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Una de estas guerras es contra el terrorismo. El Presidente Bush la declaró solemnemente hace días. La otra lleva muchos años ya declarada y en vigor: la guerra de liberación de los Pueblos pobres que quieren dejar de serlo. Esta última va cada día peor. Los pobres aumentan y la brecha entre esta mayoría universal y la minoría de los enriquecidos día a día se hace más profunda y grande. Cada vez son mas cientos de millares de personas las que diariamente mueren de sed, hambre o de enfermedades curables. La guerra del terrorismo se ha cobrado en una sola acción 5.000 norteamericanos y ha llenado de consternación a un gran país no acostumbrado a esto. Luego, las cosas se complican. De las dos guerras , en una los "buenos" de la película son las grandes potencias, que por serlo, son las únicas capaces de oponerse al terrorismo. Pero, en la otra es al contrario: los "malos" de la película son precisamente estas grandes potencias que con sus exigencias de la deuda externa, su política monetaria en provecho propio y un cierto desprecio a las gentes del Tercer Mundo, lo tienen avasallado y no le dejan salir de su empobrecimiento. Pero la complejidad es mayor todavía. Muchos de los Gobiernos de los países pobres, a la fuerza o por buscar ayudas, se han pasado al bando de los países ricos. Aumentan los ciudadanos del Primer Mundo que hacen causa común con los pobres del mundo. Bastantes de los terroristas de ahora aprendieron su accionar terrorista de manos de la CIA y demás agencias, que por disentir y utilizar contra ellos las mismas armas , los han condenado al exterminio. Y, por supuesto, algunos de los terroristas provienen del campo de los pobres, sólo que desesperanzados y desesperados, abandonaron los métodos pacíficos y eligieron ahora la violencia como modo de actuar. Y para complicar más aun todo esto , los Medios de Comunicación, las grandes cadenas de radio y de televisión, al ponerse al servicio de una de las partes, generalmente la de los ricos, comienzan a llamar "terrorista" a toda persona que no se pliega a sus intereses ideológicos, financieros o de ambición de poder. Muchos le tenemos miedo a la "guerra infinita" que los EE.UU ha declarado en términos un tanto avasallantes "quien no está conmigo, está contra mí". Pero da más terror aun que vengan años de represión hacia unos por ser musulmanes o hacia todos por disentir de los grandes del mundo. Y ahora más que nunca necesitamos tener las ideas bien claras y exigir sus consecuencias. Rechazo total al terrorismo. Pero, también, la exigencia de la libertad necesaria para conservar siempre la capacidad de pensar "con cabeza propia" y distinto, sin que por ello nos repriman como "terroristas".
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