JOAQUÍN Y SU FAMILIA HISTORIA DE MIGRANTES ARGENTINOS Joaquín tiene 44 años. Nació en Mendoza. Ahora vive con su esposa y sus cinco hijos en la gran Buenos Aires. El bajo precio de los productos prove-nientes del campo ha afectado las vidas de todas las personas que trabajan la tierra. Muchas de ellas, como Joaquín, se mudaron a Buenos Aires con sus familias, en busca de lo que no pueden conseguir ya en sus tierras de origen |
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Cuando Joaquín llegó a Buenos Aires, un primo suyo, que había venido a vivir a la ciudad antes que él, le habló a cerca de un magnífico terreno colindante con el suyo. Pertenecía al Estado. Pero se podía ocupar con facilidad. Joaquín se mudó con su familia a aquel espacio urbano. De repente se encontró con todas su familia viviendo en una choza dentro de la ciudad que siempre había admirado y temido en las pantallas de la televisión. Cuando vivía en Mendoza soño muchas veces con tener una casa como las que veía en la televisión. Casas que había en Buenos Aires. Sin embargo, siempre se decía a sí mismo que jamás sería capaz de vivir en una ciudad tan revoltosa como la capital. Los inicios Construyó
su primera casa con la madera de los desperdicios de los guacales en los
que se envían los coches desde Europa hasta Buenos Aires. Poco
tiempo después Joaquín logró mejorar su casa con
el dine-ro que ganaba vendiendo artesanías de palma a los turistas
en la ciudad. El libre comercio Cuando se estableció el libre comercio con Argentina, se permitió la importación casi gratuita de mu-chos productos extranjeros. Antes de esta novedad, Joaquín llegaba a ganar casi seiscientos mil dólares al mes. Uno de los productos que venían del mundo a Buenos Aires era la artesanía de palma hecha en Chi-na. Joaquín ni sabía que estos productos existían. El bajo precio de estas nuevas artesanías chinas así como los nuevos aparatos electrodomésticos impresionaron a Joaquín y su familia. De hecho, al principio de este periodo, Joaquín tuvo capacidad para comprar una nueva televisión, su primer horno microondas y un nuevo refrigerador para su esposa. Su entusiasmo hacia el libre comercio terminó cuando empezó a notar una baja en las ventas de sus propias artesanías. Pronto descubrió que no vendía ni el 40% de lo que solía vender. La nueva situación económica Ahora Joaquín
compra en grandes cantidades las canastas chinas para revenderlas. Con
esto gana al-rededor de doscientos dólares al mes. Considera que
su trabajo nuevo es muy aburrido y que le apachurra la autoestima, pero
no puede encontrar otras formas de ganar dinero. Está deprimido
y enojado. Ahora Joaquín pelea mucho con su esposa y también,
especialmente, con su hijo mayor.
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