En
recientes seminarios y encuentros técnicos, realizados en este
país y en el exterior, sobre la integración económica
en el ámbito continental y regional surgieron nítidamente
los siguientes condicionamientos fundamentales:
a) La Asociación de Libre Comercio para las Américas
(ALCA: desde Alaska hasta Tierra del Fuego) sigue siendo un desideratum,
pero ya no el Tratado de Libre Comercio (TLC: Canadá, Estados Unidos
y México, también conocido por sus siglas en inglés
NAFTA). Este último ha crecido en los hechos, preponderantemente
en términos de comercio exterior, en forma extraordinaria mientras
que el ALCA todavía tiene que trascender el mero nivel de los propósitos
y de los papeles. El desentendimiento en los ritmos de acercamiento a
escala hemisférica (bilateral o en bloques) y la incertidumbre
en torno a la vía rápida en los USA (fast track) vuelven
realistas las posibilidades de que el ALCA efectivamente se vuelva probable
sólo en torno a 2005.
b) El MERCOSUR ciertamente ha avanzado mucho ya en el proceso de
reducción de aranceles internos a cero (zona de libre comercio)
y ha establecido ya un arancel externo común tendente al 14% (unión
aduanera), pero se halla muy distante de la anunciada unión económica
(coordinación de políticas económicas y libre circulación
de factores: capital y trabajo) así como de la integración
total (cesión de soberanías económicas a instancias
supranacionales en términos monetarios, fiscales y jurídicos)
y además últimamente algunos influyentes exponentes del
megaproyecto mercosureño quieren retrotraerlo a la simple zona
de libre comercio otra vez.
La Asociación
de Libre Comercio para las Américas (ALCA)
1) La integración
de todo el hemisferio en una gigantesca zona de libre comercio es sólo
cuestión de tiempo. Más tarde o más temprano, la
convergencia de todas las zonas interiores y de todos los países
será en torno a aranceles tendentes a la baja.
2) Brasil quiere asumir su liderazgo en Sudamérica ("América
Central y el Caribe son zonas de influencia de los USA y/o del Tratado
de Libre Comercio", sic, Rubens Antonio Barbosa, Embajador brasileño
en Washington DC). Este pretendido liderazgo político puede ser
mejor afianzado con un liderazgo también económico. De allí
que el MERCOSUR sea para el Brasil "un destino, mientras que el ALCA
es sólo una opción" (Lafer, Ministro de Relaciones
Exteriores del Brasil).
3) El Presidente Bush evidentemente ha reestructurado sus prioridades
hacia las Américas en los últimos tiempos. Después
de ser una prioridad, la vía rápida para negociaciones bilaterales
con los países del sur, ahora ha pasado a segundo o tercer plano.
Esto se debe, por lo menos parcialmente, al hecho de que existen pocas
posibilidades reales de obtener mayoría en el Congreso norteamericano
para la aprobación correspondiente. De ser así, desde la
óptica norteamericana habría pocas chances de acelerar el
proceso de integración de las Américas en una zona de libre
comercio antes del 2005.
4) Simultáneamente, puede observarse un positivo proceso
de consolidación del Tratado de Libre Comercio entre Canadá,
los Estados Unidos y México que también consiste meramente
en una sustancial reducción de aranceles para el comercio entre
los tres países ("zona de libre comercio"). Los aumentos
significativos de las importaciones y de las exportaciones entre los mismos
indican un intercambio más intenso de lo que se había sospechado
como posible.
5) Las negociaciones intercontinentales entre el MERCOSUR y la
Unión Europea van más lentamente de lo que sus negociadores
quisieran. Razones fundamentales para la lentitud en el acercamiento residen
en el poderoso lobby agrícola de la Unión. Una de las condiciones
de los mercosureños para la negociación exitosa con sus
pares europeos es la apertura del mercado de la Unión a los productos
agrícolas del MERCOSUR. Los pronósticos acerca de las posibilidades
de tal apertura no son buenos, con lo cual tampoco las de un acercamiento
más rápido entre ambos bloques.
El Mercosur
1. El Mercado
Común del Sur ha visto frenado en los últimos dos años
su crecimiento interior en términos de intercambio comercial y
ha caído en las más profundas contradicciones en sus diez
años de existencia.
2. Mientras el Brasil propugna el afianzamiento del "bloque"
y negociaciones colectivas con el ALCA, la Argentina, especialmente desde
la asunción del Ministro Cavallo, ha dado un doble golpe de timón
en direcciones distintas: se declara partidaria de reducir el MERCOSUR
a una zona de libre comercio (lo que significa también reducir
la ambición del Tratado de Asunción a una cuarta parte)
y de realizar negociaciones bilaterales con otras naciones interesadas
en libre comercio (se tiene en mente indudablemente a los USA).
3. Más allá de las diferencias de posición
entre los Gobiernos de Brasilia y de Buenos Aires, existen innumerables
contradicciones, asimetrías y carencias fundamentales dentro del
MERCOSUR que vuelven casi insoportable la convivencia pacífica
entre los países fundadores:
3.1 Contradicciones más llamativas:
? No es posible la integración económica cuando los países
más grandes dentro de la zona a ser integrada tienen políticas
cambiarias frontalmente contrapuestas: mientras el Brasil pone en práctica
la libre fluctuación del real, la Argentina sigue con su régimen
de convertibilidad fija.
? La adopción del arancel externo común en el 14% puede
llevar a ciertos países signatarios con aranceles promedios inferiores,
sean ellos fundadores o simplemente asociados, a aumentar sus aranceles
externos para poder seguir en el MERCOSUR. Este es el caso del Paraguay,
cuyo arancel externo se encuentra en torno al 9%. Chile (8%, pero con
tendencia a la baja), ya ha anunciado que no se plegará al acuerdo
ni tiene por qué hacerlo (desde el punto de vista jurídico,
no hay forma de obligarlo siendo sólo país asociado).
? El doble discurso entre los países fundadores es enorme: Brasil
sigue subsidiando sus exportaciones a los países miembros; Brasil
y Argentina siguen con barreras para-arancelarias para las importaciones
desde Paraguay y Uruguay; Brasil habla de negociaciones en "bloque"
pero no rehuye las bilaterales cuando le conviene, etc.
3.2 Asimetrías más llamativas: Mientras en los demás
países socios los tratados internacionales tienen rango constitucional,
en el Brasil no lo tienen. Su "internalización jurídica
en la normativa interna" puede llevar mucho tiempo o puede ser rechazada.
3.3 Carencias condicionantes: No existen tribunales del MERCOSUR
ni instancias supra-nacionales para la administración de conflictos.
4. No obstante, todas estas deficiencias pueden ser superadas mediando
voluntades políticas adecuadas, una homogeneización de las
mismas en torno a objetivos comunes y en respeto de imperativos técnicos
fundamentales.
La integración de todo el hemisferio en una gigantesca zona de
libre comercio es sólo cuestión de tiempo. Más tarde
o más temprano, la convergencia de todas las zonas interiores y
de todos los países será en torno a aranceles tendentes
a la baja
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