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ARGENTINA: LOS PROBLEMAS SON DE FONDO


La mira esta puesta en octubre próximo. En ese mes se llevarán a cabo elecciones legislativas para renovar la totalidad del Senado y la mitad de la cámara de Diputados. Será la prueba de fuego para el Gobierno del presidente Fernando de la Rúa, y los pronósticos son desalentadores. Más aun, lo que se especula es que el oficialismo sufrirá una fuerte derrota que pondrá en cuestionamiento no sólo el devenir político argentino, sino la estabilidad misma de la Administración

Irene Bronfman Faivovich


El panorama es complejo. La Alianza gobernante, que hace un año y medio asumió el poder llena de promesas y proyectos, hoy está resquebrajada y desdibujada, y no es la misma que desbancó al justicialismo en octubre de 1999. Hoy el lazo entre la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frente para un País Solidario (Frepaso) es tan débil que se ha llegado a decir que la única razón de sobre vivencia de la Alianza es el escaso poder de convocatoria electoral que ambos partidos tienen por sí solos. Al menos hasta octubre, se especula, la Alianza va a existir en términos de oferta electoral. Después, el panorama es incierto.
Al interior del Frepaso coexisten dos tendencias: una que cree que las cosas pueden cambiar desde dentro del Gobierno, y otra que opta por marcar distancia y adoptar posiciones propias. Igualmente, en el seno de la UCR la unidad no está siendo la tónica en el último tiempo. Allí también se dan dos vertientes: la de los denominados delarruistas, más conservadores, y un frente progresista liderado por el ex presidente Raúl Alfonsín.
Por el lado de la oposición tampoco el horizonte es muy claro. En el Partido Justicialista (PJ) conviven también diversas tendencias que se han agudizado en el último tiempo como resultado del proceso que se le sigue al ex presidente Carlos Menem.

Las armas de la discordia

El jueves 7 de junio, amenos de dos semanas de su boda con Cecilia Bolocco y en virtud de los cargos de falsedad ideológica en concurso real con el de jefe de una organización ilícita, el ex Presidente quedó detenido por orden del juez federal Jorge Urso, paradojalmente designado por el mismo Menem y considerado como uno de los magistrados de los que se disponía incondicionalmente.
El fiscal Carlos Stornelli y el juez Urso llevan el proceso por contrabando de armas a Croacia ya Ecuador, dos países en guerra, entre los años 1991 y 1995. En 1991 y 1992, a través de decretos secretos de venta de armas a Panamá, firmados por Menem y sus entonces ministros de Relaciones Exteriores, Economía y Defensa, se desviaron obuses, morteros y municiones a Croacia, violando el embargo de las Naciones Unidas por la guerra de los Balcanes. En 1995, mediante otro decreto secreto para vender armas a Venezuela, se desviaron seis mil 500 toneladas de fusiles y municiones a Ecuador, que estaba en ese momento en guerra con Perú. Recordemos que Argentina, junto a Chile, Brasil y Estados Unidos, era garante de la paz entre esos dos países.
Aquí, este proceso de contrabando se cruza con otro, que investiga una explosión ocurrida en 1995 y que destruyó la Fábrica Militar de Río III, en Córdoba, provocando además la muerte de siete personas. Se sospecha, sin embargo, que la verdadera razón de esa explosión fue borrar las evidencias del contrabando, pues se iba a efectuar un arqueo del material allí depositado. Si el juez Urso y el fiscal Stornelli confirman la conexión, Menem y los otros detenidos podrían ser juzgados también por homicidio múltiple.

Escenario político futuro

En el gobierno, la estrategia fue no opinar para no interferir con la independencia del Poder Judicial. Con eso se evita caer en la trampa de Eduardo Menem y otros menemistas, que buscaban orientar el proceso al ex Presidente como parte de una persecución política. También se busca bajar el perfil del tema para que no alcance al ministro de Economía Domingo Cavallo, que es uno los firmantes de los decretos por la venta de armas cuando ejercía la misma cartera durante el primer gobierno de Menen, y podría eventualmente ser imputado.
Consecuencia decisiva de la situación del ex Presidente fue el instalar entre los políticos la idea de que la impunidad para hacer cualquier cosa se acabó, abriendo camino, a mediano plazo, a una depuración institucional que toca al sistema político y al Poder Judicial. Y también un efecto crucial fue el manifiesto debilitamiento de la oposición justicialista. De partida, se confirmó la idea difundida por los medios de comunicación de que, salvo el menemismo minoritario, el PJ no reaccionaría. Incluso más, llamó la atención el distanciamiento que se advirtió de algunos sectores del justicialismo para con Menem. En el Parlamento, los menemistas más acérrimos no lograron consenso para emitir una declaración de apoyo hacia el ex Presidente, aunque sí con- siguieron emitir un documento a nombre del Consejo del PJ condenando la "persecución política" de que es objeto Menem por parte del Gobierno.
De manera que en el PJ hoy tampoco hay unidad de criterios y el futuro del partido se ve poco claro.
De seguir así las cosas, el escenario para los comicios presidenciales del año 2003 podría ser muy distinto. Se podría armar un movimiento progresista, que incluiría al sector radical liderado por Alfonsín, al Frepaso ya algunas facciones del justicialismo. En contraposición a ese bloque, si Domingo Cavallo, líder de Acción por la República, la tercera fuerza electoral del país, tiene éxito en su gestión, se ve probable que su figura encabece un frente compuesto por los sectores moderados del radicalismo y buena parte del peronismo.
En lo inmediato, sin embargo, los esfuerzos están orientándose a dar gobernabilidad al país. De ahí la propuesta de Caballo al Ejecutivo y al peronismo de conformar de inmediato un gobierno de unidad nacional con el fin de ponerlo por encima de las elecciones de octubre y alejarlo así de un eventual revés electoral. Los dirigentes peronistas se mostraron renuentes a la iniciativa, pero hicieron una propuesta distinta: que sea el propio Presidente el que se ponga por encima de las elecciones y se mantenga al margen de ellas. De ese modo, dicen, la noche del 14 de Octubre De la Rúa no sería un gobernante derrotado y podría formar gobierno en los días siguientes, respetando la relación de fuerzas parlamentarias que surja delos comicios.

La estrategia económica
De la Rúa ha iniciado gestiones para ampliar su base de apoyo. Un paso en esa dirección lo dio a comienzos de junio, cuando recibió en la residencia oficial de Olivos a la cúpula sindical de la Con- federación General del Trabajo (CGT) con el fin de avanzar hacia un pacto multisectorial como antídoto contra la crisis social en que está inmersa la nación. Si bien arribó a un cierto acuerdo con los gremios que encabeza Rodolfo Daer, la situación se mantiene complicada porque Daer no representa a la totalidad de la fuerza sindical, ni siquiera a todos los afiliados ala CGT.
En los hechos, ha sido un brazo disidente de la Confederación el que ha llevado adelante las pro- testas contra la política económica, encabezando, junto a la izquierdista Central de Trabajadores Argentinos, cinco huelgas generales en los 18 meses que van corridos del actual gobierno. Los paros responden a la crisis en que está inmersa la economía argentina, que no crece desde mediados de 1998, y que disparó el desempleo y la pobreza en este país de más de 36 millones de habitantes. Gremios de servicios, docentes y parte de funcionarios estatales han apoyado las movilizaciones, cuyo impacto se ha hecho sentir de manera importante en todo el territorio
Si a eso se le suma el emblemático conflicto de Aerolíneas Argentinas, que ha llevado a un cuestionamiento público muy grande de las privatizaciones de empresas realizadas durante los años 90, el crítico escenario social se agudiza. El conflicto de Aerolíneas enfrenta al Estado ya una parte importante de la sociedad a la decisión de destinar recursos de los que no disponen o bien abandonar la empresa a la quiebra y cargar con otros siete mil desempleados. Todo ello, en un país en recesión desde hace ya tres años y con crecimiento cero, con 128 mil millones de dólares de deuda externa y una tasa combinada de desempleo y subempleo que asciende a más del 30 % de la población.
Es esta realidad la que aceleradamente busca mejorar Domingo Cavallo. El paso más importante lo dio a comienzos de junio, cuando logró con- vencer a banqueros y funcionarios de gobiernos extranjeros para que canjearan bonos argentinos a corto plazo por instrumentos a largo plazo. Así, el gobierno rescató de los inversores unas 46 series de bonos (la mayoría de los cuales vencía en los próximos tres años), que equivalían a 29.477 millones de dólares, ya cambio les dio otros títulos con vencimientos en los años 2006, 2008, 2018 y 2031. Este llamado "mega canje", le habría dado un respiro a la economía nacional y abierto el paso a las políticas de reactivación que propone el Ministro.
El gobierno prevé un crecimiento del 2,5 %, pero otros, más cautos, lo sitúan en un 2 % 0 me- nos. Según especialistas, lo esencial sería que el gobierno proporcione confianza al consumidor para que empiece a gastar, para lo cual tiene que evitar nuevas crisis políticas, y que Argentina cumpla con las metas pactadas con los organismos multilaterales, que incluyen un fuerte recorte del gasto público, a fin de salir del círculo vicioso en el que se encuentra. El temor es que se repita lo que sucedió con el blindaje financiero que recibió Argentina del FMI y otros organismos internacionales en diciembre del año pasado, cuando el préstamo multimillonario tuvo un efecto pasajero y después de cuatro meses -y el paso de tres ministros de Economía- la situación económica siguió igualo peor. Ahora, hasta los más optimistas dicen que si la receta fracasa, el gobierno no logrará pagar sus facturas en el futuro.
En la percepción externa, Argentina cayó en su calificación de riesgo, ubicándose a la par de Bolivia. Con todo, gracias al canje, la calificadora Standard&Poors removió al país del llamado credit watch, es decir de la peligrosa lista de países que esperan de un momento a otro una nueva baja en la calificación. Mantuvo, eso sí, el llamado negative outlook, lo que significa que siguen viendo problemas y que podrían contemplar otra degradación de su riesgo. La diferencia entre el negative outlook y el credit watch es que el primero es un aviso de enfermedad y el segundo es la muerte. Analistas dicen que entre los riesgos del país está el que no pueda recuperarse económicamente. El canje de la deuda compra tiempo, no hay duda, afirman, pero no compra necesariamente tanto tiempo, en el sentido de que toda- vía hay necesidades financieras para e12002, y que éstas son relativamente altas.

De La Rúa no convence
Otra opinión de alerta la da el analista Claudio Fuentes: Los expertos saben que el plan de pagos implicará una seria y profunda revisión de la política
fiscal argentina. Primero, el país tendrá que reconducir los gastos estatales y ello implicará más despidos y una reforma a los gastos de la política. Segundo, el Estado deberá incrementar sus recursos y la única solución posible es mediante más estrictos controles a la evasión de impuestos. Los argentinos que pagan impuestos no toleran mayores alzas, por lo que el gobierno tendrá que ir en busca de los que no pagan. Finalmente, el gobierno deberá generar condiciones favorables para que los inversionistas retomen su confianza. En esta primera etapa, la reactivación contempla medidas que favorecen al capital y perjudican a los trabajadores.
En el corto plazo, según Fuentes, el plan Cavallo no reducirá las actuales tasas de desempleo, sino que tenderá a mantenerlas o incluso a aumentar- las. Asimismo, dicho plan tampoco resolverá en el corto plazo las crecientes desigualdades sociales y los problemas que afectan a los servicios básicos de salud y educación en un país que se ha jactado de ofrecer salud, educación y universidad gratis para todos. En este escenario, el descontento y las protestas sociales se incrementarán, los desempleados seguirán cortando rutas, los universitarios se movilizarán y seguramente la represión policial será más intensa.
Otra de las medidas que Cavallo insiste en alcanzar es incluir al euro en la convertibilidad, para que el peso no esté atado exclusivamente al dólar. Según el Ministro, hay que atender la sobrevaluación exagerada de nuestra moneda frente al euro y al real, y preocuparnos por quienes producen para el mercado europeo o brasileño. Esta sería una de las maneras de enfrentar la sobrevaluación actual del peso. Se produciría, entonces, una flotación del peso que paulatinamente iría eliminando la rigidez de la paridad dura (1 peso 1 dólar), la que a la larga puede ser una camisa de fuerza y una bomba de tiempo, las dos cosas juntas, como le sucedió a México. El camino de la flotación parcial ya lo usó Brasil, y le ha permitido un orden macroeconómico y detener la inflación. Hay una cierta percepción, entre algunos analistas, de que estos pasos estarían fortaleciendo relativamente al gobierno de De la Rúa, el que podría empezar a apostar con algo más de credibilidad pública a una cierta redinamización de la economía. Pero eso no es suficiente, pues persiste en muchos sectores la imagen de inacción del Gobierno y no hay muchos argentinos que se convenzan de que el estilo del Presidente es muy distinto al que estaban acostumbrados. Debe comprenderse que hay líderes carismáticos y líderes racionales, y yo creo que después de dos etapas de líderes carismáticos como Alfonsín y Menem, ahora es el momento del líder estilo europeo, intentó explicar el Ministro de Justicia y hermano del Mandatario, Jorge de la Rúa. Desgraciadamente, agregó, la gente no está acostumbrada a esto, sino al centrodelantero que patea el córner, cabecea, hace el gol y ataja. Se asumió en una situación muy difícil y, a pesar de eso, hay que decirlo, se han hecho muchas cosas buenas.
Fernando de la Rúa, sin embargo, no convence. Su Alianza todavía sigue muy lejos de ganar las elecciones de octubre y la información de que el Mandatario sufriría de arteroesclerosis (no invalidante) tampoco lo ayuda. Además, se prevé una agitación social alta, en función de puntos de tensión de carácter estructural, como son la persistencia de las altas tasas de desocupación y la evidencia de una pobreza marginal creciente. Los problemas son, pues, de fondo, y la coyuntura noticiosa lo único que ha logrado en los últimos meses es soslayarlos.

Consecuencia decisiva de la situación del ex Presidente fue el instalar entre los políticos la idea de que la impunidad para hacer cualquier cosa se acabó, abriendo camino, a mediano plazo, a una depuración institucional que toca al sistema político y al Poder Judicial

Además, se prevé una agitación social alta, en función de puntos de tensión de carácter estructural, como son la persistencia de las altas tasas de desocupación y la evidencia de una pobreza marginal creciente


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