí, este proceso de contrabando se cruza con otro, que investiga
una explosión ocurrida en 1995 y que destruyó la Fábrica
Militar de Río III, en Córdoba, provocando además
la muerte de siete personas. Se sospecha, sin embargo, que la verdadera
razón de esa explosión fue borrar las evidencias del contrabando,
pues se iba a efectuar un arqueo del material allí depositado.
Si el juez Urso y el fiscal Stornelli confirman la conexión, Menem
y los otros detenidos podrían ser juzgados también por homicidio
múltiple.
Escenario
político futuro
En el gobierno,
la estrategia fue no opinar para no interferir con la independencia del
Poder Judicial. Con eso se evita caer en la trampa de Eduardo Menem y
otros menemistas, que buscaban orientar el proceso al ex Presidente como
parte de una persecución política. También se busca
bajar el perfil del tema para que no alcance al ministro de Economía
Domingo Cavallo, que es uno los firmantes de los decretos por la venta
de armas cuando ejercía la misma cartera durante el primer gobierno
de Menen, y podría eventualmente ser imputado.
Consecuencia decisiva de la situación del ex Presidente fue el
instalar entre los políticos la idea de que la impunidad para hacer
cualquier cosa se acabó, abriendo camino, a mediano plazo, a una
depuración institucional que toca al sistema político y
al Poder Judicial. Y también un efecto crucial fue el manifiesto
debilitamiento de la oposición justicialista. De partida, se confirmó
la idea difundida por los medios de comunicación de que, salvo
el menemismo minoritario, el PJ no reaccionaría. Incluso más,
llamó la atención el distanciamiento que se advirtió
de algunos sectores del justicialismo para con Menem. En el Parlamento,
los menemistas más acérrimos no lograron consenso para emitir
una declaración de apoyo hacia el ex Presidente, aunque sí
con- siguieron emitir un documento a nombre del Consejo del PJ condenando
la "persecución política" de que es objeto Menem
por parte del Gobierno.
De manera que en el PJ hoy tampoco hay unidad de criterios y el futuro
del partido se ve poco claro.
De seguir así las cosas, el escenario para los comicios presidenciales
del año 2003 podría ser muy distinto. Se podría armar
un movimiento progresista, que incluiría al sector radical liderado
por Alfonsín, al Frepaso ya algunas facciones del justicialismo.
En contraposición a ese bloque, si Domingo Cavallo, líder
de Acción por la República, la tercera fuerza electoral
del país, tiene éxito en su gestión, se ve probable
que su figura encabece un frente compuesto por los sectores moderados
del radicalismo y buena parte del peronismo.
En lo inmediato, sin embargo, los esfuerzos están orientándose
a dar gobernabilidad al país. De ahí la propuesta de Caballo
al Ejecutivo y al peronismo de conformar de inmediato un gobierno de unidad
nacional con el fin de ponerlo por encima de las elecciones de octubre
y alejarlo así de un eventual revés electoral. Los dirigentes
peronistas se mostraron renuentes a la iniciativa, pero hicieron una propuesta
distinta: que sea el propio Presidente el que se ponga por encima de las
elecciones y se mantenga al margen de ellas. De ese modo, dicen, la noche
del 14 de Octubre De la Rúa no sería un gobernante derrotado
y podría formar gobierno en los días siguientes, respetando
la relación de fuerzas parlamentarias que surja delos comicios.
La estrategia
económica
De la Rúa ha iniciado gestiones para ampliar su base de apoyo.
Un paso en esa dirección lo dio a comienzos de junio, cuando recibió
en la residencia oficial de Olivos a la cúpula sindical de la Con-
federación General del Trabajo (CGT) con el fin de avanzar hacia
un pacto multisectorial como antídoto contra la crisis social en
que está inmersa la nación. Si bien arribó a un cierto
acuerdo con los gremios que encabeza Rodolfo Daer, la situación
se mantiene complicada porque Daer no representa a la totalidad de la
fuerza sindical, ni siquiera a todos los afiliados ala CGT.
En los hechos, ha sido un brazo disidente de la Confederación el
que ha llevado adelante las pro- testas contra la política económica,
encabezando, junto a la izquierdista Central de Trabajadores Argentinos,
cinco huelgas generales en los 18 meses que van corridos del actual gobierno.
Los paros responden a la crisis en que está inmersa la economía
argentina, que no crece desde mediados de 1998, y que disparó el
desempleo y la pobreza en este país de más de 36 millones
de habitantes. Gremios de servicios, docentes y parte de funcionarios
estatales han apoyado las movilizaciones, cuyo impacto se ha hecho sentir
de manera importante en todo el territorio
Si a eso se le suma el emblemático conflicto de Aerolíneas
Argentinas, que ha llevado a un cuestionamiento público muy grande
de las privatizaciones de empresas realizadas durante los años
90, el crítico escenario social se agudiza. El conflicto de Aerolíneas
enfrenta al Estado ya una parte importante de la sociedad a la decisión
de destinar recursos de los que no disponen o bien abandonar la empresa
a la quiebra y cargar con otros siete mil desempleados. Todo ello, en
un país en recesión desde hace ya tres años y con
crecimiento cero, con 128 mil millones de dólares de deuda externa
y una tasa combinada de desempleo y subempleo que asciende a más
del 30 % de la población.
Es esta realidad la que aceleradamente busca mejorar Domingo Cavallo.
El paso más importante lo dio a comienzos de junio, cuando logró
con- vencer a banqueros y funcionarios de gobiernos extranjeros para que
canjearan bonos argentinos a corto plazo por instrumentos a largo plazo.
Así, el gobierno rescató de los inversores unas 46 series
de bonos (la mayoría de los cuales vencía en los próximos
tres años), que equivalían a 29.477 millones de dólares,
ya cambio les dio otros títulos con vencimientos en los años
2006, 2008, 2018 y 2031. Este llamado "mega canje", le habría
dado un respiro a la economía nacional y abierto el paso a las
políticas de reactivación que propone el Ministro.
El gobierno prevé un crecimiento del 2,5 %, pero otros, más
cautos, lo sitúan en un 2 % 0 me- nos. Según especialistas,
lo esencial sería que el gobierno proporcione confianza al consumidor
para que empiece a gastar, para lo cual tiene que evitar nuevas crisis
políticas, y que Argentina cumpla con las metas pactadas con los
organismos multilaterales, que incluyen un fuerte recorte del gasto público,
a fin de salir del círculo vicioso en el que se encuentra. El temor
es que se repita lo que sucedió con el blindaje financiero que
recibió Argentina del FMI y otros organismos internacionales en
diciembre del año pasado, cuando el préstamo multimillonario
tuvo un efecto pasajero y después de cuatro meses -y el paso de
tres ministros de Economía- la situación económica
siguió igualo peor. Ahora, hasta los más optimistas dicen
que si la receta fracasa, el gobierno no logrará pagar sus facturas
en el futuro.
En la percepción externa, Argentina cayó en su calificación
de riesgo, ubicándose a la par de Bolivia. Con todo, gracias al
canje, la calificadora Standard&Poors removió al país
del llamado credit watch, es decir de la peligrosa lista de países
que esperan de un momento a otro una nueva baja en la calificación.
Mantuvo, eso sí, el llamado negative outlook, lo que significa
que siguen viendo problemas y que podrían contemplar otra degradación
de su riesgo. La diferencia entre el negative outlook y el credit watch
es que el primero es un aviso de enfermedad y el segundo es la muerte.
Analistas dicen que entre los riesgos del país está el que
no pueda recuperarse económicamente. El canje de la deuda compra
tiempo, no hay duda, afirman, pero no compra necesariamente tanto tiempo,
en el sentido de que toda- vía hay necesidades financieras para
e12002, y que éstas son relativamente altas.
De La Rúa no convence
Otra opinión de alerta la da el analista Claudio Fuentes: Los expertos
saben que el plan de pagos implicará una seria y profunda revisión
de la política
fiscal argentina. Primero, el país tendrá que reconducir
los gastos estatales y ello implicará más despidos y una
reforma a los gastos de la política. Segundo, el Estado deberá
incrementar sus recursos y la única solución posible es
mediante más estrictos controles a la evasión de impuestos.
Los argentinos que pagan impuestos no toleran mayores alzas, por lo que
el gobierno tendrá que ir en busca de los que no pagan. Finalmente,
el gobierno deberá generar condiciones favorables para que los
inversionistas retomen su confianza. En esta primera etapa, la reactivación
contempla medidas que favorecen al capital y perjudican a los trabajadores.
En el corto plazo, según Fuentes, el plan Cavallo no reducirá
las actuales tasas de desempleo, sino que tenderá a mantenerlas
o incluso a aumentar- las. Asimismo, dicho plan tampoco resolverá
en el corto plazo las crecientes desigualdades sociales y los problemas
que afectan a los servicios básicos de salud y educación
en un país que se ha jactado de ofrecer salud, educación
y universidad gratis para todos. En este escenario, el descontento y las
protestas sociales se incrementarán, los desempleados seguirán
cortando rutas, los universitarios se movilizarán y seguramente
la represión policial será más intensa.
Otra de las medidas que Cavallo insiste en alcanzar es incluir al euro
en la convertibilidad, para que el peso no esté atado exclusivamente
al dólar. Según el Ministro, hay que atender la sobrevaluación
exagerada de nuestra moneda frente al euro y al real, y preocuparnos por
quienes producen para el mercado europeo o brasileño. Esta sería
una de las maneras de enfrentar la sobrevaluación actual del peso.
Se produciría, entonces, una flotación del peso que paulatinamente
iría eliminando la rigidez de la paridad dura (1 peso 1 dólar),
la que a la larga puede ser una camisa de fuerza y una bomba de tiempo,
las dos cosas juntas, como le sucedió a México. El camino
de la flotación parcial ya lo usó Brasil, y le ha permitido
un orden macroeconómico y detener la inflación. Hay una
cierta percepción, entre algunos analistas, de que estos pasos
estarían fortaleciendo relativamente al gobierno de De la Rúa,
el que podría empezar a apostar con algo más de credibilidad
pública a una cierta redinamización de la economía.
Pero eso no es suficiente, pues persiste en muchos sectores la imagen
de inacción del Gobierno y no hay muchos argentinos que se convenzan
de que el estilo del Presidente es muy distinto al que estaban acostumbrados.
Debe comprenderse que hay líderes carismáticos y líderes
racionales, y yo creo que después de dos etapas de líderes
carismáticos como Alfonsín y Menem, ahora es el momento
del líder estilo europeo, intentó explicar el Ministro de
Justicia y hermano del Mandatario, Jorge de la Rúa. Desgraciadamente,
agregó, la gente no está acostumbrada a esto, sino al centrodelantero
que patea el córner, cabecea, hace el gol y ataja. Se asumió
en una situación muy difícil y, a pesar de eso, hay que
decirlo, se han hecho muchas cosas buenas.
Fernando de la Rúa, sin embargo, no convence. Su Alianza todavía
sigue muy lejos de ganar las elecciones de octubre y la información
de que el Mandatario sufriría de arteroesclerosis (no invalidante)
tampoco lo ayuda. Además, se prevé una agitación
social alta, en función de puntos de tensión de carácter
estructural, como son la persistencia de las altas tasas de desocupación
y la evidencia de una pobreza marginal creciente. Los problemas son, pues,
de fondo, y la coyuntura noticiosa lo único que ha logrado en los
últimos meses es soslayarlos.
Consecuencia
decisiva de la situación del ex Presidente fue el instalar entre
los políticos la idea de que la impunidad para hacer cualquier
cosa se acabó, abriendo camino, a mediano plazo, a una depuración
institucional que toca al sistema político y al Poder Judicial
Además,
se prevé una agitación social alta, en función de
puntos de tensión de carácter estructural, como son la persistencia
de las altas tasas de desocupación y la evidencia de una pobreza
marginal creciente
Accion
Top |