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COORDINADORA DE ORGANIZACIONES JUVENILES RECONSTRUYENDO EL SENDERO DE LA UTOPÍA

Muchas veces cuando miramos el panorama de nuestro país, tenemos la sensación de caminar por una senda desconocida en el medio de la más oscu-ra noche, un camino difícil plagado de dificultades y con la incertidumbre de si la luz del sol llegará y pondrá fin a esta noche de desesperanza e injusticia, en la que los corruptos que desgobiernan hace siglos la nación han convertido nuestra tierra.


Gustavo Zaracho

Esta imagen de peregrinos en la vida, nos viene desde los Guaraníes, que se declaraban un pueblo de caminantes, cuyo sentido de la vida era el camino a la tierra sin mal - Yvy Mare'y - (en donde ya no existe
la muerte y el dolor). Por eso eran nómadas, por eso no pusieron el énfasis de su cultura en la construc-ción de grandes ciudades y monumentos y sí en la construcción de una vida correcta y coherente, fiel a los valores de la solidaridad y la libertad. Hoy más que nunca en Paraguay necesitamos rescatar los valo-res de nuestros ancestros, hundir la mirada en el pasado para diseñar la arquitectura de nuestro futuro, de nuestra liberación como pueblo, que aun vive en la dominación de la injusticia y la rapiña de los pocos
que asaltan nuestra dignidad y las riquezas que nos pertenecen a todos.

Juventud

Los nuevos caminantes, que siguen la senda de los eternos buscadores de amaneceres nuevos. En esta oscura noche que vivimos, ¿qué papel le toca a la juventud paraguaya?. Es una pregunta recurrente en estos tiempos de crisis y desazón. Un día, durante una de las tantas manifestaciones en las plazas asun-cenas, una señora al verme me interpeló: ¿Y donde están los jóvenes? Yo respondí algo para salir al paso, pero la pregunta quedo flotando en mi mente. Porque la sentía como una interpelación más profunda, a la vez cuestionadora y esperanzada, como si ella estuviese diciendo: confiamos en ustedes, necesitamos de ustedes, queremos verlos aquí y en todos los lugares en donde se luche por un Paraguay más justo.
Esta pregunta se ha repetido constantemente en diversos espacios, y desde diferentes sectores. Algu-nas veces, con una sana intención de estimular a la juventud para que sea protagonista de la historia, y otras veces para manipularla y vejarla.
Ciertamente, la voz y la acción de la juventud paraguaya de la post dictadura, se ha sentido; y ha re-novado esperanzas en el país; una juventud que también se ha jugado la vida en esta "democracia" (¿?) y que tiene sus mártires desde un Sebastian Larrosa (joven de 18 años), muerto por la policía durante la Huelga General del año 94 hasta los ocho muertos del marzo paraguayo. Como también hemos ido lo-grando espacios importantes y constituyéndonos en un actor social importante. Sin embargo, hay algo que ha caracterizado al movimiento juvenil de toda esta década: nuestra escasa capacidad para actuar en conjunto de forma articulada y sistemática en la vida del país, salvo en algunas coyunturas específicas.
Diversas herencias han neutralizado los intentos de aglutinación que fueron surgiendo, herencias tales como: el sectarismo, el partidismo, el afán de figuración, la irresponsabilidad, el personalismo,
etc.
De un lado, la dictadura stronista que inoculó el terror y la corrupción en el inconsciente colectivo y, del otro lado, la "filosofía" neoliberal que intenta convencer al mundo de que la historia terminó y que la
utopía ha muerto, han impactado también muy fuertemente en nuestras organizaciones juveniles del Paraguay. Adolecemos de una falta de proyección de nuestros intereses sectoriales y de grupo sobre una visión de país y del mundo. No logramos trasponer el umbral de nuestras reivindicaciones particulares y tener una propuesta de país, un cuestionamiento más radical y profundo a las estructuras que generan y perpetúan la injusticia en nuestra sociedad.
Este proceso de "des-ideologización" y pragmatismo (profundamente ideológico, por otra parte) que se da en el mundo, también llega al Paraguay y nos presenta la historia y la realidad como un museo en donde todo está estático y fosilizado, en donde ideales y lucha por la justicia son cosa del "viejazo"; o, por el contrario, sólo nos permite "utopías reducidas" (léase: de acuerdo a los intereses del mercado), donde nuestro papel de jóvenes es la "eterna alegría" fabricada vía consumismo feroz o el de simples
espectadores de la mega pantalla de los medios de comunicación, que incluso nos permite por momentos ser "vedettes" en ella, siempre que nuestro "show" no moleste los intereses de los poderosos. Quizá esto último explique porque algunos movimientos juveniles solo duren el tiempo que los medios de comunica-ción le dan "bolilla" o de los otros que condicionan su discurso y acción de acuerdo a la preferencia de los diarios, radios y canales de TV.
En este contexto, la lucha de la juventud organizada del Paraguay es escribir su propia historia y la del país, asumiendo conscientemente el peso de ese 70 % de la población menor de 30 años, de ese gran mo-saico de realidad que es la juventud paraguaya, reflejo del mosaico que es nuestro país. Buscar represen-tar a todos estos sectores de jóvenes, rescatar y proyectar la rebelde utopía sobre los cansados corazones de una generación de sueños rotos, reencender la llama de la dignidad y ser conciencia crítica de esta so-ciedad destrozada por latrocinios y saqueos, es nuestra misión, como lo fue en todas las épocas pasadas.
Nuestra tarea sigue siendo la de tomar el sendero que nos han dejado todas aquellas personas que en diferentes épocas defendieron la justicia y la dignidad, y construir nuestra propia historia con soberanía, coraje y apertura a lo mejor y más universal de la humanidad, sin dejar de ser nosotros mismos.

Joaju ha jopoi (unidad y solidaridad)

Coordinadora de Organizaciones Juveniles, un paso en el sendero de la construcción de un país mas justo.
La idea recorría la mente de varios dirigentes de algunas de las más representativas organizaciones ju-veniles de Paraguay: aglutinarnos de un modo más permanente y sistemático para influir en la
vida del país, sin perder nuestra identidad como organizaciones. Se trataba de un modo de reforzar nues-tras diferentes acciones y reivindicaciones y actuar más colectivamente ante los problemas nacionales. Ya
tuvimos varios espacios en conjunto, como ante determinados intentos de atropello a los derechos o apo-yo a movilizaciones ciudadanas, en estos momentos siempre estamos sentados en la misma mesa, y se fue dando un lento proceso de "enamoramiento" (conocerse y aprender a confiar en el otro, romper prejuicios, etc.), que fue derivando en una especie de "compromiso más formal" en donde un grupo de 10 organiza-ciones juveniles, inicialmente, decidimos conformar la COORDINADORA DE ORGANIZACIONES JUVENILES, para impulsar los objetivos anteriormente citados.
A través de este espacio comenzamos el dialogo de ese gran mosaico de la juventud y la realidad pa-raguaya. Los viernes nos sentamos a la misma mesa, los estudiantes secundarios y los niños y jóvenes que en muchos casos dejamos la escuela por el trabajo, las niñas de clase alta y colegio de monjas y las niñas que con dignidad y coraje intentan salir de la injusticia de la explotación sexual, jóvenes de
parroquias y jóvenes que se confiesan ateos, jóvenes de barrios pobres y jóvenes de barrio residencial, jóvenes que ya tienen años de militancia y jóvenes que participan en sus primeras reuniones, jóvenes que tienen diferentes opciones políticas y jóvenes que no quieren saber nada de ella. Y por otra parte sabemos que este dialogo todavía no abarca a todos los sectores de la juventud paraguaya y está total-mente abierto a ellos.
Este diálogo iniciado, no está exento de dificultades y de problemas. Ni lo pretendemos. Sabemos que en este sendero que iniciamos es preciso "hacer camino al andar", pero lo que no podemos perder de vista bajo ningún pretexto es que buscamos aportar con este espacio a la construcción de un Paraguay mas justo, en donde democracia ya no suene a hambre y corrupción, en donde el criterio es dar al país una di-rigencia social y política mas comprometida y sensible a los reclamos de su pueblo, en contraposición a los que hoy día están empotrados en el poder y desde allí abusan y saquean a la Nación.
Con la COORDINADORA queremos ser un espacio de reflexión / acción sobre la realidad nacional y el semillero de una nueva dirigencia, digna, honesta, patriótica y comprometida con su gente, que destie-rre para siempre a estos buitres mediocres que se alimentan de la muerte y la miseria de nuestro pueblo. Somos perfectamente conscientes que necesitamos el apoyo de aquellos adultos más lúcidos y honestos de nuestro país. Para dar una proyección más profunda a este espacio, necesitamos de los intelectuales, de las personas luchadoras y dignas que en décadas pasadas lucharon y ahora siguen apostando a un Para-guay soberano y libre, de los artistas y actores culturales comprometidos, de las organizaciones sociales coherentes, de todas aquellas personas y sectores en quienes nosotros vemos brillar la luz de la honestidad y la coherencia, para que juntos y solidarios sigamos en el sendero que nos conduce a la aurora de una Patria Libre, Soberana y Justa "en donde reina unión e igualdad". Creemos en un futuro distinto al que tenemos hoy, y ya estamos en marcha para construirlo.
Nota: La Coordinadora de Organizaciones Juveniles está integrada por: Parlamento Joven, Juventud Obrera Cristiana (JOC), Movimiento por la Obtención del Boleto Estudiantil (MOBE), Casa de la Ju-ventud, Organización de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (ONATs), Pastoral de
Juventud Arquidiocesana, Pastoral Juvenil Salesiana (MOVIMIENTO BASTA YA), Juventud Que se Mueve (JQM), Movimiento por la Objeción de Conciencia (MOC), Hogar Kuñatai Roga, Luna Nueva.



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