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MISIONES: GENTE EN LA CALLE. DE LAS LIGAS AGRARIAS A LAS CONTRALORÍAS CIUDADANAS

Misiones: región paraguaya con una larga y rica historia participativa, hecha por su propia gente, a lo largo de mucho tiempo. Misiones: el departamento donde se pasó del clamor por la participación a la acción

Era a unos kilómetros de Santa Rosa, en la ruta. Estaban aquellos campesinos cristianos que sobrevi-vieron a la Pascua Dolorosa. Sus miradas: las mismas que registraban el horizonte buscando dignidad, entre las alambradas crecientes del Plan Triguero y el Plan Ganadero de Misiones de los 60 y los 70. Sus rostros habían acumulado arrugas, y sus puños habían perdido la crispación de entonces. Tampoco había cambiado la paz hermosa de esas sonrisas pobres de pocos dientes. Esa mañana desenterraron una vieja canción. Era una ranchera Mexicana adaptada a los fines de transmitir la dicha de compartir la pertenen-cia a las Ligas Agrarias. Decía algo así como "Si la gente me mandara preso/ Serviré a la liga desde mi prisión/ En mi celda escribiría su nombre/ con la misma sangre de mi corazón"/ (...) (sic).Se tensaron las cuerdas, y vibraron muchos años después de aquel 1.976. Exhumación y re-vivencia, trazaron la ilusión de ser el primer acto de un proyecto de reanudar el rumbo como si fuera ayer. Y en esa ruta asfaltada por la que andaba indiferente la camionada de nuestra sempiterna transición en 1.992, veíamos a Constantino Coronel, con veinte y tres años más, y a la Pytyvohara Maria Nemesia, con otros tantos, anunciando que querían re-soñar el sueño. Pero no sucedió.
Y no volvieron las Ligas Agrarias a Misiones, porque las experiencias no sirven para volver, las expe-riencias no viajan, no van, ni se mueren.. Sirven para seguir. Porque finalmente surgieron otras formas y otros colectivos sociales que abrevados en las mismas aguas tomaron fuerza para seguir persiguiendo conquistas populares.
Porque finalmente surgieron otras formas y otros colec-tivos sociales que abrevados en las mismas aguas, tomaron fuerza para seguir persiguiendo conquistas populares.

La transición misionera

La transición empieza en Misiones con Kurusu rapé Yvy Rekávo.
Campesinos postergados por décadas retoman unas reivindicaciones trituradas por
Camilo Almada Morel, alias Sapriza, Pastor Coronel y su elenco en 1.976 e incorporan otras actuales para llevar su realidad hasta el poder que se sienta en Asunción
"¡Llegan los leprosos!" dijo en yopara, Natividad Borda Vera, viejo "Agraria rè" de San Juan Potrero en San Ignacio, cuando arribaban a la Capital Asunción para mostrar la desnudez de la pobreza campesi-na.
Pronto la lucha saltó del ámbito campesino a una visión más amplia. En los territorios donde se admi-nistra el poder, la puja dejó de ser exclusivamente de colorados Vs. Liberales. En 1.991, un dirigente campesino fue electo Concejal Municipal de San Ignacio. Fue el voto campesino por un campesino. Ter-minó siendo más colorado que el Intendente, pero ello debe apuntarse a la columna del déficit que no em-paña el triunfo original (aunque finalmente desacredita el proceso).
En Ayolas, los movimientos Obreros encuentran que nada les impide conquistar "la huelga" y se lan-zan a una movilización general que paraliza los trabajos de construcción de la represa durante cuatro me-ses. Era 1.990. Los acompañaba un joven médico cuyo nombre ya pronunciaban con facilidad los obreros por la cantinela de Cáceres Almada " y sus paquitas" durante el tiempo de la Voz del Coloradismo. Se llamaba Carlos Filizzola. Muchos dirigentes obreros de " la gran huelga" siguen siendo hasta hoy en Ayolas los principales activistas sociales y otros se han incorporado a la vida política. Mientras otros se fueron con el sello de "vendido", drástico, en sus espaldas.
La Pastoral Social de Misiones jugó un papel importante en este tiempo, alentando no solo las organi-zaciones campesinas, con las que trabajó mas específicamente, sino también en grupos urbanos interesa-dos en incidir en la vida de las comunidades.
Después vino 1.993, tiempo en el que gran parte del esfuerzo de la civilidad se canalizó a través del Encuentro Nacional en la utopía de las banderas unidas en un arco iris de intenciones y esperanzas
Después Misiones se hizo su siesta, por unos años. La vida política apabullada por la parafernalia de colorados contra colorados. La vida cultural sometida a un fuerte "calendario de eventos" muy interesan-tes desde la perspectiva histórica, con los matices del descubrimiento del turismo como elemento de renta para nuestros pueblos, con el funcionamiento de la Gobernación, la instalación de los Tribunales abriendo "puestos" para el laboreo público y en contrapartida la abrupta caída de los niveles de ocupación en la obra de Yacyreta. De tanto en tanto, por varios años, la estridencia que marcaba la excepción y ponía su matiz social era alguna ocupación de tierra, con el correspondiente zafarrancho de batalla por parte de los Cascos Azules

"La Radio, nuevo punto de partida"

En 1.998 nace un viejo sueño del Mons. Ramón Pastor Bogarín: la Radio emisora Educativa San Ro-que González. Su profunda inserción en todo el sur del país y su directa participación en la suerte de los sectores populares se vuelve inquietante.
Las movilizaciones ciudadanas tenían desde entonces una garantía de difusión, "el plagueo de los po-bres se globalizó" dijo al recordarlo José del Puerto, jefe de Noticias de esta Radio asociada a ALER (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica)

Nace un viejo sueño del Mons. Ramón Pastor Bogarín: la Radio emisora Educativa San Roque González. Las movilizaciones ciudadanas tenían des-de entonces una garantía de difusión, "el plagueo de los pobres se globali-zó".

Pero sucede en este tiempo un hecho sumamente enriquecedor del "proceso Misiones". Es designado Obispo Coadjutor, de Misiones, el Mons. Mario M. Medina. Hacía 22 años entonces, había muerto en sus brazos durante la cena del 3 de Setiembre de 1.976, el gran Mons. Bogarín, el gran primer Obispo, com-prometido con las luchas ciudadanas.
El tercero sabía que esperaban ver en él, alguien que siguiera aquél camino.
Allí empezó la historia de las Contralorías Ciudadanas de Misiones. Eran los tiempos de la transición Wasmosy a Cubas. La Contraloría Ciudadana de San Juan Bautista, la primera. Su eje operativo fue y si-gue siendo el fuerte compromiso de un grupo de ciudadanos interesados en cooperar con el esclareci-miento de hechos de corrupción, la denuncia de situaciones de injusticia, el buen funcionamiento de las instituciones. Desde sus inicios funcionó a partir de una oferta básica: la solidaridad, por la cual todas aquellas personas que se sentían afectadas por situaciones de injusticia o colectivos sociales que necesita-ban asesoramiento o direccionamiento, encontraban en la Contraloría Ciudadana la garantía de compañe-rismo, interés y cooperación. La utilización de la emisora Diocesana Radio San Roque ( que cedía espa-cios gratuitos para que la organización mantenga "tribunas libres" en la Plaza de San Juan Bautista du-rante toda la mañana de los miércoles) era una aliada fundamental de este proceso. Posteriormente se su-maron medios locales que iban incrementando su colaboración con este proceso cívico.
Primero fue la situación de los vecinos de la compañía Yata'i que no encontraban forma de sacar sus productos de olería porque un terrateniente cerraba el paso; después un reclamo de vecinos de San Cristó-bal carentes de agua, luego denuncias de mala utilización de bienes públicos, hasta que llegó el caso Go-bernación de Misiones, que fue el capitulo más emblemático de este posicionamiento de la civilidad.
Ínterin se produjeron otros hechos en Misiones. Como era de esperar, en Ayolas (tradición de luchas sindicales y asiento de la emisora Diocesana) se conforma igualmente una organización con la denomina-ción de Contraloría Ciudadana. Pero luego se reivindican mas acciones de presión contra la Entidad Bi-nacional Yacyretá y a favor de campesinos y pescadores. Nace la Multisectorial de Ayolas. Eran los albo-res de 1.999. El 15 de Marzo (una semana antes del asesinato del Vicepresidente Argaña) en Ayolas se realiza la primera movilización ciudadana contra el Gobierno de Cubas en el Sur. La Caravana y el mitin, controlado de cerca por agentes de Seguridad de la EBY comandados por el Gral. Carlos Maggi, contro-lan de cerca la movilización. La emisora diocesana transmite en directo. Al día siguiente amenazan con volar la planta transmisora de este medio. Se calienta el ambiente popular de Ayolas. Valientemente las organizaciones sociales se expresan mientras los argañistas de Misiones guardan un empecinado silencio. Es Ayolas la localidad de mayor aportación de "voluntarios" para defender el parlamento aquellos días de Marzo. Vuelven con la gloria pero, los argañistas que quedaron escondidos tras las puertas eran los nue-vos jefes en las oficinas de la EBY y ocupaban los cargos públicos tras la revolución. Solo habían cam-biado los nombres. La "multisectorial" de Ayolas se levanta y reclama. Pide que la EBY contrate a cente-nares de desempleados y otorgue contratos a organizaciones obreras. No lo logra. Cierra rutas y anuncia que " la calle es nuestra oficina" (Dominico González) La EBY cede y otorga contratos a estas organiza-ciones obreras. Es 1.999 el año en que los obreros fueron empleados de los obreros en Ayolas. Eran ante-riormente y hasta hoy, contratos concedidos a "amigos y correligionarios" que largaban migajas a los tra-bajadores mientras quedaban con el grueso del botín
Los pescadores reclaman por primera vez que se cumpla la ley de Veda. Dice esta ley que el estado debe compensarles en época de suspensión de pesca. Son los pescadores los parientes pobres - cuando no - de este negocio que para los empresarios brasileños que alquilan hoteles, embarcaciones, etc., produce millonarias ganancias en Ayolas.
Los pescadores hacen el "canoazo", cierran rutas y logran que el Gobierno remita una camionada de papas decomisadas en un operativo de Asunción. Al menos es el comienzo. El Crédito Agrícola de Habi-litación se presenta en Ayolas y ofrece créditos para los trabajadores del río. Otra aspirina que nunca hu-biera llegado de no ser por la movilización.
Pero llega la lucha obrera más representativa: la de los ex obreros de Eriday. Piden la indemnización que les corresponde en derecho y no le dan. Trabajaron durante mas de una década levantando la represa de Yacyretá. El reclamo se instaló en las calles, frente a las oficinas de la EBY de Asunción y Ayolas, con una significativa adhesión de la multisectorial de Ayolas y el apoyo del Obispo Diocesano. Reclamaron durante mas de un año. Hoy en día están cobrando sus indemnizaciones

Consolidación del poder civil

El caso de la presión ciudadana para la destitución del Gobernador de Misiones, Egidio Ruiz, es uno de los casos más claros de la consolidación del poder civil en Misiones. Quizás sea un síntoma elocuente del paso de una etapa de reivindicación de la "participación" hacia el ejercicio concreto de la participa-ción.
La Contraloría Ciudadana había encontrado irregularidades en el orden del millón de dólares en tal administración, con lo que se inició un proceso de reclamo de esclarecimiento en el que tuvo directa par-ticipación la Contraloría Ciudadana de San Juan Bautista y la Comisión Multisectorial de esta ciudad. Es dable destacar, sin embargo que el proceso de presión para el cumplimiento de la intervención de la Go-bernación fue - ante todo - una acción ciudadana, con la presencia de hombres y mujeres motivados por la resonancia de la situación, e interesados en posicionar con su presencia su interés por el esclareci-miento de los hechos. Fue muy importante, a la hora de la presencia, la participación de grupos de ciuda-danos de Ayolas y de San Ignacio, quienes se instalaron frente a la Gobernación, a pesar de la presencia disuasiva de los "cascos Azules" y el ataque posterior con gases lacrimógenos.
Hubo muy fuertes acusaciones contra el Obispo Diocesano, en la que imputaban al Mons. Mario Me-dina que se apartaba de su rol al acompañar la movilización ciudadana. Un día penetraron a su vivienda y la revolvieron. Por la emisora de Radio del Gobernador arreciaban cuestionamientos contra el Obispo po-niendo en dudas su veracidad y su papel. Esta emisora tenía varias emisoras satélites en todo el departa-mento que retransmitían su señal.
La emisora Diocesana, Radio San Roque, de gran alcance regional, respondió una mañana con un ar-gumento sencillísimo: puso al aire una gran dramatización radiofónica sobre la vida del Mons. Arnulfo Romero. No hubo necesidad de hacer aclaraciones. Fue suficiente para que la ciudadanía comprenda que la Iglesia no puede permanecer al interior de la Catedral de San Juan.
Una noche, la última, centenares de manifestantes decidieron permanecer frente a la Gobernación pese al anuncio de represión y el arribo de más contingentes de cascos azules. Pidieron que la Radio de la Dió-cesis les acompañara durante toda la noche, y así se hizo. Era una garantía para que el resto de la ciuda-danía supiera lo que iba a suceder, si sucedía.
Al día siguiente las protestas consiguieron su objetivo: el Ministro del Interior, Fanego, pese a sus reiteradas elusiones, cedió por fin, y nombró un interventor.
El resto de la historia esta igualmente llena de accidentes. Pero la ciudadanía no tiene la culpa. Y po-siblemente ella misma presionará para que se rectifique de nuevo en el futuro de Misiones, lo que la buro-cracia estatal o la justicia demoren en esclarecer.
Porque en Misiones se pasó del clamor por la participación a la acción participativa.



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